ECONOMIA
¿Quién debe asumir las reparaciones durante un contrato de arrendamiento en Colombia?
La ley es muy clara sobre las diferentes reparaciones que se deban realizar.
En Colombia, el contrato de arrendamiento es una figura legal que regula la relación entre el arrendador y el arrendatario, con el propósito de establecer los derechos y responsabilidades de ambas partes.
Uno de los temas clave que surge durante la vigencia del contrato es quién debe asumir las reparaciones en la propiedad arrendada. Este aspecto es fundamental para evitar disputas y garantizar el buen uso de la propiedad.
De acuerdo con el Código Civil Colombiano y la Ley 820 de 2003, que regula los contratos de arrendamiento de vivienda urbana, las reparaciones pueden dividirse en dos tipos principales: aquellas que son responsabilidad del arrendador y aquellas que deben ser cubiertas por el arrendatario.
La distinción entre ambos tipos depende de la naturaleza del daño y la causa que lo origina.
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Por un lado, el arrendador tiene la obligación de realizar las reparaciones que sean necesarias para mantener la propiedad en condiciones habitables.
Según el artículo 8 de la Ley 820 de 2003, el arrendador debe encargarse de las reparaciones estructurales y de aquellas que sean necesarias para garantizar que la vivienda sea apta para su uso, sin que afecten la seguridad ni el bienestar de los inquilinos.
Esto incluye, por ejemplo, la reparación de problemas en la estructura del inmueble, como grietas en las paredes, filtraciones en el techo o problemas con la instalación eléctrica o de plomería que sean originados por el desgaste natural de la propiedad.
Sin embargo, el arrendatario también tiene responsabilidades en cuanto al mantenimiento de la propiedad. De acuerdo con el mismo marco legal, el inquilino debe asumir el costo de las reparaciones que sean necesarias por el uso indebido o el daño ocasionado por su propia conducta o la de sus visitantes.
En este aspecto se tienen en cuenta la reparación de daños causados por mal uso de los electrodomésticos, daños a puertas o ventanas, y cualquier otro desperfecto que no sea producto del desgaste natural.
El arrendatario también debe cumplir con el mantenimiento rutinario de elementos como el jardín o las instalaciones de agua y gas, siempre que el contrato no disponga lo contrario.
Además, la Ley establece que el arrendatario tiene la obligación de informar de manera oportuna al arrendador sobre cualquier daño o desperfecto que se presente en la vivienda.
Cabe destacar que, en los casos en los que las reparaciones sean urgentes y no se pueda contactar al arrendador, el arrendatario tiene derecho a realizar las reparaciones necesarias para evitar mayores daños a la propiedad.
No obstante, el costo de estas reparaciones debe ser reembolsado por el arrendador si se demuestra que el desperfecto no fue causado por el arrendatario.
