ENFOQUE
Las intoxicaciones con desinfectantes y otras notas de la semana
Intoxicaciones con desinfectantes, el grupo de académicos que pide respeto a las instituciones, una exposición de arte sobre la deforestación y las reflexiones del director de la mezquita Abou Bakr.
El virus de la ignorancia
Al parecer, la ignorancia es un virus más fuerte que el propio SARS-CoV-2. En varios lugares del mundo, algunas personas han creído que sustancias nocivas para la salud son una vacuna efectiva. En Estados Unidos, los casos de intoxicación aumentaron luego de que el presidente Donald Trump sugirió que los desinfectantes podrían matar el coronavirus. Ahora el turno es para Colombia. Un informe del Instituto Nacional de Salud (INS) revela que las intoxicaciones por uso de “sustancias de aseo” han crecido, especialmente en los departamentos que presentan más casos activos de covid-19. Según este organismo, entre las sustancias más usadas se encuentran el hipoclorito de sodio, algunos detergentes, amoniacos, desinfectantes e incluso ácido bórico. En lo corrido del año se han presentado 544 casos de intoxicación por hipoclorito. Franklyn Prieto, director de Vigilancia y Análisis del Riesgo del INS, manifestó en un comunicado que “la exposición se da porque la gente suele creer en leyendas urbanas o en noticias falsas relacionadas con supuestas medicinas y tratamientos para combatir la covid-19”.
En defensa de las Instituciones
Tendencias
Los miembros del grupo de pensamiento Laboratorio para la Igualdad y el Desarrollo Sostenible (Lides), conformado por académicos y líderes políticos, escribieron una carta pública en la que piden “sensatez más allá de las diferencias políticas y las críticas y cuestionamientos que tenemos a algunas políticas del Gobierno, a respetar las instituciones más allá de las personas y a tramitar las diferencias en forma democrática, seria y responsable”. Para ellos, Colombia siempre se ha caracterizado por lograr acuerdos en principios fundamentales para superar los problemas. Pero consideran que desde la firma de los acuerdos de paz con las Farc, un sector de la política nacional le apostó a la desinstitucionalización al promover la desobediencia civil, y ahora algunos opositores al Gobierno retoman esa actitud. De ahí su llamado a respetar la democracia. La carta, firmada por Amylkar Acosta, Laura Gil, José Antonio Ocampo y otras 33 personalidades, culmina con las palabras del excanciller chileno Gabriel Valdés: “En el sistema democrático, el que ganó no puede destruir al que perdió, ni el que perdió puede hacer invivible la nación tratando de destruir al que ganó”.
Nueva versión de ‘El Dorado’
Con motivo de las celebraciones patrias del 20 de julio, desde la semana pasada el Centro Cultural Gabriel García Márquez de la Embajada en Madrid abrió una exposición de la artista colombiana Ana González titulada Chinyia, que significa ‘nuestro oro’ en lengua indígena muisca. Las 25 obras son producto de una investigación hecha por la artista durante seis años, que llaman la atención sobre el problema de la deforestación en el país. “Durante todo este tiempo viajé al Chocó y a otros lugares del país donde la minería informal le gana terreno a la selva y donde los cultivos de coca causan la deforestación de miles de hectáreas de bosque”, explica González.
Entre las obras expuestas hay porcelana, fotografía, video e instalaciones. Pero llama la atención unas sedas con fotografías de lugares afectados por la deforestación, impresas sobre telas deshilachadas. “Hilo a hilo estamos acabando con nuestros bosques”, explica la artista. Para ella, que esta exposición tenga lugar en España, además de visibilizar internacionalmente la deforestación y la contaminación de las fuentes de agua, tiene un significado especial. “Hace 500 años a estas tierras comenzaron a llegar enormes cantidades del metal precioso, ahora nosotros llegamos a mostrarles el verdadero oro, nuestras selvas, nuestra fauna, y el agua, que debemos proteger de la avaricia”.
“Cuando todo esto termine...”
Ahmad Tayel Director de la mezquita Abou Bakr, Bogotá
¡Espero que nos reconciliemos con las leyes naturales y no las desafiemos de nuevo! Espero que al salir de esta pandemia no sigamos siendo esclavos de la superstición. Esa es la vía para romper con lo religioso. Espero que tampoco rechacemos la fe en nombre de la ciencia. Nosotros creemos que ambas van de la mano.
Los humanos somos una gran familia y no la suma de individuos. Por eso, no podemos seguir siendo indiferentes ante los problemas colectivos cuyas soluciones dependen de nuestros esfuerzos unidos.
Daría una gran tristeza que, luego de que pasara este dilema médico, sigamos viendo la diversidad étnica, religiosa, política, etcétera, como un factor de división y enemistad. Y más tristeza daría que abunden las voces destructivas del populismo en la esfera política mundial. Será muy constructivo aprender de esta pandemia que necesitamos un servicio médico al alcance de todos, que el cuidado de la salud es un derecho humano que no se puede sacrificar. Así, y solo así, habrá más humanos que seres con sentimientos inhumanos en el mundo. ¿A ti no te gustaría estar en ese paraíso terrenal?