Precios
Vendedores minoristas de gasolina ya evidencian caída del consumo por los mayores precios de los combustibles
Empresarios del sector agremiados en COMCE, alertan por el impacto en la competitividad ante el menor uso de los automotores. Una de las regiones más afectadas es el Suroccidente del país.
El aumento de 37 % que han tenido los combustibles en el último año no solo tiene preocupados a los dueños de vehículos particulares y a los de transporte público, sino también a los distribuidores minoristas de gasolina, que pese a ser intermediarios en este mercado y vender bajo los parámetros que establecen las autoridades, ya están sintiendo el impacto de esta situación en sus ventas, así como una afectación en su imagen, pues muchos consumidores, que desconocen cómo funciona este sector, les atribuyen las alzas y otros los culpan de la contaminación que hace necesaria la transición energética.
Raúl Núñez, presidente de la Confederación de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos (COMCE), dice que lo primero que se debe aclarar es que el aumento de precios de la gasolina no significa más ingresos reales o más utilidades para las estaciones de servicio. “En Colombia tenemos un mercado regulado, lo que hace que nosotros tengamos límites de ganancias, que en este momento están en 956 pesos por galón en las ciudades con libertad regulada. Por eso, en Bogotá, por ejemplo, si bien el precio de referencia es hoy de 13.700 pesos, se pueden encontrar estaciones de servicio que venden a 13.400 o 13.300, pues el minorista juega con ese margen para no perder clientela” explica y agrega que con esa estrategia algunos buscan atenuar el impacto de las alzas decretadas por el Gobierno.
Así mismo, afirma que se tiene la idea errónea de que como no hay bienes sustitutos de la gasolina, los aumentos en precio no impactan el consumo, pero que los estudios que han hecho como gremio, -agrupan a 2.300 de las 6.200 estaciones de servicio que hay en el país-, evidencian que en el último trimestre hubo una disminución del consumo del 5%. “Es una cantidad nada despreciable y a ella se suma un hecho particular y es que ha aumentado el consumo de gasolina extra, debido a que la diferencia con la corriente ya no se siente tan alta. En el pasado reciente el galón de corriente estaba a 8.500 pesos y el de extra en 14.000, ahora la primera está alrededor de 13.000 y la segunda en 19.000. En pesos la diferencia es similar, pero al estar ambas por debajo de los 20.000, más personas con capacidad de pago se inclinan por la extra, impactando las cifras agregadas, aunque vale la pena aclarar que el consumo de gasolina extra en Colombia es muy bajo”, precisa Núñez.
Este dirigente gremial insiste en que la disminución en el consumo de gasolina ya se siente en la canasta familiar, pues por el alto costo de tanquear se empiezan a generar restricciones a la movilidad, en particular, de aquellos que tienen su vehículo como instrumento de trabajo, como es el caso de miles de motociclistas. Antes una motocicleta se llenaba de gasolina con tres galones, que costaban 30.000 pesos, ahora se deben destinar entre 40.000 y 50.000, lo que implica un aumento muy significativo para un grupo poblacional que depende de la moto para trabajar.
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Impacto reputacional
En COMCE, que fue creada hace cinco años y que está integrada por distribuidores minoristas afiliados a asociaciones gremiales ubicadas en 19 departamentos, también les preocupa el impacto reputacional que les pueden implicar la idea de quienes piensan que son las estaciones de gasolina las que están afectando a la canasta familiar, a lo que se suman declaraciones del Gobierno con respecto a que la transición energética es necesaria para combatir la contaminación que producen los combustibles fósiles.
“Es un discurso que a veces no es del todo real. La gasolina ya no contamina como lo hacía hace 30 años, pues ha habido esfuerzos en ese campo, con aditivos, la mezcla con biocombustibles y vehículos más modernos. La opinión pública debe conocer que este sector no contamina al 100% y tampoco es un monstruo por vender gasolina”, subrayó Núñez.
Otro tema que destacó es que el impacto de los incrementos de la gasolina no es igual en todo el país y particular puede ser gravoso en el Suroccidente, región que por este motivo puede una pérdida de competitividad, dado que el oleoducto llega hasta Yumbo y lo que se surte para Cauca y Nariño va en carrotanque, incrementando los costos. “El precio de referencia en Yumbo está como en 13.900 pesos, lo que la convierte en una de las gasolinas más costosas del país. Y si a eso se suma el flete hasta Cauca, pues encarece más el combustible, que además se ve afectado por los problemas de la vía Panamericana, los bloqueos, los derrumbes, etc.”, comenta Núñez.
Adicionalmente hay otro motivo de preocupación relacionado con los regímenes de zonas de frontera, que no tienen los controles suficientes y no logran evitar el contrabando. Entonces, con alzas de los precios internos del combustible en los departamentos de frontera aumenta el incentivo para el contrabando.
En resumen, el presidente de COMCE no duda en asegurar que su sector vive hoy “un cóctel muy complicado”.