INDUSTRIA TEXTIL
Textileros dicen que el Gobierno "no le ha cumplido" a esa industria
Representantes del sector de la confección hicieron un llamado al Gobierno colombiano en la transmisión de Dinero al tablero para que equilibre las cargas arancelarias y cumpla con sus compromisos asumidos con el sector.
Además de la incertidumbre generada por la pandemia, el sector textil se enfrenta a las importaciones de productos de Asia y África que afectan la producción y la competitividad de las empresas del sector.
En esto coincidieron los invitados este martes a Dinero al tablero: el presidente de la Junta Directiva Nacional de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines, Camilo Rodríguez, el representante de la CCCyA en el departamento del Tolima, Julio César Mendoza y el representante de la CCCyA en Nariño, Darío González.
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De acuerdo con Rodríguez, el Gobierno está en mora con el sector textil desde hace dos años, cuando empezó el mandato del presidente Iván Duque, pues actualmente se registran US$204 millones en exportaciones frente a US$748 millones en importaciones de productos de otros países.
"Pedimos que nos defiendan y se equilibren las reglas de juego para ser más competitivos. Tomamos la decisión de fortalecernos para producir empleo y se trata de 1,6 millones de empleos producidos desde el sector", aseguró Rodríguez.
Sobre este tema, Mendoza afirmó que el sector ha sido persistente pero que es imperativo que el Ejecutivo resuelva la situación de los aranceles para los productos provenientes de Asia para poder recuperar empleos y aumentar la producción nacional.
Para González, el Gobierno no ha cumplido con la promesa que hizo a los productores de textiles del departamento de Nariño. "Viajamos a Bogotá, a Medellín y a otras ciudades del país apoyando la campaña del Gobierno Duque pero, hasta el momento, no ha cumplido con lo prometido", dijo.
En días pasados, el Gobierno colombiano dio a conocer un decreto que restablece en 15% el arancel para la importación de tapabocas y mascarillas de protección.
De acuerdo con el decreto, el número de empresas colombianas dedicadas a la fabricación de estos elementos pasó de 60 a 2.000 registradas.
Al mismo tiempo, para el 28 de junio de este año se reportaban “cifras récord de importación de tapabocas por el orden de 598,5 millones de unidades equivalentes a US$162,5 millones (valor FOB), situación que en términos cuantitativos significa un promedio mensual (US$27,1 millones) mayor a la totalidad de las exportaciones realizadas por el período de enero a junio de 2020 (US$23 millones)”, señala.
Producción de elementos de bioseguridad en riesgo
Una de las medidas de choque que tuvo el sector textil en medio de la pandemia fue volcar toda la industria al desarrollo de elementos de bioseguridad como tapabocas, trajes antifluidos y todo tipo de productos para mitigar el impacto del contagio de la covid-19.
Sin embargo, los representantes del sector afirmaron que fue un despropósito en la medida en la que en lo que va corrido del año han ingresado 1.748 millones de tapabocas, eso sin contar con los productos de contrabando.
En medio de la emergencia, los empresarios del sector adquirieron materiales y maquinaria para la elaboración de los productos de bioseguridad acordes con las necesidades del Gobierno. Pero estas inversiones se vieron afectadas porque tuvieron que asumir aranceles que no pagaron los productores de tapabocas asiáticos, lo que afectó la competitividad del sector.
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Según González, la palabra de moda en el inicio de la pandemia era "reinvención", y de hecho, "las empresas se reiventaron, adquirieron maquinaria, realizaron inversiones, pero siempre se vieron excusas del Gobierno para comprar el producto local. La industria se reinventó pero no recibió apoyo del país", aseguró el representante de Nariño.
La afectación en la pandemia
Los representantes del sector coincidieron en que los efectos de la pandemia han sido nefastos para la industria textil colombiana. Según un estudio de la CCCyA, las ventas en julio cayeron un 84,6% con respecto al mismo periodo de 2019.
Adicional, el tráfico de personas en los establecimientos comerciales se redujo un 93,3%, especialmente en el sector de moda masculina con un 94,5% de caída y en el vestuario infantil.
La situación en Tolima, y especialmente en Ibagué, es más aguda si se tienen en cuenta las altas cifras de desempleo que se registran en esta zona del país. Según Mendoza, un 25% de las unidades productivas del sector textil en el departamento están cerradas y del 75% restante solo están trabajando con el 50% de un turno de trabajo.
En Nariño el panorama es parecido. Aunque no se han registrado cierres de empresas, la informalidad y la creación de empleo en el sector mantiene a los empresarios en la cuerda floja.
"Otro problema que se tiene en Nariño es el cierre de la frontera con Ecuador, donde se comercializa gran parte de los productos colombianos de textil, un camino que si continúa así podría causar el cierre de muchas empresas en esta zona del país", aseguró González.
El panorama a futuro es de incertidumbre, coinciden los empresarios. Con los confinamientos, las pocas ventas y los comercios e industrias cerradas no hay tranquilidad en el sector, que también reclama una política arancelaria más competitiva para tener una participación equilibrada en el mercado.
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