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Inmunoterapia, IA y ética: las apuestas que marcan la innovación farmacéutica en Colombia
La innovación farmacéutica abre camino con inmunoterapia, prevención y tecnología buscando salvar vidas y mejorar la calidad de los pacientes en Colombia.
El debate sobre innovación farmacéutica abrió un panorama de retos y oportunidades para Colombia. Las compañías internacionales destacaron los avances de la ciencia, pero también la urgencia de fortalecer la prevención, la ética en la industria y el acceso a tecnologías que permitan detectar y tratar enfermedades de manera más temprana.
Guadalupe León Chávez, gerente general para Colombia de Bristol Myers Squibb (BMS), recordó que la inmunoterapia ha transformado la forma de enfrentar el cáncer. “Quiero compartirles la innovación que cambió la forma de tratamiento de pacientes con cáncer y es la inmunooncología o inmunoterapia, que ganó el Premio Nobel de Medicina en el año 2018 y fue la base para darles esperanza a las personas con este diagnóstico”.
Explicó que el objetivo de la compañía es que los pacientes accedan a terapias en fases iniciales y no se conviertan en una carga para el sistema de salud. “Nos interesa que los pacientes lleguen a las primeras etapas y no se conviertan en un costo para el sistema, para eso trabajamos con aliados”.
Paola Monroy, mánager general para Latinoamérica del Grupo Beryn Farmacéutica, puso el acento en la prevención como política esencial. “Nuestra política debe ser la prevención y asumimos este reto no solo desde lo empresarial, sino como un compromiso por mejorar la calidad de vida de los pacientes.”. En ese sentido, habló de proyectos de investigación que buscan impactar también en el plano emocional: “Tenemos un sueño de desarrollar una molécula que pueda borrar cicatrices. Esto impactará emocionalmente en los pacientes que han sufrido quemaduras”.
Recordó que la realidad de este grupo es crítica: “El 99 por ciento de los quemados en Colombia o se suicida o se excluye laboralmente. Hay discriminación desde el punto de vista laboral y desde la empresa privada debemos prevenir esto”.
La tecnología aparece como un aliado indispensable. León afirmó que estar de la mano de la innovación tecnológica es vital para llegar a zonas apartadas y adelantó que trabajan en herramientas digitales para diagnóstico temprano. “Estamos trabajando en una herramienta móvil para escanear lunares sospechosos que puedan generar patologías. La inteligencia artificial debe ser un potencializador para el sistema”. Monroy coincidió en que el sector farmacéutico no es ajeno a este proceso: “La inteligencia artificial es una herramienta a la que no se escapa la industria farmacéutica. A eso le apostamos para prevenir al paciente”.
El Grupo Beryn Farmacéutica desarrolla también productos con aplicaciones más inmediatas. “Estamos diseñando una línea de probióticos para mitigar los efectos gástricos que produce el consumo de antibióticos”, aseguró Monroy. Al mismo tiempo, insistió en que el papel de la ética no puede relegarse en la búsqueda de mercado: “No podemos usar a un influencer para promocionar un medicamento, debemos respetar el criterio médico. No podemos dejar la ética a un lado”.
Educación que transforma
En este escenario participó Clara Arango, oncology medical head de GSK Colombia, quien recalcó que la innovación debe traducirse en conciencia y prevención. Subrayó que el cáncer de cuello uterino tiene evolución lenta y estrecha relación con el virus del papiloma humano, pero que existe una herramienta clave: la citología.
“Es una prueba de tamizaje que detecta cambios en las células que derivan en un cáncer”, explicó. Añadió que debe realizarse con regularidad según criterio médico y recordó que los chequeos oportunos son esenciales para consultar ante signos de alarma. La innovación, insistió, debe ir acompañada de educación en salud y acceso temprano a pruebas de diagnóstico.
Por su parte, Ignacio Gaitán, presidente ejecutivo de la la Asociación de Laboratorios de Investigación y Desarrollo (Afidro), puso en perspectiva la magnitud de los desafíos de la innovación farmacéutica. Señaló que desarrollar un nuevo medicamento requiere en promedio 2.600 millones de dólares y un proceso de entre 10 y 15 años, en el que de 10.000 moléculas investigadas apenas cinco logran llegar a la comercialización.
Estas cifras reflejan el alto costo, la complejidad y la tasa de fracaso en la investigación, además de la urgencia de un entorno regulatorio y financiero más sólido que permita garantizar a los pacientes colombianos acceso oportuno a terapias innovadoras. n