MAURICIO BOTERO

Opinión

“Pan para hoy, hambre para mañana”

La amenaza de aumentar la recaudación no es la única nube negra que se cierne sobre el país.

Mauricio Botero Caicedo
30 de abril de 2025

El panorama macroeconómico en Colombia para finales de este año y para 2026 luce bastante desconsolador. El banco estadounidense J. P. Morgan ha expresado serias reservas sobre la propuesta del Gobierno colombiano de adelantar la recaudación del impuesto sobre la renta correspondiente al año fiscal 2026 para algunas grandes empresas. Según el Ministerio de Hacienda, la decisión se apoya en las “mejores condiciones económicas generales y particulares, las adecuadas condiciones de liquidez del aparato productivo y las brechas significativas entre autorretenciones e impuesto a cargo en varios sectores económicos”. El Gobierno sostiene que esta medida es una “estrategia que promueve una mayor equidad” y es “fundamental para garantizar la continuidad de los programas sociales que benefician a millones de colombianos”. Aunque la medida fiscal busca incrementar los ingresos en aproximadamente el 0,4 % del PIB (alrededor de 13 billones de pesos), J. P. Morgan considera que no aborda los problemas fiscales estructurales del país y podría agravar la situación financiera en el futuro. Recaudar fondos anticipados, aunque pueda ser un alivio temporal, es el clásico ejemplo en que se aplica la sentencia de “pan para hoy, hambre para mañana”.

Pero la amenaza de aumentar la recaudación no es la única nube negra que se cierne sobre el país. La suspensión temporal del acceso de Colombia a la Línea de Crédito Flexible (LCF) del Fondo Monetario Internacional (FMI) es una señal de alerta significativa para la estabilidad económica del país. Como lo señala Valora Analitik, “la LCF, por un monto de aproximadamente 8.100 millones de dólares, ha sido considerada desde 2009 como un ‘seguro‘ para enfrentar crisis externas. Su suspensión indica que el FMI percibe un deterioro en las finanzas públicas de Colombia, especialmente por el aumento del déficit fiscal al 6,7 % del PIB en 2024 y una deuda pública que alcanzó el 61,3 % del PIB”. El exministro Mauricio Cárdenas ha señalado que esta decisión envía un mensaje negativo a los mercados financieros, aumentando la percepción de riesgo y potencialmente elevando los costos de financiamiento para el país.

Una tercera amenaza es la muy seria posibilidad de que los precios del petróleo mantengan una tendencia a la baja. Dado que el presupuesto nacional se calculó con un precio del petróleo de 74,3 dólares y hoy se encuentra a 64,5 dólares el Brent y 60,9 dólares el WTI, el impacto sobre las finanzas públicas puede ser considerable. Según el diario La República, “por cada dólar que disminuye el precio del barril de petróleo Brent, Colombia podría dejar de recibir entre 230.000 y 300.000 millones de pesos en ingresos fiscales. Si la cotización se mantiene en torno a los 64 dólares, las pérdidas podrían alcanzar hasta 3 billones de pesos, lo que representa aproximadamente el 25 % de los ingresos fiscales previstos por actividades petroleras para 2025”. Predecir los precios del crudo es una actividad temeraria, pero lo que sí es seguro es que mientras dure la “guerra de los aranceles”, las posibilidades de recuperación de los precios de los hidrocarburos son bastante bajas.

Apostilla: El impacto de los aranceles sobre la inflación y la disponibilidad de muchos artículos en las estanterías de las grandes cadenas de almacenes en Estados Unidos, como Walmart, se van a empezar a notar es a partir de mediados de mayo. Los despachos de mercancía en contenedores de la China a Estados Unidos han disminuido en un 60 % y algunas empresas de reconocida importancia como Shein han visto la necesidad de aumentar el precio de sus productos hasta en un 377 %.

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