Tarjeta de crédito
¿Una tarjeta de crédito le ayuda a tener vida crediticia?
Una tarjeta de crédito puede afectar su historial crediticio de forma positiva o negativa.
Las tarjetas de crédito pueden ser una herramienta para tener una vida crediticia activa que le permita acceder a otro tipo de productos, siempre y cuando las utilice de manera responsable, pagando a tiempo las cuotas y no utilizando más cupo de crédito del que puede pagar. De esta manera, está demostrando que es un buen pagador y que puede manejar sus finanzas y gestionar una deuda responsablemente.
Todo esto se refleja en su historial crediticio, que es una especie de reporte que llevan las centrales de riesgo crediticio y que indica cómo ha manejado sus obligaciones financieras en el pasado. Cuando necesite solicitar un préstamo o crédito en el futuro, su historial crediticio será evaluado por los bancos y entidades financieras; si tiene un buen historial crediticio, es más probable que le otorguen el crédito que necesita con mejores condiciones y tasas de interés más bajas.
Sin embargo, si utiliza una tarjeta de crédito de manera irresponsable, puede tener un impacto negativo en su historial crediticio y en su capacidad para obtener créditos en el futuro.
Por eso, es importante evaluar otras formas de obtener vida crediticia, ya que las tarjetas de crédito pueden no ser la mejor opción para lograr ese objetivo, sobre todo cuando no se cuenta con la madurez financiera necesaria para afrontar esa responsabilidad o no se cuenta con los ingresos suficientes para sostenerlas.
Tendencias
¿Por qué una tarjeta de crédito podría no ser la mejor opción para tener vida crediticia?
- Altas tasas de interés: las tarjetas de crédito suelen tener tasas de interés más altas que otros tipos de crédito, como los préstamos personales o los créditos de vehículos. Si utiliza su tarjeta de crédito en exceso, puede resultar en una deuda que se acumula rápidamente y que se vuelve difícil de pagar debido a los altos intereses, que en general se acercan a la tasa de usura (el interés más alto permitido en el mercado financiero).
- Cuotas de manejo: muchas tarjetas de crédito cobran una cuota de manejo mensual, lo cual puede aumentar el costo del crédito y disminuir su capacidad para pagar las cuotas y su liquidez mes a mes. Por eso es importante conocer muy bien los costos asociados al uso y tenencia del plástico.
- Falta de disciplina financiera: si no tiene una disciplina financiera sólida, utilizar una tarjeta de crédito puede resultar en gastos innecesarios y deudas que se acumulan rápidamente. Si no tiene un plan de pago claro y no está seguro de que puede pagar sus cuotas a tiempo, una tarjeta de crédito puede ser la peor opción.
Otras formas de iniciar su vida crediticia
- Plan de telefonía, datos o un servicio de pago mensual: al adquirir la obligación de pagar un servicio mes a mes se genera un reporte a las centrales de riesgo crediticio para mantenerse activo.
- Crédito de consumo: este tipo de crédito le permite financiar una compra o adquisición de bienes y servicios a través de pagos periódicos. En el mercado hay opciones de bajo monto que tienen mejores tasas de interés que una tarjeta de crédito.
- Financiación de estudios: si tiene planes de estudiar, puede solicitar un crédito para financiar esos estudios con una entidad financiera, el Icetex o planes ofrecidos por la institución educativa.
- Ahorro: demostrar un hábito de ahorro periódico a través de un producto financiero como, por ejemplo, una cuenta de ahorro programado puede ayudar a demostrar la constancia suficiente para adquirir una obligación crediticia frente a las centrales de riesgo.
En cualquiera de estos casos, el pago puntual de las cuotas puede contribuir a construir un buen historial crediticio.
En resumen, una tarjeta de crédito puede ser una herramienta útil para construir y mantener una buena vida crediticia, siempre y cuando se utilice de manera responsable. Al igual que con un crédito, es necesario utilizarlas manera responsable y pagar a tiempo todas las cuotas para construir un historial crediticio positivo.