Empleo

Reforma laboral y jornada reducida elevarán el costo de servicios como seguridad, restaurantes y salir a rumbear

Los recientes cambios que entraron en vigencia en el mercado de trabajo implican un duro impacto para los sectores intensivos en mano de obra. La industria de seguridad está en alerta.

19 de julio de 2025, 4:00 a. m.
En el sector de vigilancia hay 18.000 empleos en riesgo y en el de bares y restaurantes 23.000  debido a los cambios que implica la reforma laboral.
En el sector de vigilancia hay 18.000 empleos en riesgo y en el de bares y restaurantes 23.000, debido a los cambios que implica la reforma laboral. | Foto: Semana

Desde que se inició la discusión de la reforma laboral, se hacían comparaciones con mercados como el europeo, en el que muchos comercios no abren tarde en la noche, ni los domingos, por el elevado costo de la mano de obra. Allí la gente ya se acostumbró a los horarios, pero en Colombia se insiste en que ese no sería el camino, pues, por el contrario, se está promoviendo el desarrollo de ciudades 24 horas, con el objetivo de aprovechar todas las oportunidades económicas que brinda dicha posibilidad.

No obstante, el arranque de la reforma laboral, sumado al proceso que se viene desarrollando entre 2023 y 2026 para reducir la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales, frenan esas iniciativas y crean nuevos riesgos. Se teme, por un lado, por la estabilidad laboral de miles de empleados, que podrían quedar cesantes o con menores ingresos, debido a que por las nuevas normas se reducirían los puestos de trabajo o se bajaría la carga de horas extras, que para miles de empleados son parte esencial de sus ingresos mensuales.

Por el otro lado, hay un creciente temor frente a los consumidores que tendrían que pagar más por algunos servicios, como, por ejemplo, el de la seguridad privada, el cual opera 24 horas, siete días a la semana. También será más caro salir de rumba o comprar pan en las panaderías de barrio, que suelen abrir muy temprano y cerrar tarde, incluidos los domingos.

El sector de la vigilancia ocupa unas 400.000 personas de manera directa y se estima que 18.000 puestos estarían en riesgo por los recientes cambios.

Nicolás BoteroPresidente de Fedeseguridad
Nicolás Botero, presidente de Fedeseguridad | Foto: Suministrada a Semana API

Nicolás Botero, presidente de Fedeseguridad, explica que el precio mínimo del servicio está regulado por la superintendencia del sector, la cual fijó en enero las tarifas para 2025, incorporando el incremento derivado del alza del salario mínimo y la reducción de la jornada laboral de 46 a 44 horas semanales, que comenzó a regir el pasado 15 de julio. El problema es que, a mitad de año, se aprobó la reforma laboral, que otorgó a la superintendencia un plazo de 30 días –que se cumple el 25 de julio– para volver a ajustar las tarifas. Sin embargo, ese proceso está en suspenso, ya que el organismo permanece acéfalo: aún no ha sido nombrado el reemplazo de la anterior superintendenta.

Ese nuevo ajuste de tarifas tendrá una particularidad adicional. Por ahora, lo que ya está vigente de la reforma laboral es un incremento del 5 por ciento en el recargo por trabajar dominicales y festivos (que pasa del 75 al 80 por ciento). El otro gran cambio, que es el inicio de la jornada nocturna a partir de las 7:00 p. m., arrancará el 25 de diciembre, así que solo impactaría cinco días de 2025.

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“Eso quedó así porque las cuentas del Gobierno eran que la reforma se aprobara en julio para que la ampliación del horario nocturno empezara seis meses después, en enero de 2026, pero como se aprobó el 25 de junio, entonces se inicia el 25 de diciembre”, precisa Botero.

Dado que la mayoría de los contratos de seguridad se pactan de forma anual, es probable que el incremento del 5 por ciento por recargos dominicales y festivos, que ya se comenzó a aplicar, no tenga un gran impacto en los precios. Sin embargo, es un hecho que los usuarios deberán asumir un aumento en el costo del servicio.

El otro impacto lo sentirán las personas que trabajan como guardas de seguridad, quienes ya no podrán trabajar tantas horas a la semana como lo hacen actualmente, ni tantas horas extras, pues estas tienen un límite de 12 a la semana. “Para poder cubrir todos los horarios, y si no se reduce la demanda por el servicio, sería necesario contratar otra persona y eso impactaría los ingresos de quienes ya son vigilantes”, precisa el presidente de Fedeseguridad. Su cálculo es que, en promedio, un guarda devenga unos 2,3 millones de pesos mensuales, de los cuales 1,4 millones son el salario mínimo y el resto son recargos por extras y dominicales.

