TRABAJO
Salario mínimo 2025: definir el alza por acuerdo tiene una última oportunidad. ¿Cuál sería la cifra más sensata?
Este domingo 15 de diciembre habrá una nueva reunión, la definitiva, para tratar de concertar. Sin embargo, ante el estancamiento de la reforma laboral, el presidente Petro dijo que el salario deberá compensar esa situación, lo que dio luces de que el desenlace sería el decreto para establecer el incremento.
El alza en el salario mínimo que se intenta lograr a través de concertación entre trabajadores, empresarios y Gobierno está detenida entre lo que indican las variables técnicas y lo que quieren las partes.
Aunque la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, aspira a que antes del 15 de diciembre suceda el milagro de llegar a un acuerdo, las posiciones parecen estar alejadas entre una cifra piso de entre 6,5 y 7 por ciento y una cifra techo del 12 por ciento, que propusieron los sindicatos. De hecho, el domingo habrá otra reunión, la definitiva, dentro del cronograma previsto para la negociación. Después del 16, si no hay humo blanco, las partes tendrán que exponer las razones de sus posiciones y allí habrá otro espacio para el diálogo y el consenso. De lo contrario, el incremento irá por decreto y es lo más factible, principalmente, luego de la mención sobre el tema que hizo el presidente Gustavo Petro, cuando hizo alusión a la reforma laboral que cursa en el Legislativo.
¿Hay ambiente para un acuerdo?
El ambiente, como en general en el país, está muy polarizado. Desde las esquinas de lo técnico, basados en datos de inflación y perspectivas de crecimiento económico, la Junta del Banco de la República ha sugerido prudencia.
El Emisor llevó a la mesa de negociación un estimativo de inflación al cierre de 2024 de 5,1 o 5,2 por ciento. El Dane puso otro tanto con la proyección de la productividad, que rondaría el 1,7 por ciento si se tienen en cuenta todos los factores. Eso implica que podría ocurrir un cambio frente a los ajustes del salario mínimo de los últimos tres años, cuando el alza se dio en medio de un costo de vida creciente, mientras que en esta oportunidad ese indicador está a la baja. Por consiguiente, la base ideal para negociar el aumento sería de 6,5 por ciento, dice una fuente conocedora del tema.
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El nivel sensato
Stefano Farné, director del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado, sostiene que, “en la práctica, el aumento del salario mínimo se define con base en tres parámetros, pues, además de la inflación y la productividad, ambas del año anterior, se agrega el poder de negociación de las partes”. Así, considera un aumento sensato para 2025, “algún valor entre 6,5 y 7 por ciento”.
Por el lado de los sindicatos, Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), argumenta que habitualmente en Colombia se ha utilizado el dato más bajo de productividad que certifica el Dane (el de todos los factores) y no se usan los que resultan más altos y que atañen de forma directa al aporte del trabajador. Se refiere a la productividad laboral por horas, calculada en 3,43 por ciento. “Como se usa la cifra más baja, hay una deuda histórica con los trabajadores de por lo menos 24 puntos”, sostiene, para justificar la razón de la petición de 12 por ciento.
Pero si la inflación está bajando...
En el otro extremo están los que aducen que no se puede perder de vista que, con el descenso de la inflación desde 2023 y especialmente en 2024, los trabajadores que reciben el mínimo tuvieron un crecimiento real en ingresos.
Aunque a los sindicatos, y en general a los colombianos, les suena bien un incremento de dos dígitos, los analistas sostienen que los efectos de hacerlo no son inocuos ni tienen solo que ver con que el empleador reparta más generosamente su riqueza, idea que forma parte de la filosofía del actual Gobierno.
De hecho, el presidente Gustavo Petro, luego del hundimiento del proyecto de ley de financiamiento en el Congreso de la República, hizo un pronunciamiento en el que se refirió a la situación de la reforma laboral en su trámite en el Legislativo. “La ausencia de una reforma laboral, si no es aprobada por el Congreso, debe ser compensada por el salario mínimo”.
El mensaje dejó perplejos a los empresarios, pues, de no lograrse un consenso entre las partes, el ajuste deberá ser decretado por el Gobierno antes del 31 de diciembre.
No obstante, “un aumento por encima de la inflación y de la productividad se devuelve luego en mayores precios y termina afectando a los asalariados. Muchos de los otros precios se ajustan con el alza del mínimo y refuerzan las presiones inflacionarias”, indica la fuente consultada.
Los gremios que representan a los empleadores en la mesa tripartita ni siquiera presentaron contrapropuesta a la petición de los sindicatos, algo que han venido haciendo desde hace dos años y no le ha caído bien a los voceros de los trabajadores.
El alza de la remuneración mínima es aún un enigma.