Empresas que Construyen País
Colombia tiene un tejido empresarial fuerte, dinámico e innovador que hoy le apuesta al desarrollo con equidad y sostenibilidad. Desde distintos sectores, estas son las compañías que impulsan el empleo y el bienestar de los colombianos.
Por Bruce Mac Master, Presidente de la Andi
Durante los últimos años el sector empresarial contribuyó a que el país diera un salto en términos de desarrollo. El Producto Interno Bruto pasó de 52,5 millones de dólares en 1990 a 340,3 millones en 2022. ¿Cómo seguir maximizando su capacidad de producir riqueza, bienestar y oportunidades para todos?
La pregunta nunca debería haber sido qué cosas puede producir el Estado y qué cosas puede producir el sector empresarial. La pregunta es, ¿cómo lograr en una sociedad maximizar sus capacidades productivas y, por lo tanto, las capacidades de producir riqueza, equidad, bienestar y oportunidades para sus ciudadanos?
Algunas de las versiones más académicas, que se han convertido en dogmas políticos, hablaban de que solo el Estado podía ser el encargado de la producción de valores agregados. En el otro extremo, otras dicen que solo el sector empresarial podía tener a su cargo tal responsabilidad. En todo caso, hay consenso en que hay que producir.
Si aceptamos que los extremos usualmente no conducen a soluciones óptimas por su falta de pragmatismo y realidad, y por entender que el mundo no es blanco o negro, la respuesta debería ser: los productos y servicios deberían ser producidos por quien mejor lo logre, o por quien tenga más capacidad de hacerlo. No existe ninguna razón para argumentar que solo el Estado o solo el sector empresarial está en dicha capacidad.
La verdad es que seguramente nos podemos encontrar con magníficos ejemplos de productos o servicios producidos por el Estado o por el sector empresarial. También hay malos ejemplos. Lo importante es que seamos suficientemente buenos en producir mucho, con calidad, a buenos precios y que esto se refleje en bienestar para toda la sociedad.
En esta línea, Colombia ha contado con un sector empresarial que durante los últimos años ha permitido dar un salto en términos del desarrollo que requiere una sociedad como la nuestra: llena de necesidades y, definitivamente, inmensamente menos rica que algunas otras.
En ese contexto, es totalmente indudable la importancia que tiene para cualquier país poder contar con un sector empresarial fortalecido, dinámico, innovador y competitivo, capaz de producir valor agregado y riqueza. Y, sobre todo, de generar bienestar y oportunidades para la sociedad. El caso colombiano no es una excepción.
Cuando le damos una mirada a lo sucedido en nuestra economía durante los últimos 30 años, nos encontramos con un Producto Interno Bruto que en 1990 era de 52,5 mil millones de dólares, en 2000 de 96,1 millones de dólares y que en 2022 será de 340,3 millones de dólares. Detrás de estas cifras hay muchas empresas, emprendimientos, ideas y proyectos adelantados por trabajadores colombianos. Nos falta mucho, por eso mismo no podemos perder el camino andado.
Es común la tentación polarizante de tratar de establecer diferencias entre las pequeñas, medianas y grandes empresas. Se suele incluso argumentar que los emprendedores no están dentro de la categoría de empresarios. Lo cierto es que la decisión económica individual o colectiva de querer generar valor es la que mueve las economías hacia el desarrollo. Claro, el concepto de desarrollo ha venido cambiando y, afortunadamente, se ha logrado un consenso alrededor de qué es imprescindible para que el desarrollo sea equitativo y sostenible.
Ahora bien, el desarrollo con equidad y sostenibilidad se fundamenta en una sociedad que reconoce el valor de todos los tipos de emprendimientos empresariales y se acompaña de principios básicos que los reconocen y reivindican. La pregunta que debemos hacernos es cómo fortalecer, dinamizar y ampliar la actividad empresarial formal en nuestro país, de manera que cree las condiciones sociales que permitan generar más bienestar para más personas.
Podríamos hacer una larga lista de las necesidades actuales del sector empresarial en temas normativos, tributarios, logísticos, laborales o de trámites, con la que se podría justificar el hecho de no haber crecido más. Sin embargo, también podemos decir que, como sociedad, nos hemos quedado cortos en entender y reconocer todos los beneficios que trae poder contar con una actividad empresarial robusta, dinámica y creciente.
Todo se resume a que la sociedad, sus autoridades de gobierno y legislativas, la academia y los ciudadanos deberíamos estar de acuerdo en que nos conviene crear y cultivar un ecosistema en el cual las empresas tengan condiciones propicias para que cada vez haya más iniciativa empresarial; más emprendedores que decidan tomar riesgos, traer sus ideas y ponerlas en marcha; más empresas que decidan que Colombia es el lugar en el que pueden ubicarse para generar productos que luego sean vendidos al mundo.