Reforma tributaria, de nuevo, quedó en agonía: se deshizo el cuórum en debate de votación donde buscaban hundirla

Sorprendente. De nuevo fue levantada la sesión en las comisiones económicas conjuntas de Senado y Cámara, donde se adelantaba el debate de la agónica reforma tributaria que, para muchos, ya está prácticamente hundida.

De esa manera, la iniciativa del gobierno continúa su curso en el Congreso, pese a que en realidad, está sumida en la agonía. Para el martes 9 de diciembre, de nuevo fueron citados los congresistas, seguramente, a continuar el debate de una reforma que no parece ir para ninguna parte. Más aún, después de que el ministro de Hacienda, Germán Ávila, hablara de revivir la no deducibilidad de las regalías, medida que se cayó en la Corte Constitutional, luego de haber sido aprobada en la que fue la primera reforma del gobierno de Gustavo Petro.

Desde el comienzo la reforma ha estado enredada

El camino del proyecto de ley ha sido uno de los más accidentados, si se compara con otras iniciativas que han buscado modificar los impuestos.

Esta vez (el miércoles 3 de diciembre), ya se daba por sentado que la reforma tributaria se hundiría, como lo habían “cantado” varios congresistas. Sin embargo, todo cambió a última hora.

En primer lugar, el debate empezó más tarde de lo inicialmente previsto. La plenaria en la que se adelantó un control político al ministro de defensa, demoró el comienzo de la jornada en las comisiones económicas.

Si al archivo

Los parlamentarios votaron a favor del archivo del proyecto de ley (en dos comisiones de cuatro), pero el trámite continuó para abordar la ponencia positiva impulsada por el Gobierno. Esa decisión, adoptada por el presidente de la sesión, Wilmer Castellanos, no le cayó bien a la mayoría de parlamentarios.

No obstante, accedieron a votar la ponencia positiva -la del gobierno- convencidos de que lograrían hundirla. Algunos solicitaron iniciar la votación por la Comisión IV de la Cámara, dado que la Comisión IV del Senado suele respaldar la posición oficialista, lo que, a juicio de algunos participantes del debate, se había prestado para dilatar y demorar el proceso.

En las intervenciones se hablaba de maniobras y estrategias para mantener viva la reforma, pero ¿para qué?. Algunos argumentos estiman que eso daría margen al gobierno para convencer a los que seguían indecisos.

El momento político es propicio para mostrarse

Desde los partidos de oposición se intentaban buscar explicaciones y hasta se dijo que el Ministerio de Hacienda estaría procurando extender los debates para hacer aparecer al Congreso como el culpable del hundimiento de un proyecto de ley, alrededor del cual, el titular de la cartera de Hacienda argumenta que es clave para enfrentar la crisis fiscal del país y hasta para financiar programas sociales, como el que le dará un subsidio a los adultos mayores.

Llegó la votación

Con esas prerrogativas, dieron pasó al llamado a lista para la segunda tanda de votos. Ahora era para decidir si la reforma tributaria continuaba en el escenario. Un nuevo impase se produjo. En el llamado a lista inicial hubo confusión. El presidente de la sesión pidió una repetición, pero ya no había cuórum. Ante esa situación, Castellanos decidió levantar la sesión.

Una tributaria simplificada

Ninguna posibilidad para que se debata la reforma tributaria parece tener cabida. Olga Lucía Velásquez jugó su carta en un intento por salvar la aporreada iniciativa. Hizo una proposición de rescatar únicamente el capítulo IV de la ponencia de la ley de financiamiento, pues con ello, afirmó, demostrarían que estaban defendiendo al contribuyente. El mensaje enviado de nuevo avivó la polémica.

Fue así como, el debate se tornó abiertamente político, solo para ganarle una al gobierno, decían algunos voceros del parlamento. Lleno de ataques e insultos que encontraban respuesta en el interlocutor, el debate finalizó dejando la sensación de que se está ante un proyecto de ley que, ni avanza, ni se hunde, y ya queda muy poco tiempo.