“Es innegable que tienen turnos pesados, pero muchos lo hacen porque les sirve el ingreso extra y ese es, de hecho, uno de los atractivos de contratación en el sector, el cual se va a perder en momentos en que cada vez es más difícil conseguir personal”, enfatiza.

Seguridad Privada 
Guarda de Seguridad
Especial Seguridad
Bogota 26 de Agosto de 2015
Foto David Amado Pintor
Especiales Sectoriales
Los guardas de seguridad del país devengan, en promedio, unos 2,3 millones de pesos mensuales, de los cuales 1,4 millones son el salario mínimo y el resto son recargos por extras y dominicales. | Foto: DAVID AMADO

La estimación del dirigente gremial es que probablemente se va a reducir la demanda por seguridad privada en dos de los clientes claves: el comercio y el residencial.

El Estado y el sector industrial son los principales clientes del sector y allí probablemente no habría recortes en la demanda, pero en el comercio, que también está afectado por los cambios laborales, sí podría haber una afectación.

“Un centro comercial que tenga varias entradas puede decir ‘el domingo solo abro una puerta’ y eso reduce puestos de vigilancia. En los conjuntos residenciales igualmente pueden optar por solo tener vigilancia de día, y de noche lo hacen todo con cámaras”, insiste Botero sobre el cambio que le espera a su sector.

16 meses de caídas

Uno de los gremios que más ha hecho advertencias sobre el impacto de la reforma laboral ha sido el que reúne a los comerciantes, Fenalco, el cual, en un reciente informe, aseguró que esta normativa llega en momentos en que el empleo del sector está debilitado. Entre 2022 y 2023, los puestos de trabajo de almacenes, concesionarios, ferreterías, farmacias y papelerías, entre otras, aumentaron en 4 por ciento, pero desde enero de 2024 comenzaron a registrar cifras negativas, acumulando 16 meses consecutivos de caída.

Getty Creativo
Empleo en el comercio está de capa caída. | Foto: Getty Images

Las cifras del Dane indican que el personal ocupado en el comercio se redujo 0,9 por ciento anual entre enero y mayo de 2025 y, por vínculo laboral, el mayor descenso se ve en la cantidad de aprendices y pasantes en práctica, que se redujeron en 7,5 por ciento, y eso que aún no habían arrancado los cambios de contratación que trae la reforma laboral para ese grupo de trabajadores.

Una encuesta de Fenalco indica que 52 por ciento de los comerciantes no modificarán sus nóminas en el segundo semestre de este año, 35 por ciento las disminuirán y 13 por ciento las aumentarán.

Camilo OspinaPresidente de Asobares
Camilo Ospina, presidente de Asobares | Foto: alexandra ruiz poveda-semana

De la misma manera, en el sector de los bares y la rumba hay alerta. Camilo Ospina, presidente de Asobares, indica que por cada hora que se amplió la jornada nocturna están en riesgo 11.500 empleos debido al encarecimiento de la hora de trabajo. “Un establecimiento que paga hoy una nómina cercana a los 25 millones de pesos por entre ocho y diez trabajadores, pasará a pagar por la misma cantidad de empleados 32 millones”, advierte, y como muchos otros, teme que el impacto también tenga que ser trasladado a los consumidores, con el riesgo adicional de un incremento en la informalidad del sector.

¿Impulso a la inflación?

Dado que los cambios de la reforma laboral se implementarán de forma gradual, algunos expertos consideran que el impacto en los costos también será progresivo, lo que les dará a los consumidores margen para adaptarse a los nuevos precios. Además, no todos los incrementos se reflejan en el cálculo de la inflación que realiza el Dane, como ocurre con el servicio de seguridad privada.

Lo cierto es que en lo corrido de este año el servicio que opera a diario e incluso de noche que más se ha encarecido es el de consumir bebidas calientes fuera del hogar, ahí claramente también influye el incremento en el precio del café. Comprar esas bebidas calientes ya preparadas ha subido 10,64 por ciento, más del doble de la inflación general registrada.

Los parqueaderos y los servicios de peluquería también se han encarecido más del 9 por ciento. Restaurantes y hoteles han tenido alzas más moderadas, aunque igualmente por encima del costo de vida total.