Microempresa
La extorsión está frenando al microcrédito en el país. Afectados quedan sin capacidad de endeudamiento
La violencia, el desplazamiento forzado y la informalidad han impedido que el sector microfinanciero alcance sus objetivos este año.
En las zonas rurales, la inseguridad y la violencia son una realidad que está limitando gravemente el desarrollo de los micronegocios. Para los emprendedores locales, la extorsión representa uno de los mayores desafíos, obligándolos a tomar decisiones drásticas que afectan tanto su sostenibilidad como su vida diaria. “Muchas veces, los micronegocios enfrentan un dilema diario: o le pagan al extorsionista o pagan el crédito, y en esas circunstancias, su negocio queda completamente ahogado”, señaló María Clara Hoyos, presidenta ejecutiva de Asomicrofinanzas.
A pesar de ser una situación preocupante, el dilema no termina ahí. Según Hoyos, en muchos casos, la violencia termina obligando al desplazamiento forzado de los microempresarios y sus familias. “Cuando estas personas deben abandonar sus territorios, no solo pierden su fuente de ingresos, sino también la posibilidad de cumplir con las obligaciones financieras que adquirieron para sus micronegocios. Esto afecta no solo a los empresarios, sino a todo el ecosistema financiero de las comunidades”, añadió.
La líder gremial también resalta cómo la inseguridad también ha golpeado a los asesores financieros que trabajan en las regiones más vulnerables del país. Estos profesionales, encargados de llevar servicios financieros a las comunidades rurales, enfrentan constantes amenazas y restricciones de movilidad. “En muchas regiones, nuestros asesores deben enfrentarse a situaciones críticas como identificarse ante actores armados, ser carnetizados o incluso investigados antes de poder trabajar. Esto complica enormemente nuestra labor y afecta la continuidad de los programas financieros en estas áreas”, explicó.
La presencia de grupos armados y la falta de control en ciertas regiones han llevado a que el desarrollo de micronegocios se vuelva en muchos casos inviable. Según cifras de Asomicrofinanzas, los niveles de cartera vencida han aumentado en los municipios más afectados por la violencia, donde los emprendedores no tienen cómo sostener sus negocios ni cumplir con sus deudas.
Tendencias
Las consecuencias económicas y sociales
La extorsión tiene un impacto directo en el tejido económico y social de las comunidades rurales. Los micronegocios no solo son una fuente de ingresos para los empresarios y sus familias, sino también una herramienta clave para el desarrollo local. La desaparición de estos negocios genera un efecto dominó, afectando a empleados, proveedores y clientes que dependen de ellos.
Además, este tipo de dinámicas perpetúan los ciclos de pobreza en estas comunidades. Al respecto, la líder gremial aseguro que “cuando un micronegocio se ve obligado a cerrar, el daño no es solo financiero. Estas familias pierden su sustento y la posibilidad de salir adelante, lo que incrementa la dependencia económica y el estancamiento social”.
Ante este panorama, Asomicrofinanzas ha intensificado sus esfuerzos para mitigar el impacto de la violencia en el sector microfinanciero. Si bien los desafíos son enormes, el gremio ha iniciado diálogos con las autoridades locales y nacionales para buscar soluciones que garanticen la seguridad de los microempresarios y los asesores financieros.
“Una de nuestras principales preocupaciones es evitar que las comunidades caigan en la trampa de la pobreza por falta de acceso a servicios financieros. Por eso, estamos trabajando en estrategias que permitan mantener nuestra presencia en estas regiones, a pesar de las dificultades”, indicó Hoyos.
A pesar de los esfuerzos del gremio, la extorsión y la inseguridad siguen siendo los mayores obstáculos para el desarrollo del microcrédito en Colombia. Los avances logrados en inclusión financiera y acceso a servicios básicos para los micronegocios contrastan con la realidad de las regiones más afectadas por la violencia.
Con más de 10,2 billones de pesos en desembolsos y 1.104 municipios atendidos, el sector microfinanciero sigue demostrando su potencial para transformar los negocios y emprendimientos. Sin embargo, el éxito a largo plazo dependerá de la capacidad de enfrentar los desafíos estructurales que afectan a las regiones más vulnerables del país.