PIB
Mientras hay preocupación por la economía, los datos macro en Colombia muestran un comportamiento favorable. ¿Economía bipolar?
Mientras las expectativas revelan una alta preocupación por la actividad productiva, y persiste la incertidumbre global y local, los datos macro muestran un buen comportamiento. ¿Qué está pasando?

En una de las más recientes publicaciones del Gallup Poll, encuesta que mide el sentir de los colombianos, la situación económica apareció como una de las principales preocupaciones para el 75 por ciento de los consultados, quienes consideran que está empeorando.
En el país, la tormenta se ubica en distintos frentes: inseguridad en aumento y la expectativa frente a la certificación o no de Colombia en su lucha contra las drogas, por parte de Estados Unidos. Además, se constatan grietas en el frente fiscal, pues las cuentas del Gobierno no cuadran. De hecho, esa coyuntura amenaza con un aumento del riesgo país y una reducción en la calificación de Colombia. Esta situación se une a la incertidumbre global por cuenta de la escalada arancelaria de Estados Unidos y las decisiones del presidente Donald Trump, al igual que por las tensiones geopolíticas con los conflictos en Gaza y la guerra entre Rusia y Ucrania.
Sin embargo, mientras estas inquietudes y tensiones marcan la agenda, los datos de la economía en el país muestran un comportamiento favorable. Para el cierre del año, el crecimiento será cercano al 2,7 por ciento, muy por encima de los dos últimos años, impulsado por el consumo de los hogares, porque, como dice Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá: “El bolsillo está rindiendo más”. ¿Por qué? Explica que los ingresos suben más rápido que la actividad económica, el café va al alza y eso beneficia a más de 600.000 familias, los sueldos están creciendo a un buen ritmo y la llegada de remesas continúa marcando hitos, como ocurrió en julio pasado, cuando se alcanzó el mayor registro histórico mensual con giros superiores a 1.150 millones de dólares.

Para César Pabón, director de Estudios Económicos de Corficolombiana, la administración pública también ha contribuido, pues, aunque la ejecución sigue rezagada, los presupuestos anuales son cada vez mayores y han impulsado la creación de unos 120.000 empleos el último año. “A eso se suma el crecimiento real de los salarios, acompañado de una menor carga financiera de los hogares”, agregó.
Esto ha reflejado una nueva dinámica del comercio. Un informe de Aval Casa de Bolsa y de Corficolombiana establece que el comercio minorista y mayorista ratificó su tendencia positiva al crecer 8,1 por ciento en el segundo trimestre de 2025, consolidando un crecimiento de 7,4 por ciento en la primera mitad del año. Como resultado, la actividad se encuentra 24 por ciento por encima de los niveles prepandemia. Para 2025, se espera que el comercio mayorista y minorista consolide su tendencia positiva y crezca 7,3 por ciento. “Este crecimiento estaría por encima del promedio histórico registrado por el sector”, señaló el informe.
El desempleo cerrará en un dígito, incluso en medio de una reforma laboral que aumenta los costos y una reducción en las horas de la jornada semanal. La inflación se ha estabilizado en 5 por ciento, en promedio, en tanto que para 2026 se estima que se ubique en el rango meta del Emisor (2–4 por ciento). Y el dólar se devolvió al precio que tenía en enero de 2024.

Pabón advirtió lo que llamó elementos menos visibles en esta dinámica: ilegalidad e informalidad. Se calcula que la producción de coca supere las 300.000 hectáreas este año, registrando un máximo histórico, mientras que tres de cada cuatro nuevos empleos son por cuenta propia. “Son actividades de difícil trazabilidad. A ello se suma una mayor disposición de los hogares a gastar en entretenimiento y servicios, lo que apunta a un cambio estructural en los hábitos de consumo”.
A su vez, Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, considera que los gobiernos regionales y locales están generando dinamismo.
Entonces, ¿por qué esta dicotomía? Por una parte, un estudio global de la consultora Boston Consulting Group (BCG) plantea que, si se pregunta a los consumidores sobre las perspectivas económicas generales de su país, la respuesta es, en el mejor de los casos, discreta. Si se les pregunta si seguirán aumentando su gasto, su respuesta es contundente: “la intención de aumentar el gasto se ha mantenido estable o ha aumentado”, asegura la firma en su informe.

Por otra parte, el rector de la Universidad EIA y exministro de Hacienda y Comercio, José Manuel Restrepo, encontró una explicación: la economía colombiana va a vivir este año y el próximo, “una sensación de bipolaridad”, con cifras coyunturales que reflejan mejor comportamiento (crecimiento, empleo, capacidad de demanda, datos de pobreza), pero con temas estructurales pendientes. “Colombia necesita crecer mucho más para garantizar una dinámica macroeconómica adecuada en el mediano y largo plazo”, advirtió Restrepo.
Aunque Luis Fernando Mejía (Fedesarrollo) destaca que los hogares estén gastando y se estén recuperando, advierte: “eso no es sostenible”.
El pronóstico de crecimiento económico para este año de Fedesarrollo es de 2,6 por ciento y para 2026 de 2,7. “El crecimiento potencial de Colombia es del 3,5 por ciento. (…) Hoy el consumo privado pesa 74 por ciento del PIB, en detrimento de la inversión. Si la tasa de inversión permanece en 17 por ciento del PIB, la economía no crecerá más del 2,5 por ciento en el largo plazo. Necesitamos volver a tasas de inversión del 21–22 por ciento del PIB”, aseguró Mejía.
Se ha llegado a comparar a Colombia con Perú, país que, en medio de incertidumbre política, se ha destacado económicamente.
Sin embargo, Velandia advierte que Perú también se ha afectado: antes de 2014 tenía un crecimiento potencial de 5,5 a 6 por ciento y hoy es de entre 2,5 y 3.
Por su parte, Munir Jalil (BTG Pactual) señala que Colombia ya ha vivido “desacoplamientos”, creciendo 4–5 por ciento incluso en medio del conflicto armado. La diferencia está en que la inversión en Perú es mucho más alta que en Colombia.
En el corto plazo, la economía se viene moviendo con dinamismo, aunque de forma heterogénea en los sectores, pero el largo plazo no está claro. Como señaló Camilo Herrera (Raddar): “Tenemos plata porque nos endeudamos y mañana la tenemos que pagar. La fiesta se va a acabar en cualquier momento y después de la fiesta, la casa quedará muy desordenada”.