PLATAFORMAS
Querían hacer una ‘vaca’ y ahora son líderes en crowdfunding en Latam
Una pequeña “vaca” entre amigos en 2016 se convirtió en Vaki, la plataforma colombiana de crowdfunding que hace las colectas más grandes de América Latina, con más de US$3 millones recaudados en los últimos dos años.
“Nosotros empezamos con la solución de un problema que era hacer una “vaca” para una fiesta nuestra entre amigos”, asegura Raíssa Joao, cofundadora de la plataforma de crowdfunding Vaki, cuyo crecimiento en los últimos dos años está representado en más de 150.000 aportes y US$3 millones en recaudo.
El colombiano Nicolás Contreras, junto a la brasileña Raíssa Joao, lanzaron en 2016 lavaquinha.com, una herramienta digital que surgió de la necesidad de facilitar el recaudo de fondos para llevar a cabo eventos pequeños. "Empezamos con las "vacas" entre amigos, por ejemplo para una fiesta o para hacer un asado", añaden.
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No obstante, en el año 2018 aparecieron dos ángeles inversionistas que marcaron un hito en la reformulación y consolidación de la idea de negocio de Contreras y Joao. Se trata de Alexander Torrenegra y Tania Zapata, reconocidos emprendedores e inversionistas que confiaron en que el potencial de lavaquinha.com podría escalarse si sus fundadores se enfocaban a fondo en el modelo de crowdfunding de donación.
Desde entonces cambiaron el nombre de la plataforma por el de Vaki y el crowdfunding se convirtió en el principal modelo de negocio que llevaría a Nicolás y a Raíssa a liderar las “vacas” más grandes de América Latina.
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La primera vaki que se viralizó fue #UnaVacaPorDeLaCalle, que permitía realizar donaciones desde $9.000 en adelante y logró recaudar en 20 días más de $700 millones con el objetivo de apoyar al excandidato presidencial Humberto De La Calle para pagar la deuda que contrajo tras no alcanzar el umbral de votos en las elecciones de 2018.
Posteriormente llegaron más iniciativas virales como la de Noticias Uno, que logró un récord de $1.000 millones recaudados. “Cuando la gente supo que Noticias Uno iba a salir del Canal Uno nos empezaron a pedir que hiciéramos una vaki para ayudarlos. En ese momento vimos un gran potencial”, complementa Raíssa.
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“La última vaki viral recientemente fue la de #LuisNoEstáSolo, que fue una campaña impresionante porque el número de personas que quiso apoyar a Luis fue muy grande”, cuenta Nicolás sobre la iniciativa que recaudó fondos para que Luis Álvarez, un adolescente gay de 17 años, pudiera recibir atención en salud y una prótesis funcional para su brazo luego de un violento ataque homofóbico que sufrió en Sincelejo.
Por esa razón los fundadores de Vaki han habilitado modelos como Vaki Politics, Vaki Sponsor, Vaki Impacto y Vaki Matri, que busca centralizar en una misma plataforma distintos tipos de iniciativas de recaudo, desde proyectos políticos y empresariales, hasta comunitarios o personales.
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Durante los primeros seis meses del 2020 Vaki ya ha puesto en marcha más de 10.000 vakis y ha recibido más de 100.000 aportes. “El crowdfunding es una herramienta que puede generar un impacto muy grande en países en desarrollo en los que el Gobierno no es capaz de atender todas las necesidades de los ciudadanos”, puntualiza Raíssa.
De hecho, Nicolás Contreras resalta que actualmente están cerrando una ronda de capital semilla para llegar a más países mediante una estrategia de ‘embajadores Vaki‘. “Aunque el 90% de las vakis surgen en Colombia, también hemos creado y consignado vakis en México, Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Venezuela y España”, afirma.
Explosión de solidaridad
“Durante mucho tiempo escuchamos que el crowdfunding en Colombia no funcionaba porque el colombiano no era solidario. Para mí, como brasileña, eso me parecía raro porque siempre sentí a los colombianos muy amables y solidarios entre sí”, dice Raíssa Joao sobre los primeros años en los que incursionaron en su idea de negocio.
En contraste, durante la pandemia las donaciones que hicieron los colombianos a través de Vaki fueron mayores a las que se hicieron en otras estrategias de crowdfunding en países como México y Brasil, que tienen más de dos veces la población de Colombia.
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“Durante la pandemia, Vaki ha sido la más grande de Latinoamérica”, agrega Nicolás Contreras.
Contreras insiste en que el concepto de comunidad activa en donación ha sido la apuesta de Vaki para demostrar que las donaciones no son un asunto exclusivo de quienes más dinero tienen, sino un campo en el que todos pueden aportar.
“Cuando llegó la pandemia nos encontramos con la linda sorpresa de que la ciudadanía se volcó a activarse en vez de quejarse por redes sociales. […] La gente empezó a crear muchas vakis para ayudar”, añade.
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La campaña de apoyo para el joven Luis Álvarez en Sincelejo, por ejemplo, obtuvo muchas donaciones de $5.000 por parte de personas que no tenían manera de donar más dinero, pero que querían sumarse a la causa. Al segundo día de haber lanzado la campaña, la vaki de Luis ya había recaudado más de $40 millones.
“El mundo se volvió digital, cada vez vemos más confianza en el aporte en línea y la gente está perdiendo el miedo a pagar de manera virtual, que era uno de los problemas que teníamos cuando recién lanzamos la plataforma”, complementa Raíssa.
Mientras tanto, Nicolás reconoce la transformación que se ha presentado en menos de cuatro años entre la idea de negocio inicial de lavaquinha.com y el potencial que tiene Vaki para posicionarse como la plataforma de crowdfunding más importante de Colombia y la región. “La donación es un acto de activismo. No es donar por donar, es donar para construir y construir juntos”, concluye.