ENFOQUE
La médica caleña que llegó a ser la presidenta de cirugía de un hospital en Estados Unidos. “Quiero abrir puertas”
La médica caleña Paula Ferrada es la presidenta del Departamento de Cirugía en el Hospital Inova Fairfax, uno de los más prestigiosos de Estados Unidos. Cuenta su historia.


SEMANA: ¿Qué significa como mujer y como migrante llegar a esta posición?
Paula Ferrada: Estoy superorgullosa de ser colombiana y representar a Colombia en los Estados Unidos. Hay mucho trabajo por delante, pero también pasaron muchas cosas para que hoy pueda hacer esto: llegar a los Estados Unidos casi sin nada, trabajar duro, entrar a la residencia, hacer investigación. Ser cirujano es asegurarse de que puedes salvar vidas. Entonces sí, es un honor contar con la oportunidad de tener este cargo, y un honor aún mayor el trabajo que viene por delante con los pacientes. También con poder ayudar a las mujeres y a las minorías, para que todos tengamos igualdad de oportunidades.
SEMANA: ¿Por qué decidió emigrar a Estados Unidos?
P.F.: Me gradué en la Universidad del Valle y, antes de hacerlo, hubo un paro de cuatro meses en los que no tuvimos clase. Vine a los Estados Unidos e hice una rotación en un hospital de Atlanta. Y vi todo lo que ellos tenían y nosotros no, como la escanografía o la posibilidad de tener un helicóptero para traer los pacientes. Entonces decidí que iba a venir a Estados Unidos, con la esperanza de algún día poder ayudar a Colombia. Cuando me gradué, me vine por Miami. Luego, estuve en Boston en la Universidad de Harvard y en el Beth Israel Deaconess Medical Center, que para mí fue un honor, pero también un choque cultural.
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SEMANA: ¿Qué es lo difícil de estudiar en una universidad de este nivel?
P.F.: Por más que hables inglés, es diferente cuando uno está aprendiendo en Colombia, o incluso en Miami, a cuando llegas a Boston, y en una facultad de medicina se usa un idioma más técnico. Mucha gente le tiene miedo a tener acento, pero creo que el acento lo que muestra es coraje y valentía. Es decir que usted tuvo la capacidad de empacar sus maletas y de irse a buscar un sueño. Además, el frío y la oscuridad nos cuestan un poco a todos los inmigrantes. Mis padres, por ejemplo, me hacen falta todos los días. Pero yo creo que lo más difícil de ser inmigrante es probar todos los días que uno sí puede, que somos trabajadores duros, que somos inteligentes y de buen corazón.
SEMANA: Y después de Boston, ¿qué siguió?
P.F.: Luego, estuve en la University of Pittsburgh, y en el Virginia Commonwealth University (VCU) estuve 11 años. Ahí fue cuando empezamos a hacer investigación con ultrasonido y a cambiar la forma como resucitamos a los pacientes de trauma, para poder darles sangre más rápido y hacer otras cosas para ayudarles a sobrevivir. En términos de liderazgo, ahí me convertí en profesora de cirugía y llegué a la Sociedad Panamericana de Trauma, que abarca toda América. En Inova me presenté a un concurso. Llevo ya cuatro años. Siempre he tenido en mente ayudar a los pacientes, pero también ayudarles a quienes vienen detrás.
SEMANA: ¿En qué sentido?
P.F.: Lo que creo es que nunca quisiera ser la única mujer en algo. Sí quiero ser la primera, pero luego ayudar a más mujeres a que sigan adelante.
SEMANA: ¿Cuál es la responsabilidad de su nuevo cargo?
P.F.: Inova tiene cinco hospitales, y vamos a tener otro. Servimos a una población de 3,2 millones de personas. En el hospital de Fairfax, que es el principal, mi responsabilidad es manejar a todos los cirujanos que operan acá, 120 profesionales. Y asegurar que los pacientes tengan el mejor estándar de cuidado.

SEMANA: ¿Cómo ha sentido desde la distancia la crisis que vive el sistema de salud en Colombia?
P.F.: Pienso que no se trata de una crisis solo de Colombia. Creo que en todos lados se viven momentos difíciles y que hay que enfocarse en las cosas buenas y cómo podemos manejar la información de forma verídica, cómo podemos ayudarnos y dejar los vaivenes, ya sean de religión o de raza, por fuera de cualquier tipo de juicio. Ya sea en Colombia, ya sea en Estados Unidos, ya sea en Europa, estamos todos en crisis, desafortunadamente. Para mí es difícil comentar sobre el sistema de salud de Colombia porque hace mucho tiempo que no trabajo clínicamente en el país.
SEMANA: ¿Ha sentido alguna vez que ser mujer sea una desventaja en su carrera?
P.F.: Todos los días. Todavía a veces siento que es una desventaja. La discriminación existe, por raza, por género. El punto es que si uno ocupa su tiempo en ponerse bravo cada vez que alguien hace un comentario maluco o discriminatorio, pues no tendría tiempo para nada más. Me enfoco solamente en lo que podemos cambiar. Pero, como dije, para mí es importante no ser la única mujer que hace algo. Puedo ser la primera, pero para abrir las puertas a las demás.