Energía
Vender gasolina con precios diferenciales sería costoso, inseguro y poco beneficioso, advierte el sector privado
Pese a las alzas, la gasolina colombiana es hoy la cuarta más barata de América Latina, En 2023 la demanda por este combustible ha venido bajando por cuenta del cierre de vías, los bloqueos e incluso las obras que se hacen en las ciudades y que desincentivan el uso de carros.
La más reciente propuesta de la ministra de minas, Irene Vélez, para establecer precios diferenciales de la gasolina en el país, con el fin de dar un alivio a ciertos sectores productivos y a las familias de estratos más bajos, por ejemplo, con menores tarifas para las motos, no solo ha recibido reparos de su colega el ministro de Hacienda, sino también de los empresarios del sector.
Al ministro Ricardo Bonilla le preocupa que esta idea afecte los ingresos de Ecopetrol, lo que a su vez impacta directamente las finanzas públicas, mientras que a los empresarios les parece muy complicada la logística de los precios diferenciales y advierten sobre posibles riesgos de fraudes.
“Es una idea supremamente compleja de implementar, así como insegura y poco beneficiosa para el país. Sería difícil controlar a quién se le da un precio y a quién otro y lo que va a terminar sucediendo es que la gente con acceso al combustible más barato puede terminar comprando para revender más caro”, dice Juan José Martínez, presidente de Primax Colombia, una de las mayoristas de combustibles del país, que tiene bajo su marca 905 de las 6.200 estaciones de servicio que operan en el territorio nacional.
Su argumento se basa en el hecho de que las estaciones de servicio no tienen la infraestructura necesaria para vender con precios diferenciados, ni los elementos de control para poder garantizar a quién se subsidia y a quién no. “Se podría generar un mercado secundario innecesario”, reitera.
La propuesta de la ministra Vélez, que se dio tras su visita junto con el presidente Petro a Portugal, también estuvo acompañada de otro anuncio con el que se busca que las estaciones de servicio más grandes del país tengan electrolineras para cargar los automóviles eléctricos, como parte de la estrategia para avanzar hacia la transición energética.
Martínez considera que el montaje de electrolineras puede ser una buena señal para avanzar en la transición, pero que ese es un proceso que no solo requiere infraestructura, sino, principalmente, demanda. El parque automotor del país es de 18 millones de vehículos, de los cuales solo hay 10.000 que son 100 % eléctricos. “Poner electrolineras puede darnos la sensación de que tenemos la oferta, pero si no tenemos vehículos que vengan a cargar, estaríamos invirtiendo en equipos que van a quedar inutilizados, pues mucha gente carga en sus hogares”, dice.
Según sus estimaciones para mover todo el parque automotor del país se requieren 600 petajulios (unidad de medida de energía, que equivale a un billón de julios), que hoy son provistos con gasolina y diésel. En energía eléctrica el país produce 267 petajulios, lo que implicaría que para hacer el reemplazo se requerirían 12 hidrohituangos.
¿Y los precios?
Durante 2022, en Colombia se consumieron 345.000 barriles (KBD) diarios de combustibles líquidos, lo que representó un crecimiento en su demanda del 14 % respecto a 2021, para este año se prevé que dicha demanda solo crezca 2,5 %, según estimaciones de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP)
Martínez explica que la menor demanda por combustibles no se debe principalmente al aumento de precios de la gasolina que ha decretado el Gobierno para llenar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), sino por otros factores como la emergencia vial de Nariño, que impactó las cifras agregadas del primer trimestre del año; las obras que se están realizando en Bogotá, lo que empeora el tráfico y desincentiva el uso de vehículos; y los paros y las manifestaciones en el norte del país, que han reducido el consumo de combustible a nivel nacional. “También estamos evaluando muy de cerca si el cambio del pico y placa en Bogotá, que afectó a numerosas familias que tenían dos carros y ahora ambos tienen restricción el mismo día, así como el fin del pico y placa solidario, están reduciendo la demanda”.
No obstante, el presidente de Primax, firma que tiene 25 % del mercado de venta de gasolina en el país, indica que, con todo y las alzas, este combustible está en Colombia 4.000 pesos por debajo del precio internacional. Esto implica que Colombia hoy tiene el cuarto precio de gasolina más barato de Latinoamérica. “Hoy en un galón de gasolina corriente vale 2,50 dólares, en Estados Unidos vale cerca de 3,88, en Brasil y Argentina está en 4,10, en Perú y Chile más de 5 dólares y en todos los países centroamericanos está por encima de 4 dólares”, precisa y agrega que es necesario entender que a lo largo de los últimos años el país venía subsidiando el precio de manera importante y eso era como como comprar a crédito y ahora hay que pagar.