
Economía
¿Está Colombia quebrada?
La última medida tomada de aumentar el porcentaje de retención en la fuente -que esperamos se caiga dado que hay bastantes demandas para ello- tiene un impacto grandísimo en los ingresos futuros.
Aunque el Gobierno de Petro esté dando pasos agigantados camino a deteriorar las finanzas públicas, creo que no le va a alcanzar el tiempo, si entrega la Presidencia, para lograrlo. Eso sí, dejará a la próxima administración en cuidados intensivos.
Necesitamos que quien gane la Presidencia en el 2026 tenga un equipo económico de primer nivel. Que el siete de agosto tenga claro qué hacer para solucionar la infinidad de problemas que dejan. No habrá tiempo que perder.
Aunque en el día a día vemos y sentimos que la economía va bien, que el consumo de los hogares se ha mantenido, que los restaurantes y centros comerciales siguen llenos, personalmente creo que eso tiene mucho que ver con la ilegalidad.
Recursos del narcotráfico que vienen actuando a sus anchas. La minería ilegal anda en todo su esplendor, todo esto, con muchísimo efectivo. Por ejemplo, a las joyerías llegan maletas de efectivo a comprar relojes y joyas costosísimas como en la época de Pablo Escobar.
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Esto mismo ha tenido gran impacto en el dólar que sigue bastante rezagado frente al aumento del riesgo país, el deterioro del precio del petróleo y de la disminución de la inversión extranjera. Cabe anotar que el aumento en las remesas que ya llegan por los lados de mil millones de dólares mensuales ha ayudado al precio del dólar.
Colombia terminará el año 2025 con una deuda pública como porcentaje del PIB de alrededor del 65 %, que es muy alta para nuestra economía. Para el 2026, la tercera parte de los ingresos se irá a pago deuda e intereses, además tendremos una deuda con intereses más altos. Ya de por sí, lo captado en mercados internacionales tiene tasa casi de bonos basura.
Aunque lo más grave es el deterioro en el recaudo de impuestos. Las empresas están asfixiadas, no están generando los resultados financieros esperados.
Las tasas de los TES, que son los títulos de deuda pública locales, están también más altas de lo que deben ser. Esto de acuerdo con la inflación e inclusive con la tasa todavía alta del Banco de la República.
La última medida tomada de aumentar el porcentaje de retención en la fuente —que esperamos se caiga dado que hay bastantes demandas para ello— tiene un impacto grandísimo en los ingresos futuros. Adicionalmente, tiene un freno en la economía este año complicado. Ya sé de compañías que pararon inversiones y crecimiento dado el flujo de caja adicional que necesitan para pagar el anticipo de renta.
Si pensamos en un aumento bajo de los ingresos y de uno considerable de gastos por intereses, por la Reforma Pensional (que, a hoy no sabemos si va o no) y por el aumento de más de 300.000 contratos de prestación de servicios nuevos. Pues, se está creando la tormenta perfecta para llegar a un default de deuda si no se aprieta bastante el cinturón.
Colombia, que siempre ha tenido una buena imagen ante los mercados y organismos internacionales, está perdiendo todo ese camino recorrido por cuenta de un Gobierno populista, derrochón y corrupto.