FINANZAS
Compra de cartera o refinanciar un crédito: qué son y cuál conviene más para pagar una deuda
Estas dos alternativas pueden ser de gran ayuda si se está ante una dificultad que puede llevar a no cumplir con el pago de sus obligaciones financieras.
Cuando se adquiere una obligación financiera con alguna entidad bancaria, en muchas ocasiones se pueden presentar dificultades económicas que pueden afectar el cumplimiento en el pago de las cuotas fijadas para saldar dicha deuda, situación que puede impactar en el historial crediticio y llevar a que a futuro no sea posible acudir a los bancos para solicitar un nuevo salvavidas financiero.
Para evitar esta situación existen dos términos que todo ciudadano debe conocer: compra de cartera y refinanciar un crédito; los cuales, a simple vista, parecieran ser similares, pero son soluciones completamente diferentes que brinda el sistema financiero para una persona pueda pagar un préstamo bancario y evitar que, por el no cumplimiento, se termine reportado en las centrales de riesgo.
De acuerdo con el programa de educación financiera ‘Saber más, Ser más’ de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), una compra de cartera “es un tipo de crédito que se da cuando un banco le ofrece unificar sus deudas actuales en otro préstamo consolidado con menores tasas de interés”. Es decir, que mediante esta alternativa de crédito, el ciudadano puede agrupar sus obligaciones con el sistema financiero y saldarlas de una manera más cómoda, según su capacidad económica.
Entre sus beneficios se destaca que se puede comprar la deuda que se tenga en otro banco y se financia 12 a 60 meses, donde el monto (mínimo y/o máximo) estará dado por cada entidad bancaria. A ello, se debe tener en cuenta que este tipo de créditos manejan tasas de interés que son diferentes.
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Por ejemplo, un listado elaborado por el portal Rankia señala que los bancos en Colombia que ofrecen las tasas más bajas para compra de cartera son: Banco Santander, GNB Sudameris, Itaú, BBVA, Banco de Bogotá y Banco Popular.
Tenga en cuenta que la compra de cartera se puede aplicar para créditos hipotecarios, préstamos de vehículo, libranzas, créditos de consumo o libre inversión, tarjetas de crédito y créditos rotativos.
Por su parte, el refinanciamiento de un crédito consiste en “modificar las condiciones iniciales de un crédito, e implica cambiar los términos del contrato mediante el cual se estructuró el mismo, tales como plazo, tasa de interés o sistema de amortización, entre otros”. Para acogerse a esta, tanto el banco como el cliente deben estar de acuerdo con los nuevos términos, ya que ninguna de las partes puede tomar esta decisión unilateralmente.
“El refinanciamiento de deudas, es una alternativa para ajustar la sobrecarga que está generando el pago de la cuota de una deuda sobre su bolsillo, o para aprovechar condiciones de mercado más favorables”, destaca el programa de educación financiera de Asobancaria.
Si se va a proceder a una refinanciación, lo ideal es que la persona se acerque a su banco y explique las razones por las que necesita llevar a cabo este proceso, esto con el objetivo de no caer en mora. De esta manera, no se alterará el historial crediticio con reportes negativos en las centrales de riesgo, le muestra buena voluntad de querer saldar la obligación y evitar cobros jurídicos.
“Normalmente, el banco solicita un abono del monto de la deuda y lo demás se ajusta a la posibilidad de pago del cliente, siempre y cuando demuestre cuáles serán sus fuentes de ingreso. La tasa de interés de esta nueva deuda, dependerá de los términos y condiciones que se acuerden con la entidad financiera”, resalta Saber más, Ser más.
Y ¿Qué conviene más: comprar cartera o refinanciar un crédito?, según indican los expertos, todo depende de las necesidades que tenga el usuario del sistema financiero y los ingresos que este devengue. Si se opta por compra de cartera, esta se hace con un banco diferente con el que se tiene la deuda y será este el que determine las condiciones para aprobar o no el crédito con el que se buscará saldar las obligaciones vigentes. Mientras que la refinanciación se hace con el banco con el que se tiene dicho compromiso y entre ambos se acuerdan las condiciones para pagar la deuda.