Perspectiva financiera
Inestabilidad política, situación económica y cambio climático están reduciendo el gasto de los consumidores
Un informe de Bain & Company señala que esa es una tendencia global, pero que en Colombia está más marcada.
De acuerdo con el estudio Consumer Pulse, presentado por la consultora Bain & Company, el 88 % de los consumidores colombianos están reduciendo o planean reducir sus gastos en el corto plazo, una tendencia que contrasta con los consumidores de otras regiones del mundo como Norteamérica o Europa, donde las expectativas de contracción del gasto alcanzan el 54 % y el 53 %, respectivamente.
Factores como la inestabilidad política, la situación económica, el cambio climático y el contexto global han generado un clima de precaución y desinterés por aumentar el consumo, afectando los planes de gasto de los colombianos de cara a las festividades de fin de año.
Esta proyección económica se suma a una preocupación predominante entre los consumidores colombianos sobre la estabilidad financiera a nivel personal y nacional. Solo un 6 % de los encuestados señaló que incrementaría sus gastos en los próximos meses, lo cual sugiere que las celebraciones de diciembre serán menos ostentosas y, posiblemente, afectarán sectores como el comercio y el entretenimiento, los cuales dependen en gran medida del aumento de consumo en esta época del año.
La brecha entre los consumidores de renta alta y baja
Uno de los puntos que el estudio de Bain & Company más evidencia es la diferencia entre la percepción y comportamiento de consumo entre los colombianos de renta alta y baja. Según Gustavo Fusoni, socio de Bain & Company, “el estudio revela un alto contraste entre los consumidores colombianos de renta alta y baja que evidencia diferencias en hábitos de consumo y perspectivas hacia el futuro.
Tendencias
Hemos encontrado que mientras los consumidores de renta alta tienen un estado de ánimo positivo alrededor del 42 %, los consumidores de renta baja lo tienen en cerca de un 27 % y una percepción negativa de cerca del 40 %, lo cual explica la tendencia a reducir sus gastos en el futuro cercano”.
Para los consumidores de renta baja, la principal prioridad sigue siendo la estabilidad económica, con un interés centrado en mantener su trabajo y mejorar su capacidad para cubrir sus necesidades básicas. Este grupo, que experimenta una mayor presión por la inflación y los bajos salarios, muestra un estado de ánimo más negativo y un marcado pesimismo sobre el futuro.
La intención de reducir el gasto en este sector es una respuesta directa a las limitaciones económicas y la necesidad de priorizar su presupuesto hacia gastos esenciales, dejando en segundo plano objetivos de mediano plazo como el ocio, la compra de bienes duraderos y los viajes.
Por el contrario, los consumidores de renta alta mantienen una actitud relativamente más optimista, con una disposición hacia el gasto que, aunque prudente, sigue siendo más elevada en comparación con la de los consumidores de ingresos bajos. Aunque este segmento también muestra cautela, su nivel de seguridad económica les permite planificar su gasto con menor presión, enfocándose en actividades de consumo discrecional, especialmente aquellas que implican experiencias, tecnología o entretenimiento.
Un entorno económico que refuerza la moderación en el gasto
La tendencia a reducir el gasto en Colombia refleja un entorno económico en el que la estabilidad financiera y laboral se han vuelto fundamentales para el bienestar de los consumidores, especialmente para aquellos de menores ingresos.
La percepción de inseguridad económica, la preocupación por el futuro financiero y el contexto político se reflejan en decisiones de consumo más conservadoras. Esta moderación podría tener efectos adicionales sobre la economía del país, ya que el consumo privado es un componente esencial del crecimiento económico.
De cara a las festividades de fin de año, el clima de cautela podría traducirse en una disminución del gasto en sectores como la moda, los bienes de consumo duradero y el entretenimiento, afectando a comerciantes y empresarios que tradicionalmente dependen de esta temporada para incrementar sus ventas.
Esta realidad subraya las crecientes disparidades en las experiencias de los consumidores de ingresos altos y bajos y refleja el papel de las diferencias de ingreso en las decisiones de gasto de los colombianos.