
Opinión
Deja de pensar tanto
Creo firmemente que incorporar el ‘mindfulness’ en nuestra rutina diaria no requiere grandes cambios.
Es lo que nos pasa a todos. Un mundo sobreinformado que normaliza el hecho de no parar de pensar, maquinar, producir. Pensar demasiado se ha convertido en una práctica común. Nos encontramos constantemente analizando cada detalle de nuestras vidas, desde decisiones triviales hasta las más importantes. El problema es que no paramos a tomar aire y conciencia de que este hábito puede tener consecuencias negativas para nuestra salud mental y bienestar general.
Pensar demasiado también es conocido como overthinking, y puede llevar a un ciclo interminable de preocupación y ansiedad. Nos quedamos atrapados en una espiral de pensamientos que nos impide disfrutar del presente y nos hace sentir abrumados. Este fenómeno no solo afecta nuestra mente, sino también nuestro cuerpo, causando insomnio, fatiga y otros problemas de salud.
Lo más curioso es que hacemos que todo esto se vea normal. Creemos que está bien pensar de más y obviamente la ansiedad y el interés por controlar todo lo que evidentemente no se controla nos empieza a “rayar” un poco la cabeza.
Aquí es donde entra en juego el mindfulness. Esta práctica, que se centra en la atención plena y la conciencia del momento presente, puede ser una herramienta poderosa para combatir el pensamiento excesivo. Al enfocarnos en el aquí y el ahora, podemos reducir la ansiedad y mejorar nuestra salud mental. Para algunos suena a psicología barata, y me lo han dicho, pero quien logra entender un poco más el tema ve cambios sustanciales en su diario vivir y su paz mental.
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El mindfulness nos ayuda a bajarle al estrés, ya que al centrarnos en el presente, dejamos de preocuparnos por el pasado o el futuro. Además, empezamos a darnos cuenta de que no somos el centro del mundo, así que no todos están pensando en qué hicimos mal o bien. Al final dejamos fluir y entendemos que si nos sentimos mal y no es tan cómodo, hay que manejarlo.
De otro lado, ayuda a mejorar la concentración. Practicar mindfulness puede disminuir la depresión y la ansiedad porque nos ayuda a anclar el presente, que claramente es lo único que tenemos garantizado.
Creo firmemente que incorporar el mindfulness en nuestra rutina diaria no requiere grandes cambios, pero sí grandes decisiones; estas prácticas requieren voluntad y tiempo. Apagar el automático y concentrarte es realmente un reto para esas mentes activas que no quieren “perder tiempo”. Aconsejo ajustar algunos hábitos para cultivar la salud mental.
La meditación diaria, la respiración consciente y realizar actividades sencillas, pero viviéndolas en realidad, puede ayudar a anclar y hacer mindfulness. Te doy ejemplos: camina con tu perro sin llevar el celular, come sin mirar pantallas, disfrutando la comida, lávate las manos sintiendo el agua y entendiendo el proceso que estás viviendo.
La respiración es la primera base para empezar a anclarte en un proceso de mindfulness. No hay que ser experto ni budista para simplemente entender que la vida la estas respirando. Pero el mundo nos pone tantos trucos ahora que la magia de simplemente existir se va. Es como vivir la vida con filtro. Así que deja de sobrepensar y más bien siente más. La atención plena no solo mejora nuestra salud mental, sino que también nos permite disfrutar más de la vida.
“La vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”, John Lennon.