Economía
Con esta metodología, empresas impulsan habilidades en sus colaboradores
Un estudio reveló que entre el 3 % y el 14 % de la fuerza laboral mundial, deberá ocupar una nueva categoría en sus trabajos para 2030 por la automatización,
Tras la pandemia del virus de la covid-19, las compañías se han enfocado en la necesidad de realizar cambios y transformaciones industriales, tecnológicas, comunicacionales e incluso sociales, los cuales requieren de nuevos retos corporativos que no solo dependen de un cambio en el modelo de negocio o las estrategias de desarrollo, sino que también, requerirán de la transformación del talento humano para que se adapte a los desafíos del futuro.
En ese sentido, el estudio: ‘Jobs lost, jobs gained: workforce transitions in a time o automation’ de McKinsey Global Institute reveló que entre 35 y 735 millones de trabajadores, es decir, entre el 3 % y el 14 % de la fuerza laboral mundial deberá ocupar una nueva categoría en sus trabajos para 2030 debido a la automatización, la inteligencia artificial o la digitalización.
Por tal motivo se necesita que las empresas empiecen a sumar como estrategia organizacional los conceptos de: ‘reskilling’ y ‘upskilling’.
Es así como el ‘upskilling’ busca enseñar a un trabajador nuevas competencias para optimizar su desempeño, mientras que el ‘reskilling’ tiene como objetivo formar a un empleado para que se adapte a un nuevo puesto en la empresa.
Tendencias
“Estas habilidades son una necesidad inminente en la actualidad para las compañías, puesto que estamos en un entorno de constante transformación y en el que se deben aprovechar los recursos al máximo”, de acuerdo con Sthepanie Carvajalino, Co-fundadora y Chief Commercial Officer de The Biz Nation, plataforma de educación online.
Es por esto, que la empresa desarrolló una metodología de enseñanza con la cual impulsa dichas habilidades en sus colaboradores y que se basa en cinco pilares:
Identificar el tipo de cerebro de las personas: Lo primero que se hace es hacer un análisis dentro de la compañía para entender las fortalezas naturales y el estilo de aprendizaje de los colaboradores, teniendo en cuenta que todas las personas aprenden de formas distintas.
Programación Neurolingüística: Teniendo en cuenta el tipo de cerebro dominante en cada persona, el segundo componente de la metodología es buscar programar el cerebro a través del lenguaje para generar resultados más efectivos en cuanto a los conocimientos que se van a adquirir en cada programa.
El storytelling: Es el tercer componente, puesto que es una excelente estrategia de neurociencia para generar recordación y para que la gente tenga una mayor capacidad de captación del contenido.
Tecnología: Las herramientas digitales se utilizan como un vehículo para poder conectar con muchas más personas y permite llevar adelante un aprendizaje continuo.
Aprendizaje experiencial: Todos los programas buscan llevar proyectos y componentes de aprendizaje a través de las experiencias.
Menos del 40 % de la fuerza laboral está conformada por mujeres
Las crisis que ha enfrentado el mundo en la última década han tenido repercusiones en el mercado laboral a nivel global. Un nuevo estudio de Bain & Company señala que las mujeres siguen constituyendo menos del 40 % de la fuerza de trabajo a nivel mundial, y que la participación de esta población está disminuyendo en muchos países de crecimiento rápido y menores ingresos.
“La situación que afrontan hoy las mujeres en el mundo laboral es crítica, por eso desde las empresas es necesario que de forma proactiva se aborden los desbalances de género para solucionar esta problemática que afecta de forma directa la incorporación de talento. Por tal razón, desde Bain & Company estamos convencidos de la necesidad de impulsar políticas más inclusivas y equitativas que impulsen el empoderamiento, profesionalización e integración de población femenina como una forma de no solo atender esta dificultad social, sino también para potenciar el desempeño de las compañías”, indicó Catalina Fajardo, socia ejecutiva de Bain & Company en Colombia.
Este panorama se contrasta con la realidad en Colombia donde, según cifras del Dane, las mujeres representan aproximadamente el 42,2 % de la fuerza laboral del país. A pesar de ello, son las que presentan la mayor tasa de desempleo, la cual llegó a 13,8 %, siendo superior a la de los hombres cuyo porcentaje de desocupación es del 8,9 %. Una situación que ha suscitado preocupación, puesto que evidencia la existencia de una amplia brecha de género en el tejido productivo nacional.
Según la consultora, estos desequilibrios están arraigados por tres razones fundamentales. En primer lugar, la elección de la profesión tiene su origen en las expectativas de la primera infancia, por lo que dicha escogencia está influenciada por un sesgo de género.
Segundo, en los espacios de trabajo se encuentran arraigados prejuicios que reproducen tratamientos discriminatorios hacia las mujeres. Y tercero, la flexibilidad laboral se ha convertido en una trampa para la población femenina en algunos países, dado que a medida que envejecen, la flexibilidad crece en importancia para las mujeres y disminuye para los hombres. El trabajo a tiempo parcial suele mantener a las mujeres en la población activa, pero es uno de los principales responsables de la brecha salarial.