ESPECIAL EDUCACIÓN
Los posgrados se transforman
Las universidades están diseñando programas más acordes con las necesidades de las empresas de hoy para desarrollar habilidades y competencias.
La tecnología ha cambiado todo y la educación no es la excepción. Las nuevas generaciones están estudiando menos carreras profesionales y están optando por cursos técnicos o certificados que garantizan aprender a hacer algo en un tiempo corto, con el fin de vincularse al mercado laboral.
Estas opciones de estudio las están encontrando en el aprendizaje en línea, que los conecta con instituciones educativas de cualquier lugar del mundo, con múltiples opciones de conocimiento y de todos los precios.
¿Para qué sirven entonces los posgrados en este contexto?
A pesar de estos cambios, los estudios universitarios y los posgrados no han perdido su validez; por el contrario, estos cambios están llevando a los centros educativos a repensar su oficio y a buscar nuevas metodologías de aprendizaje, más acordes con las realidades laborales del momento.
Es por esto que a la hora de elegir estudiar un posgrado no solo es necesario encontrar un área de interés que realmente le guste al estudiante, sino revisar las formas de enseñanza para asegurarse unos mejores resultados.
Según Jorge Hernández, director de Innovandes, Iniciativa de Innovación de la Universidad de los Andes, las últimas tendencias laborales expresadas por los headhunters o cazatalentos especializados en estos temas han determinado la importancia de los posgrados orientados “al desarrollo de habilidades que permitan demostrar niveles de competencia en la ejecución de nuevos roles y cargos en las organizaciones modernas. Esto implica un cambio en los modelos de educación orientados a la metodología de learning by doing (aprender haciendo) más que a las clases magistrales solo con teorización”.
Las nuevas opciones de programas suelen encontrarse en las universidades que están en procesos de innovación y de transformación donde manejan dos factores importantes: actualización y desarrollo de habilidades.
Hernández afirma que los posgrados sí les aportan valores a los estudiantes como “el desarrollo de capacidades y habilidades, por un lado y, por otro, la construcción de redes de valor, networking y aprendizaje de las experticias de los demás compañeros”.
Estos valores son importantes porque, como lo sostiene María Paulina Bayona, consultora y mentora en temas organizacionales y de desarrollo humano, precisamente un posgrado es una gran oportunidad para estar actualizado y esto les importa mucho a las empresas, porque buscan contratar a profesionales conectados con personas del sector en el que trabajan y que aporten innovación y nuevos conocimientos.
Muchos posgrados de hoy están orientados a la actividad ejecutiva de retar al participante a enfrentar desafíos para la toma de decisiones, como, por ejemplo, el MBA de la Universidad de los Andes (ver recuadro).
Para Martha Patricia Castellanos, vicerrectora nacional académica de la Universidad del Área Andina, “los posgrados permiten abordar y profundizar en temáticas específicas y con lo cambiante de las necesidades y del entorno, un posgrado es una fuerte exigencia en el mercado laboral. En su caso, 93% de sus estudiantes eligen un programa de posgrado para crecer profesionalmente y su empleabilidad es de 88,4%.
A la hora del té
Muchos profesionales se preguntan hoy si vale la pena invertir en un posgrado cuando no se tiene certeza de que estos estudios aseguren mejores oportunidades. Bayona explica que es cierto que las personas con estudios de posgrado no necesariamente reciben sueldos más altos, pero estos sí le brindan al candidato mejores oportunidades.
Añade que quienes tienen estudios de posgrado cuentan con más posibilidades para ingresar a trabajar en multinacionales, en empresas muy grandes o en trasnacionales, donde reciben mejores programas de beneficios o donde encuentran planes de carrera concretos y firmes. Según sus palabras, “te permite ser, por decirlo de alguna manera, un jugador de élite”.
Además, agrega que quienes tienen bajo su responsabilidad seleccionar a los empleados de las compañías, por lo general, se fijan en los estudios de posgrado a la hora de escoger a un nuevo trabajador. Es decir, un estudio de posgrado sí puede ser un diferenciador.
Otro hecho importante es que el mundo cada vez avanza más rápido y los cambios que se están dando son muchos; por lo tanto, los empleados y ejecutivos de hoy necesitan estar actualizados y también tener conocimientos más interdisciplinarios, y una maestría o una especialización pueden ser una buena opción para cumplir con estos requisitos.
Un ejemplo
El MBA de la Universidad de los Andes les ofrece a sus estudiantes la posibilidad de aprender con un caso real. El reto exige pensar en la comunidad, en el impacto que tiene en la economía el proyecto que van a trabajar, con una población concreta y en una ciudad específica. Por ejemplo, la pregunta de un reto fue: ¿cómo manejar la experiencia de turismo en salud en el ecosistema del Caribe colombiano?
Los estudiantes viajaron a Cartagena y Barraquilla para encontrar las posibles respuestas.
Este es un ejemplo en el que se aplica la metodología learning by doing, que obliga a los estudiantes a salir del salón de clase, a trascender la teoría y concretar un negocio mediante el trabajo en equipo con condiciones concretas y reales.