Un informe de McKinsey Global Institute analiza los posibles impactos que tendrá la pandemia sobre el trabajo, sobre todo en la demanda del mercado laboral. Las consecuencias a corto plazo sorprendieron, pero es posible prepararse ante los cambios que podrían surgir en el largo plazo.
En medio de la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus ha sido esencial la labor del personal de salud. “Los profesionales de la salud conforman la fuerza principal que tenemos para poder abordar esta epidemia”, afirmó Fernando Ruiz, ministro de Salud.
El informe prevé que la atención médica sea uno de los sectores que presente un mayor incremento en la demanda de fuerza laboral. Ahora bien, cabe destacar que, durante la pandemia, las herramientas digitales han impulsado un fuerte crecimiento de la telemedicina.
Pero en otros sectores será clave adaptarse a las transformaciones del mercado laboral. Es necesario contar con líderes capaces de hacerle frente a este desafío, resolver los problemas de manera asertiva, tomar decisiones basados en la data y manejar las nuevas herramientas tecnológicas. Así mismo, las empresas demandaran profesionales de gestión creativa y artística para reflejar dichos cambios en su imagen.
Buscando reducir la interacción humana, como prevención ante el contagio, durante el año pasado se presentó un significativo aumento en las transacciones en línea y, además, se evidenció el auge del comercio electrónico. Ante el crecimiento de la economía de entrega, habrá una importante demanda de fuerza laboral para almacenamiento, transporte y servicios de domicilio.
Al inicio de la pandemia, era muy poco lo que se sabía del coronavirus, incluso, se desconoce su origen. Por ello, defenderse de esta enfermedad requirió de los esfuerzos del sector científico, cuyos profesionales han trabajado para tratar de entender cómo funciona el virus y desarrollar una vacuna. Ante este panorama, la demanda de personal STEM seguirá creciendo en los próximos años.
De acuerdo con el análisis de McKinsey Global Institute el impacto de la pandemia a largo plazo se concentrará en cuatro campos de trabajo: ocio y viajes, atención de cliente en sitio, trabajo de oficina basado en computadora y producción y almacenamiento. Uno de los más vulnerables son los empleados de restaurantes y hoteles, puesto que con el confinamiento obligatorio, el teletrabajo y la reducción del turismo, su actividad laboral podría dejar de ser necesaria.
Con la implementación de la automatización en las empresas, uno de los escenarios posibles es la adopción de sistemas auto-servicio para clientes, así como de robots en espacios de interacción con los consumidores. Por ejemplo, algunas empresas han optado por procesos robóticos para manejar el papeleo o gestionar solicitudes de préstamos, en el caso de los bancos. Lo anterior provocará una menor demanda en trabajos de oficina basados en computador y otras labores rutinarias que serán reemplazadas por la tecnología.
Asimismo, el estudio realizado por McKinsey Global Institute indica que, entre las mayores disminuciones en la demanda laboral, los servicios de atención al cliente serán de los más afectados. Esto se debe a que el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas permiten que cada día los consumidores tengan mayor autonomía para la gestión de sus solicitudes y procesos. Asimismo, la inteligencia artificial ofrece opciones como chatbots, que en el futuro pueden ser una alternativa más utilizadas por las empresas.
El informe concluye que en las actuales condiciones, se han acelerado ciertas tendencias laborales que se veían aún lejanas, como la automatización. Con estos cambios, más de la mitad de los trabajadores de bajos salarios están en riesgo. Es el caso de meseros, cajeros, vendedores de mostrador, botones de hotel, etc. Más de 100 millones de trabajadores en los ocho países analizados pueden necesitar cambiar ocupaciones para 2030, destaca el estudio.
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