Definitivamente, el diálogo alrededor del alza del salario mínimo para 2026 se volvió de sordos. Ninguna de las dos partes cede un ápice y cada uno tiene sus argumentos, que defienden como verdades absolutas, sin asomo de que puedan tener un acercamiento.
Así lo evidencian las salvedades presentadas tanto por los sindicatos como por los empresarios, según las reglas previstas en la negociación. Terminadas las 48 horas que se establecieron para cumplir con esa actividad en la mesa tripartita, cada uno presentó su documento, el cual contiene lo que ya han sustentado, pero con mayor lujo de detalles.
Los sindicatos se apegan a sentencias de la Corte Constitucional, en especial en la Sentencia C-815 de 1999, que sustenta el llamado Estado Social de Derecho.
A partir de allí, sustentan la posición de pedir un incremento del 16 %, en el ya mencionado concepto de salario mínimo vital, “a la luz del estudio de la Organización Internacional del Trabajo OIT.
Colombia es miembro de la OIT y como tal, debe acogerse a los convenios, sustentan los sindicatos, y el referido al incremento del salario mínimo, es el 131, que menciona “las necesidades de los trabajadores y sus familias habida cuenta del nivel general de salarios en el país, el costo de vida, las prestaciones de seguridad social y el nivel de vida relativo de otros grupos sociales, así como los factores económicos incluidos los requerimientos del desarrollo, los niveles de productividad y la conveniencia de alcanzar y mantener un alto nivel de empleo, además de un ámbito de aplicación amplio que limite al mínimo las exclusiones justificadas”, señala el documento de salvedades de los sindicatos.
La sustentación detallada
Todo lo ocurrido en la mesa de concertación, donde se presentaron informes del Dane, del Banco de la República, Planeación Nacional, la OIT, entre otros, sirvió a los sindicatos para calcular el costo de la canasta alimentaria y plantear así su cifra. Dicho costo, “en 2024, era de 2.982.589 de pesos para una familia de cuatro integrantes: $1.288.654 para alimentos; 711.780 en vivienda; $154.606 en educación y salud, y en otras necesidades esenciales $827.549″, dicen las salvedades de las centrales obreras.
En 2025, entre tanto, esos costos suben a $3.141.188, según sostienen en el informe. Por lo tanto, consideran que el salario mínimo actual está en un 39,70 % por debajo de lo necesario para suplir las necesidades de una familia en la que solo hay un ingreso de uno y medio salarios mínimos.
Para los sindicatos, “un incremento del salario mínimo en un 16% estamos seguros seguirá contribuyendo a la dinamización de la economía. La norma constitucional se violenta en la medida que el incremento no permita la satisfacción de los derechos mínimos de los trabajadores y sus familias porque los mantiene sumidos en la pobreza y no se promueve la prosperidad general como lo mandata la Carta de 1991″.
Salvedades de empresarios
Por el lado de los empresarios, echaron mano de todas las cifras oficiales para sustentar su 7,21 %. “El aumento del IPC-índice de precios al consumidor, en lo corrido del último año presenta una cifra acumulada del 5,3 %, lo cual indica un estancamiento en la tendencia de reducción de la inflación que en los años anteriores se había logrado en Colombia”.
Argumentaron además el alto número de personas en la informalidad, problemática que está en aumento: subió en 732.000, llegando a un total de 13,6 colombianos que no tienen las garantías de la contratación formal.
Los empresarios advirtieron sobre “posibles efectos inflacionarios que podría tener una decisión irresponsable en el porcentaje de aumento del salario mínimo en nuestro país”.
