Claudia Varela, columnista

Opinión

Divorcio laboral

Los millennials y centennial, son unos absolutos convencidos de que las experiencias son lo que más les suma a sus propias existencias.

Claudia Varela
23 de febrero de 2025

Esta conducta puede verse un poco caprichosa y por supuesto la tolerancia a la frustración es más baja, ya que ellos no vinieron al mundo como sus padres y abuelos a “aguantar” a “sufrirla” sino más bien a entender que la vida es ahora, que el momento es ya y que el compromiso es consigo mismo y el universo, pero no necesariamente con corporaciones o empresas. Esto no implica que no se comprometan o que no le metan ganas a lo que quieren, pero hay que saber leerlos.

Son mucho más sensibles al diálogo y les gusta ser “bien tratados”, esto implica ser muy escuchados, tenidos en cuenta, entendidos. Es mucho más difícil hoy ser exigente a los niveles de los 80 y 90 porque sencillamente la comunicación es diferente y la forma de entender el mundo lo es.

No quiero meter a nadie en estereotipos porque claramente tu año de nacimiento no es lo único que forma tu personalidad y forma de ver el mundo, pero sí está claro que es diferente haber nacido en años de no, internet o redes sociales. La inmediatez, la tecnología, incluso los parámetros de belleza y perfección, son otros.

La generación X nacida entre 1964 Y 1980 no entiende muy bien por qué los más jóvenes no son tan adictos al trabajo, porque quieren trabajar con horarios flexibles y por qué rotan tanto en las empresas. En una investigación hecha por Gallup en 2022 se encuentra que el 79% de los empleados del mundo tienen bajo compromiso, quizás en parte sea debido a que no entendemos las motivaciones reales de las nuevas generaciones.

De alguna manera, las nuevas generaciones podrían ser incomprendidos. Pero no olvidemos que todos en nuestra juventud lo fuimos Así que la verdad el tema no es tan sorprendente, pero si es importante entender cómo podemos enganchar y comprometer a los más jóvenes para que se queden en las organizaciones y no estén dando tumbos en diferentes compañías por un mejor sueldo y sobre todo para que se comprometan con la empresa que están al menos hasta el día en el que se queden.

Hace unos días tuve una conversación con alguien del mundo de la tecnología donde evidenciaba que los chicos que más se buscan son aquellos muy geek, expertos en redes, data mining, análisis de data global, entre otros. Tanto que para llevarlos de un lado a otro les están doblando y hasta triplicando el salario.

Esto es un caso puntual. Pero la gente que se mueve solo por salario seguirá moviéndose con un alma algo mercenaria a otras empresas de manera infinita, hasta que no haya quien pague. Se trata entonces de entender otras cosas que hoy se valoran más por los más jóvenes, como la calidad de vida, los horarios, los beneficios, la posibilidad de aprender.

Los Millennials y Centennials tienen motivaciones laborales que reflejan sus valores y expectativas únicas. Está claro que buscan trabajos que les permitan horarios flexibles y la opción de trabajar remotamente.

Otra variable muy importante para ellos es el bienestar y la salud mental, prefieren climas que promuevan y ofrezcan apoyo explícito en esta área. Por supuesto, siguen pensando en su desarrollo profesional y personal, pero desde una perspectiva que les permita un crecimiento permanente a través de experiencias reales, conocimiento, viajes, conexión con otros.

Termino mi corta lista dando relevancia al tema del propósito y los valores, estas generaciones quieren definitivamente sentir que su trabajo aporta en algo a la sociedad, lo cual no solo apoyo, sino que me parece loable.

He visto casos reales de jóvenes que dejan sus trabajos (que ofrecen esa tan añorada estabilidad boomer o X) debido a que no se sienten cómodos o bien tratados. Los chicos de ahora se dan cuenta inmediatamente si sus líderes son inconsistentes entre lo que dicen y hace. Así que si eres jefe, conviértete rápidamente en líder o te van a pedir el “divorcio” antes de lo que esperas.

“No son nuestras diferencias las que nos dividen. Es nuestra incapacidad para reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias.” - Audre Lorde.