Reforma laboral
Jornada laboral de más de 8 horas al día no es opción para el ministro Antonio Sanguino. La reforma aún no está en la otra orilla
Aunque el proyecto de ley avanzó sustancialmente en la Plenaria del Senado, donde fue aprobado el 75 % del articulado, el camino aún no está despejado. Falta ver qué pasará en una eventual conciliación entre Senado y Cámara.
Un visible avance en aprobación de artículos de la reforma laboral se logró en la Plenaria del Senado, donde se da el cuarto y último debate al proyecto de ley, uno de los del paquete social del Gobierno de Gustavo Petro.
En una extensa jornada que se prolongó por más de 11 horas fue aprobado el 75 % de los artículos, y para el restante 25 % se necesitará un acuerdo entre el Legislativo y el Ejecutivo que no será tan fácil.
El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, se muestra completamente opuesto a varias medidas que fueron introducidas desde el debate en la Comisión IV de Senado, estrado en el que volvió a tener oxígeno el proyecto de ley que ya parecía ahogado, debido a la controversia suscitada en torno a la consulta popular que planea realizar el Gobierno, en la que se incluyen preguntas relacionadas con los principales puntos de la reforma laboral.
Por ejemplo, en el Congreso se planteó la idea de que se cotejaran las horas de trabajo semanal, de manera que los trabajadores pudieran tener cuatro días de actividad laboral y tres de descanso, lo que, sin embargo, quedaría sujeto a negociaciones entre el empleador y el empleado, pues no todos los sectores tienen posibilidad de prescindir de la fuerza de trabajo por unos días.
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Al respecto, el ministro Sanguino sustentó que en la reforma no podrán permitir nada que afecte la jornada laboral más allá de las ocho horas. Si en definitiva se acoge la idea de repartir en la semana las horas de trabajo para que los empleados puedan tener más días de descanso, terminarían trabajando más horas al día para completar.
Sanguino, en ese sentido, manifestó: “la humanidad en 1919 aceptó, e instituyó cuando creó la OIT (Organización Internacional del Trabajo) la jornada de 8 horas, para que ahora nos entronicen ideas creativas que acaban con esta”.
El funcionario dijo que, aunque la idea de descansar tres días a la semana suene “muy chévere”, estaría conduciendo a una jornada de 10 o 12 horas por día, con la agravante de que “no le pagarían recargos por trabajo nocturno, ni horas extras; eso no se puede permitir en una reforma laboral”, enfatizó.
