MAURICIO BOTERO

Opinión

Cometiendo los mismos errores del pasado

El desarrollo del mercado automotor estadounidense y la forma en que ha enfrentado la competencia, primero japonesa y ahora China, es muestra de una política incorrecta que termina afectando a los consumidores.

Mauricio Botero Caicedo
19 de junio de 2024

Allá en la década de los setenta, a los fabricantes de automóviles estadounidenses les tocó enfrentar una dura realidad: los vehículos japoneses estaban arrasando y, de seguir la tendencia, en pocos años podrían condenar la industria automotriz de Estados Unidos a la irrelevancia.

¿Pero por qué se daba ese fenómeno de dominios de los autos japoneses? Principalmente por siete razones que de forma muy precisa han sido enumeradas por la revista Motor16 de España:

  • La filosofía Kaizen, que se traduce como «mejora continua», impulsa a los fabricantes de automóviles a buscar constantemente maneras de mejorar los procesos y optimizar la eficiencia, lo que se traduce directamente en la calidad de los productos finales.
  • Los fabricantes de automóviles japoneses han sido pioneros en la incorporación de tecnología avanzada en sus vehículos.
  • La búsqueda de la eficiencia, incluyendo un bajo costo del combustible, ha sido y es una característica distintiva de los coches japoneses.
  • La durabilidad es una característica distintiva de las marcas japonesas, y esta reputación se ha construido a través de la aplicación de materiales de alta calidad y estándares de fabricación excepcionales.
  • Otro aspecto que distingue a los coches japoneses es su reputación de ser opciones rentables y con un sólido valor de reventa.
  • La cultura japonesa de atención al cliente es un factor que también ha contribuido al éxito de los coches japoneses en todo el mundo. Los fabricantes de automóviles japoneses han establecido estándares elevados en términos de servicio al cliente y satisfacción del cliente.
  • El diseño de los coches japoneses ha evolucionado a lo largo de los años, y las marcas japonesas han demostrado una capacidad única para combinar innovación y estética.

Para buena parte de los conocedores del sector, la excelencia de los coches japoneses no es el resultado de un solo factor, sino de una combinación de filosofías empresariales, innovación tecnológica, calidad de fabricación y atención al cliente. “La capacidad de los fabricantes de automóviles japoneses para adaptarse a las tendencias emergentes, abrazar la tecnología avanzada y mantener altos estándares de calidad ha asegurado su posición como líderes en la industria. En resumen, la excelencia de los coches japoneses es un testimonio de la dedicación constante a la mejora, la innovación y la satisfacción del cliente”.

¿Y qué hicieron los fabricantes de vehículos de Estados Unidos para enfrentar el desafío japonés? En vez de analizar las razones por las cuales los vehículos japoneses estaban arrasando, corregir sus errores y empezar a hacer coches competitivos, se dedicaron fue a exigirle al gobierno que le pusiera tarifas y aranceles bordeando en lo confiscatorio con la finalidad de impedir la avalancha de coches japoneses. Esfuerzo que resultó en vano, ya que lo que hicieron los japoneses fue montar plantas en Estados Unidos y fabricar los coches directamente en este país. Hoy son los carros japoneses dueños de buena parte del mercado automotriz estadounidense.

En el mercado de los coches eléctricos la historia se está repitiendo. Los chinos, muy especialmente la empresa BYD, fabrica unos vehículos excelentes a unos precios muy razonables. Pero en vez de entender qué hacen los chinos para poder entregar al mercado excelentes vehículos a precios razonables, los fabricantes de Estados Unidos y de la Comunidad Europea (muy especialmente Tesla) se han dedicado es a cabildear a los gobiernos para que pongan aranceles prohibitivos y de esa manera bloquear los coches chinos. Al haber tenido éxito, ya Tesla anunció que pensaba aumentar los precios de manera importante.

El resultado de la torpe política de las autoridades de Estados Unidos y Europa es que el consumidor es quien termina sufriendo al tener que pagar precios abusivos por coches muchas veces mediocres, y la transición energética se va a demorar. Los fabricantes estadounidenses y europeos van a tener un respiro a corto plazo, pero casi con toda seguridad, el futuro de la industria automotriz será oriental, no de Estados Unidos ni de Europa.

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