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De estiércol a gas: esta es la iniciativa que revoluciona la sostenibilidad en Colombia
Aunque puede parecer extraño a primera vista, este método tiene el potencial de transformar la manera en la que se cocina, especialmente en áreas rurales con acceso limitado a combustibles tradicionales.*
En un mundo que busca alternativas sostenibles y ecológicas, volver a cocinar con abono de vaca es una opción prometedora y un método que genera múltiples beneficios en las comunidades que lo practican. En términos de energía limpia y renovable, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), afirmó que el biogás puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 60 por ciento en comparación con la leña.
Además, es saludable para las comunidades ya que, según un estudio de la Universidad de Berkeley (California), “las cocinas a biogás pueden reducir las infecciones respiratorias agudas en niños hasta un 50 por ciento”.
En cuanto al desarrollo económico local, el Banco Mundial señaló que la industria del biogás podría crear hasta 13 millones de empleos en todo el mundo para el año 2030. Por su parte, en términos de sostenibilidad ambiental, la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), una organización intergubernamental con sede en la ciudad de Masdar, Emiratos Árabes, estima que este tipo de energía podría satisfacer hasta el 10 por ciento de la demanda mundial de energía para el año 2050.
Al día de hoy en el país se ejecuta esta práctica de la mano de empresas como Alquería, que fomentan espacios más sostenibles. La compañía del sector de alimentos realizó una inversión cercana a los 500 millones de pesos, a través de su programa ‘Vaca Madrina’, con el cual demuestra que la innovación es una estrategia poderosa para mejorar la sostenibilidad ambiental y económica en la región del sur del Cesar.
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Este programa ha permitido que 79 fincas en la región cocinen con estiércol gracias a la instalación de biodigestores, lo que ayudó a las economías familiares de pequeños productores de leche mediante el uso de biogás.
“Cocinar con estiércol, como lo oyen. Sé que ha habido controversia en redes con esto, con lo que hicimos con ‘Los Escachaitos’. Pero efectivamente, esto va muy en serio. Es una de nuestras apuestas para mejorar las economías de nuestros productores de leche. Ahora no tienen que comprar pipetas de gas, lo cual les permite ahorrar y a la vez cuidar del medio ambiente”, aseguró Juan Camilo Padilla, gerente de Sostenibilidad de Alquería.
La frase “en Colombia se cocina con estiércol” ha sido ampliamente difundida en parte gracias a una campaña con ‘Los Escachaitos’, creadores de contenido enfocados en el campo colombiano. Detrás de esta afirmación hay un proyecto que combina conocimiento científico, conservación ambiental y dedicación campesina.
La compañía explicó que, como desecho orgánico, el estiércol produce biogás. Al acumularse, puede ser almacenado y procesado para su uso en las cocinas como combustible.
“Este proceso es similar al de una olla exprés”, destacó Padilla. En este proceso el vapor acumulado en la parte superior empuja la tapa para salir. Aquí se usa un contenedor para depositar el estiércol recolectado de las vacas, que acumula los gases y los conduce a las cocinas, para funcionar como gas propano en una estufa.
Desde 2020, Alquería inició este proyecto con las comunidades campesinas del sur del departamento de Cesar, como parte de su programa, ‘Vaca Madrina’, enfocado en promover la productividad y el mejoramiento de la calidad de vida de los productores de la región. Este cuenta con recursos de cooperación internacional a través de Fondo Acción, IDH y Yara, y recursos propios, que suman más de 3.000 millones de pesos.
Esta estrategia busca mejorar la sostenibilidad ambiental y ofrecer beneficios económicos a los productores de esta región.
Desde su inicio, el proyecto ha logrado evitar más de 44 toneladas de emisiones de CO2. Además, con la producción de biogás, los campesinos beneficiados reducen la necesidad de leña y gas propano, así como los costos de energía. En 2021 se instalaron los primeros cinco biodigestores y ahora 79 fincas los tienen en marcha.
Un biodigestor de ocho metros cúbicos puede producir alrededor de 9.000 metros cúbicos de biogás al año, lo que equivale a 120 libras de gas propano al mes. De esta manera, los campesinos, que antes dependían del propano, ahora compran cilindros con menos frecuencia, lo que logra ahorros significativos y alivia su carga financiera.
Alquería planea continuar con la instalación de biodigestores y medir su impacto hasta el 2030, al ampliar el alcance del proyecto, se benefician más ganaderos al promover prácticas sostenibles en la industria. Este compromiso con la sostenibilidad se alinea con la misión de la empresa de mantener el campo siempre vivo y dar larga vida al planeta.
Contenido elaborado con el apoyo de Alquería.*