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“Una educación de mala calidad es el peor delito en un país tan desigual como Colombia”: rectora de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Durante el foro ‘Acceso y calidad: retos de la educación superior’, representantes del sector educativo profundizaron en las tareas pendientes en materia de calidad educativa, entre ellas, la reducción de brechas en las regiones y la adecuación de los programas a las necesidades del mercado laboral.
El panel ‘Un asunto de calidad’ reunió a los expertos en torno a los retos y oportunidades para asegurar la calidad de la educación superior en Colombia. Algunos de los puntos claves, de acuerdo a los líderes del sector, es llegar con educación de calidad a las regiones más pobres del país, así como desarrollar modelos de educación pertinentes a los requerimientos laborales actuales, ya que, de acuerdo a una encuesta de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), el 52 % de los empresarios considera que no se están formando adecuadamente a los jóvenes para el mercado laboral.
En ese sentido, es necesario revisar el panorama de la calidad de la educación en Colombia, que según, Yules Alejandro Espinosa, abogado de la Subdirección de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, está permeada por dos mecanismos de aseguramiento: el registro calificado definido por la Ley 1188 de 2008 y la acreditación de alta calidad; elementos que afirmó, permiten caracterizar la forma en la que el Estado colombiano garantiza el acceso a educación.
Al respecto, Carlos Augusto Hernández, vicerrector académico de la Universidad Nacional de Colombia, destacó los pilares que definió la Ley 30 sobre el sistema, en particular, el objetivo de impartir una formación integral basada en la transmisión del conocimiento al servicio de los problemas y particularidades del país. Para él, hay avances en la “diversidad y pluralidad de los saberes”, frente al mejoramiento de la calidad educativa.
“Que hoy en día más instituciones y programas están acreditados son un reflejo de los logros en materia de autoevaluación constante de la educación superior en Colombia”, señaló, destacando además, que desde la Universidad Nacional conciben el reconocimiento de la calidad a través de la preocupación por una “autoevaluación de sus programas”.
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En concordancia, Lina Uribe, rectora de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, resaltó que el sistema de aseguramiento de la calidad educativa se ha fortalecido de forma significativa desde finales de los noventa y principios del año 2.000″. Aseguró también que hoy en día el modelo tiene características positivas porque se trata de un “sistema multifactorial que analiza las diferentes dimensiones de la educación superior”.
Es por eso, que enfatizó que el cierre de brechas es un compromiso que la Fundación Konrad Lorenz tiene desde hace años, bajo el objetivo de “trabajar por servicios de alta calidad centrados en desarrollar el máximo potencial de todos los estudiantes”, pues, para ella, es importante también atender las necesidades de aquellos jóvenes con deficiencias de aprendizaje.
En cuanto a los retos, Óscar Domínguez, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), explicó que para fortalecer la calidad educativa se deben mirar las apuestas de otros países con modelos exitosos que se puedan implementar en el país, en especial, teniendo en cuenta “las demandas y particularidades que tienen las regiones”. De igual forma, manifestó que para garantizar la calidad es vital un diálogo abierto que desde el ministerio de Educación permita identificar los problemas en regiones como el departamento de Vichada.
Finalmente, los expertos nombraron las tareas que se deben atender para garantizar mejoras en la calidad educativa. Para Uribe, es fundamental una política de Estado que responda al ecosistema actual de modelos educativos flexibles que se mueven entre programas titulados y no titulados. Por su parte, Hernández advirtió que es vital “un trabajo de cooperación interinstitucional aprovechando las experiencias exitosas, por ejemplo, en las regiones alejadas”, pues según él, es necesario adaptar la formación académica a las necesidades de los diferentes territorios del país.