Economía
Productores de maíz y soya piden a MinAgricultura que los dejen trabajar en Cadenas Nacionales para ser más productivos
La falta de aprobación jurídica y formalización de las Cadenas Nacionales del Maíz y la Soya ha retrasado por ocho meses la implementación de estos proyectos.
La Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce) presentó ante el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) los trámites necesarios para el reconocimiento formal de las Cadenas Nacionales del Maíz y la Soya, siguiendo los lineamientos establecidos por la ley. Sin embargo, el proceso se encuentra en suspenso debido a la falta de aprobación jurídica y firma de las resoluciones que permitirían la implementación de estos proyectos. Esta situación ha generado un retraso de ocho meses, afectando significativamente el avance de las inversiones que tienen como objetivo fortalecer estos cultivos estratégicos para el país.
La creación de las cadenas nacionales de maíz y soya tiene el potencial de coordinar y regular las iniciativas de actores clave en la producción y comercialización de estos cultivos. Estas cadenas fueron diseñadas según el Decreto 1071 de 2015 y la Resolución 084 de 2024 del MADR, y están integradas por productores, comercializadores, casas de insumos y transformadores tanto de la industria alimentaria humana como de la de alimentos balanceados para animales. No obstante, la falta de reconocimiento oficial obstaculiza su operación, generando inquietudes entre los productores de maíz y soya del país.
Según datos de Fenalce, el proceso de estructuración de estas organizaciones comenzó en 2023, e involucró a actores de departamentos clave como Meta, Tolima, Córdoba y Valle del Cauca, que concentran el 56 % de la producción nacional de maíz y el 90 % de la producción nacional de soya. A pesar de los avances en la creación de estas cadenas, los productores y demás actores involucrados han detenido la implementación de medidas fundamentales, como la delegación de secretarios técnicos departamentales y la creación de reglamentos locales.
El impacto de estos retrasos va más allá de la incertidumbre. La falta de formalización también pone en peligro las inversiones de los Fondos Nacionales de Cereales (FNC) y de la Soya (FNS), que dependen de la implementación efectiva de las cadenas para ejecutar proyectos cruciales en 2024. Durante este año, ambos fondos han avanzado en la preparación de bases de datos y herramientas de conocimiento sobre las cadenas, pero la ejecución de los proyectos sigue en pausa hasta que las cadenas se reconozcan formalmente.
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Las cadenas nacionales del maíz y la soya no solo beneficiarían a los productores, sino a todos los actores a lo largo de los eslabones económicos que intervienen en estos cultivos. Esto incluye casas de insumos, comercializadores, transformadores y entidades de apoyo. La estructura de las cadenas está diseñada para fomentar alianzas estratégicas que permitan optimizar costos, como la compra masiva de insumos, así como mejorar la transferencia de tecnología entre productores. Además, estas organizaciones facilitarían la interacción entre comercializadores y productores, permitiendo una mejor planificación de la producción y la disponibilidad de productos en el mercado.
A nivel de las industrias transformadoras, la cadena también busca fortalecer las relaciones entre los diferentes actores, promoviendo la diversificación de proveedores y la formalización de contratos estandarizados para garantizar la calidad y el abastecimiento continuo de la materia prima.
La Cadena Nacional del Maíz estaría conformada por 1.434 actores, entre ellos 47 casas de insumos que atienden 140.138 hectáreas de cultivo, 22 asociaciones que agrupan a 853 productores, y 407 productores individuales que juntos producen más de 572.885 toneladas de maíz. Además, cuenta con la participación de 59 comercializadoras, 23 industrias de consumo animal, 28 industrias de consumo humano y 16 entidades de apoyo.
Por su parte, la Cadena Nacional de la Soya está compuesta por 119 actores, incluyendo 16 empresas de insumos que cubren 35.100 hectáreas de cultivo, una asociación, 74 productores individuales que generan 57.395 toneladas de soya, y 19 empresas comercializadoras y transformadoras que procesan 105.789 toneladas de este cultivo. También cuenta con la participación de nueve entidades de apoyo que colaboran en el fortalecimiento del sector.
Ante la situación, Fenalce ha insistido al Ministerio de Agricultura en la necesidad de agilizar el proceso de reconocimiento formal de las cadenas, con el fin de reactivar la implementación de los proyectos que se encuentran en espera. La Federación advierte que, sin la formalización de estas cadenas, se podrían poner en riesgo inversiones clave para la competitividad y sostenibilidad de los productores, lo que podría impactar directamente la seguridad alimentaria del país.