Colombia le apuesta a una economía circular: menos basura, más valor, nuevos negocios

Colombia es hoy uno de los países líderes de América Latina en cuanto a reciclaje, ya que alcanza una tasa superior al 17 por ciento, más que Argentina (6 por ciento) o Brasil (4 por ciento); sin embargo, todavía existen muchas oportunidades en una actividad que requiere del compromiso de todos los actores, desde los recicladores hasta la academia, la industria y las autoridades.

En el marco del conversatorioForosFforos Economía circular: oportunidad de negocios sostenibles, expertos de varios sectores destacaron los retos y oportunidades que tiene hoy el país en este sentido. En principio, es importante destacar que este concepto no se reduce al reciclaje, según Juanita Duque, profesora de economía circular de la Universidad de los Andes, quien indicó que es una apuesta que debe redefinir la forma en la que consumimos y producimos. Además, debe tener en cuenta otros factores, como la normatividad o la cultura ciudadana, y ya en último nivel, pensar en el reciclaje.

Carlos Jairo Ramírez, líder de gestión de residuos del Ministerio de Ambiente, coincidió en este punto al afirmar que el modelo de economía circular invita a todos los actores de la sociedad a “trabajar de manera conjunta para hacer que los materiales duren el mayor tiempo posible al servicio de las personas”.

Desde la entidad se hizo todo un trabajo en identificar los principales flujos de materiales de producción, lo cual permitió crear importantes estrategias y acciones de impacto ambiental, como la gestión de residuos, el crecimiento verde, la reindustrialización o la responsabilidad extendida del productor, un concepto que invita a quien produce a ser responsable con los residuos que genera.

“Esto invita a pensar no solo en el reciclaje, sino en cómo poner en el mercado productos más eficientes, livianos y que generen un menor impacto social, ambiental y económico”, explicó Ramírez, quien agregó que hay que promover, a través de incentivos, los negocios sostenibles que generen productos y servicios fundamentales.

Por otra parte, es importante mencionar que esto también tiene un gran impacto en las ciudades. Así lo expresó Augusto Velásquez, director de Smartcity Colombia, quien manifestó que la economía circular permite también trabajar en la arquitectura, la planificación, el diseño y la operación de una ciudad.

El experto destacó diferentes iniciativas que vienen trabajando en barrios de Bogotá, en donde se articulan la comunidad, la academia, las autoridades y la inteligencia artificial, para generar soluciones que permitan identificar puntos críticos de basuras o materiales de desperdicios, por poner algunos ejemplos.

Cuidado ambiental con beneficios económicos

Los nuevos modelos nos invitan a explorar otras alternativas antes de ir al reciclaje: reutilizar, donar, remendar, señaló Duque, quien indicó que esta forma de producción nació de una lógica empresarial de cómo encontrar nuevas oportunidades y cadenas de valor que generen un impacto no solo ambiental, sino también económico.

Además, cada vez más personas entienden que no es necesario contar con elementos que no van a utilizar constantemente o que pueden compartir, como puede ser una lavadora, y el mercado se ha encargado de suplir ese tema, pues ahora muchos edificios tienen sitios de lavado compartido y se evita la compra de cientos de electrodomésticos, explicó la académica.

La innovación también es un concepto muy importante que se ha incorporado en el concepto, afirmó Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, quien indicó que es importante que las empresas tengan cada vez procesos más sostenibles, procesos de producción que incluyan ecodiseños y otros procesos de innovación que se lleven al mercado.

Aunque en los últimos años, en el país se han hecho inversiones por más de 150 millones de dólares para ampliar la capacidad de procesamiento de plástico en el país, aún persisten retos en avanzar en empaques flexibles, logística e infraestructura, para generar, en parte, que los recicladores tengan una recolección más eficiente.

El empresario destacó que en Colombia se viene liderando este camino en la región, pues aquí se tiene una amplia experiencia en el reciclaje mecánico y se ha avanzado de manera importante en el reciclaje químico, un proceso en el cual el residuo, a través de unos procesos, vuelve a ser una molécula y se convierte en materia virgen.

“Colombia es el único país de la región que tiene un ejemplo en reciclaje químico avanzado y uno de los líderes en la región de reciclaje mecánico de material PET”, destacó Mitchell, quien invitó a la industria a no solo trabajar en este sentido, sino en participar en otros espacios, como la cultura ciudadana, procesos de recolección y temas de regulación.

Reciclaje, un eslabón clave

Aunque parezca evidente, el trabajo de los recicladores es uno de los puntos claves para seguir aumentando la tasa de reciclaje del país, manifestó Nohra Padilla, presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores, quien añadió que hay varios retos a superar para llegar a metas más ambiciosas y generar más empleo en una industria de la cual hacen parte más de 1 millón de personas en el país.

Una de las principales tareas es que los recicladores accedan a precios justos, pues muchas veces son cíclicos, y precios como el de las botellas PET pasaron de 2.800 pesos a 2.000, y el vidrio lo pagan a 200 pesos el kilo, lo cual desestimula el proceso. Otro punto que destacó es quitar la competencia, ya que hay multinacionales que manejan los residuos y están haciendo pequeñas comercializadoras de reciclaje para que la comunidad les venda directamente.

Por otra parte, también falta vigilancia y regularización del servicio público de aseo, pues pasamos de 160 a 1.600 organizaciones de recicladores, pero muchas de ellas no lo son, denunció Padilla, quien llamó la atención de que Bogotá enterró 2 millones de toneladas de residuos el año pasado; mientras que los recicladores recogieron entre 2,5 y 3 millones de toneladas en todo el país, por lo que “los recicladores le evitamos al país un relleno sanitario al año. Nuestro papel es fundamental y hay que proteger a los verdaderos recicladores, mejorar las tasas de aprovechamiento y fortalecer las cadenas de recuperación del material”.