José Miguel Santamaría Uribe

Economía

¿Dónde está el billete?

Por el lado de los ingresos tampoco hay buenas noticias, el recaudo de impuestos no se ha comportado bien.

José Miguel Santamaría
7 de febrero de 2025

Es complicado entender cómo teniendo el presupuesto más alto de la historia de Colombia, el Gobierno Petro tiene unos problemas de caja tan grandes. Para algún lado se están desviando los recursos, claramente no para inversión ni para infraestructura.

Los últimos informes nos dicen que gran parte de esos recursos se han desviado a contratación de personal, a contratos de prestación de servicios y a crecer el Estado ya de por cierto paquidérmico. Esto es muy grave, ya que al gobierno que llegue le quedará bien difícil bajarse, o también porque esa contratación termina aceitando el aparato electoral para las elecciones de 2026.

Otra cantidad de recursos se van a corrupción, hemos podido ver cómo dilapidan recursos en carrotanques, en ollas comunitarias y en conciertos. Al final, algún político beneficiado sale y termina votándole leyes ideologizadas y poco benévolas para los ciudadanos.

El año 2024 terminó mal, no se cumplió con la regla fiscal, el déficit fue mayor al permitido. A pesar de haber dejado de pagar muchas cuentas, muchos contratistas siguen esperando el pago y ya estamos a febrero. Como esos recursos se tienen que pagar, el efecto cascada de esos gastos no se hace esperar, entonces, el déficit fiscal seguirá creciendo.

Aunque el Gobierno ha dicho que todos los males son producto de la no aprobación de la ley de financiamiento, esa afirmación es ridícula. El que se la crea es porque no sabe sumar.

La oposición tiene una gran preocupación con que el destino final de los recursos termine financiando las campañas políticas de los amigos del gobierno. Si es así, será muy complicado salir de esta izquierda populista.

Para entender hacia dónde se han desviado los recursos, vale la pena mirar las encuestas de aceptación de Petro. Estas deberían estar en mínimos históricos, pero no, en muchos lugares y regiones, Petro continúa teniendo una buena popularidad, esto seguro se trata de entrega de dádivas y recursos.

Por el lado de los ingresos tampoco hay buenas noticias, el recaudo de impuestos no se ha comportado bien. Esto en gran medida por la reforma tributaria de 2022, que terminó siendo pésima para la economía. Es que realmente los colombianos no podemos seguir pagando cada vez más impuestos a cambio de nada.

Adicionalmente, mientras Petro siga tratando de acabar con la producción petrolera y con Ecopetrol, los ingresos por ese concepto también disminuirán. Estos ingresos son muy importantes para la estabilidad fiscal del Gobierno.

Para 2025, el Gobierno aspira a volver a radicar una ley de financiamiento que —pretende— sea aprobada, yo personalmente veo complicado el tema, no solo porque Petro no tiene mayorías en el Senado, sino porque la cercanía a las elecciones hace que el Congreso trabaje en cámara lenta.

Por último, el aumento del salario mínimo tan alto está empezando a dejar rezagos complicados. El Banco de la República aumentó su expectativa de inflación para este año, lo que implica una menor posibilidad de bajada de tasas y también un aumento fuerte del presupuesto de salarios públicos, ya que muchos están atados al salario mínimo.

Como ven, el panorama no es cómodo: aumento de gastos por encima del aumento de los ingresos, déficit creciente y recursos guardados y gastados con fines electorales. Así, ¿qué puede salir bien?