OPINIÓN

Cómo lograr un salto exponencial

¿Cuántos fracasos podemos comprender como lecciones antes de enfrentarnos al éxito que deseamos obtener?

Paul Raminfar, Joselin María Cuartas
3 de marzo de 2021

No importa en dónde te encuentres en estos momentos en la vida, todos los seres humanos tenemos ese optimismo intrínseco que nos hace sentir de forma intuitiva que lo vamos a lograr. Es una cualidad innata en nosotros desde que empezamos a escalar cada una de las cimas a las que nos toca enfrentarnos.

Iniciamos por dar los primeros pasos para caminar, así como ocurre con los primeros pasos para emprender, trabajar y pretender ganar en el juego del dinero, pero a la hora de ver de cerca las finanzas personales nos damos cuenta de que la gran mayoría de las personas se tropieza con la misma piedra una y otra vez, lo curioso es ¿por qué?

Con toda seguridad puedo afirmar que en la mayoría de los casos no es un tema de falta de ganas ni de energía, sino simplemente falta de obediencia, paciencia y de disciplina.

Aunque estos tres aspectos son cruciales para poder vivir un ritmo de alto desempeño, las personas deben conocer que existen dos piezas esenciales para armar el rompecabezas del dinero y lograr un salto exponencial.

Emprender
Emprender | Foto: Cortesía Viliv

Es aquí en donde viene algo más que interesante: estos dos aspectos muchas veces son tan evidentes que, descaradamente, no creemos en su vital importancia y en el impacto que van a tener en años posteriores, ya que le dan la forma a toda la imagen que nuestra mente va a crear de el dinero. Pero por falta de consciencia y atención las ignoramos, confiando más en lo que sentimos y en lo que creemos sin ningún tipo de respaldo, obviando lo que de verdad deberíamos estar haciendo para lograrlo.

Es curioso cómo llegamos a tener una sensación satisfactoria en la que sostenemos una postura victoriosa, a pesar de que no existen muchos resultados que respalden esa forma pensar, y la forma en cómo todos nuestros esfuerzos están siendo aplicados buscando la libertad soñada, pero que proporcionalmente pocos tienen. Lo que me llevó mucho tiempo atrás a preguntarme ¿por qué es tan desproporcionado el porcentaje de las personas que logran los resultados?

Y entendí que de manera cínica y hasta incrédula seguimos impulsando por muchos años algo que no llega a tener ni lógica ni sentido a lo largo de nuestra vida financiera; inevitablemente, llegamos a un punto del juego en el que nos dimos cuenta de que ya es imposible revertir todo el proceso y cementamos nuestros sueños de ser libres. Es por esto que para empezar, todas las personas lo que necesitamos es dirección. Confundimos de manera extraña la velocidad de la inmediatez, que nunca funciona, con un proceso que en la mayoría de los casos es lento, pero seguro.

No entendemos los fracasos en cada una de las etapas, con las lecciones y la resiliencia que debemos desarrollar en ese proceso, y la desesperación nos hace buscar una salida rápida por ausencia de resultados visibles. Y es que siempre hay un resultado, sólo que al principio nunca es el que esperamos, lo que nos obliga y, al mismo tiempo, nos tienta a renunciar de forma muy anticipada y no despierta las ganas de luchar por algo que en algún momento valía mucho la pena.

Es precisamente la falta de dirección y la alta velocidad las que nos terminan quemando. La velocidad en este punto del juego no te va a ayudar a esquivar ese abismo y más bien lo que hace es que caigas mucho más duro, terminando en el fondo del hoyo buscando una nueva idea mágica para tratar ganar en el juego del dinero.

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¿Cuántos fracasos podemos comprender como lecciones antes de enfrentarnos al éxito que deseamos obtener?

Llega un momento en la vida de todas las personas en el que esperamos que alguien nos termine salvando y dando esta receta mágica, desde socios hasta préstamos, lo que sea para vencer rápido esos primeros obstáculos, clavándonos nosotros mismos un cuchillo por no tener la percepción correcta. Lo que debemos comprender es que solo ese dolor y la fricción de esos procesos son lo que nos va a formar y permitir desarrollar todas las cualidades para pretender crecer como persona e igualarlas con los resultados que deseamos conquistar.

Al final debes saber que nadie puede hacerlo por ti, muchas personas que te quieren te pueden ayudar, pero solamente tú debes decidir y ejecutar, es una parte esencial de saber a dónde quieres llegar y ahí es donde la disciplina hace la magia, solo debes seguirla.

Esto nos lleva a las dos preguntas más importantes que con sus respuestas sí podemos comenzar a armar este rompecabezas del dinero:

  • ¿En dónde estás? ¿cuál es tu posición de partida?
  • ¿A dónde quieres llegar? ¿Cuál es tu punto de llegada?

Poder lograr ver la posición en la que te encuentras en esta carrera, te da la consciencia y la comprensión de tu situación. A veces caemos en la comparación entre unos y otros, pretendiendo que siempre estemos en la misma situación y en el mismo punto de partida, por lo que la dirección en lugar de la velocidad es la que marca la ruta, el camino a ese destino es el que muchos no tienen y la dirección se vuelve fundamental, el ingrediente secreto.

Con esos dos puntos, teniendo la posición inicial y el destino en donde podemos pretender que la magia de los resultados empiecen a ocurrir, es el momento en el que podemos meter a la velocidad como parte de la ecuación. Eso va crear un abismo y al final es lo que marca la diferencia de un simple resultado lineal a uno exponencial.