Premio Allianz
La cara positiva del Cauca
Con proyectos de reconciliación, ecoturismo y construcción de paz, Get Up And Go trabaja para cambiar la percepción negativa que algunos colombianos tienen del departamento del Cauca. Esta iniciativa fue una de las 12 finalistas del Gran Premio a la Innovación Social de Allianz y SEMANA
Tristemente, en los últimos meses, el Cauca ha sido protagonista de los titulares de los medios por el incremento de la violencia. Pero tras esa visión mediática el departamento esconde una rica ambiental, social y culturales que los colombianos poco conocen. Para darle la vuelta a esa situación Luisa Romero y Miguel Carvajal, dos ingenieros electrónicos de la Universidad del Cauca, encontraron en el turismo una herramienta de paz para desestigmatizar las poblaciones que vivieron el conflicto armado en el Cauca y para mejorar la calidad de vida de víctimas y excombatientes.
“Nosotros creamos historias en comunidades que nunca imaginaron emprender con ideas de turismo, nuestro trabajo es ver todo ese potencial que a ellos les permite generar más ingresos y a los turistas les genera nuevas experiencias”, asegura Luisa.
La iniciativa comenzó en 2016 con unas actividades universitarias y nunca llegaron a imaginar el impacto social que generaría. Actualmente, cuentan con proyectos de turismo sostenible en El Tambo, recorridos de realidad virtual en municipios como Silvia, junto a la comunidad indígena Misak, y con el programa Guías de Paz que involucra víctimas del conflicto.
Ese es el caso de Melania Collazos, quien llegó desplazada a Popayán desde Sotará tras vivir el asesinato sistemático de la mitad de su familia en 2002. Sin saber qué hacer y con la responsabilidad de cuidar a su madre y sus cinco hijos, se propuso recuperar la sonrisa y comenzó a participar en espacios comunitarios con temas relacionados con la memoria y allí conoció a Get Up And Go.
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“Este proyecto transformó mi vida a través del turismo, porque ha sido sanación, relajación, experiencia y me ha permitido fijarme metas importantes”, dice Melania. Ahora su hijo es uno de los guías turísticos que enseña a nacionales y extranjeros los secretos históricos de Popayán.
Como Melania, otra mujer resiliente y emprendedora que trabaja con esta organización es Martha Lucia Vargas, la propietaria de la granja Alejandría en El Tambo, un espacio de turismo sostenible que le ha permitido a ella superar los problemas de la guerra. Ella, constructora de paz, hoy les ofrece a los turistas la experiencia de una finca sustentable, donde se aprovechan los residuos para generar abonos o gas natural. Además, cría conejos, cuyes y gallinas que son la clave en la economía de su familia y empleados.
“Con la guerra todos los sueños se quedan en cero y se pierde todo, nosotros no nos fuimos porque no teníamos un lugar para llegar, entonces nos tocó arrancar de cero, estudiamos y aprovechamos todas las oportunidades”, asegura Martha. Ahora ella, que técnica en producción agrícola del Sena, está aprendiendo inglés con Get Up And Go para recibir y atender mejor a visitantes extranjeros.
Get Up And Go ha vinculado a otras personas como Martha para capacitarlas en habilidades de emprendimiento, gestión de proyectos y desarrollo turístico sostenible. Solo en El Tambo unas 300 personas se han beneficiado de estos espacios. Además, trabaja con 25 proyectos similares solo en este municipio y capacita a los emprendedores en modelos de negocios e inglés. De todo ese trabajo se ha logrado que muchos dejen atrás los cultivos de coca para ser empresarios del sector turístico.
El emprendimiento de Luisa y Miguel no es una agencia de turismo: “no ofrecemos paquetes que se le imponen a la comunidad, acá hay una interacción, porque son ellos los que crean el atractivo y tienen algo que contarle al mundo”, explica Miguel.
En este momento Luisa y Miguel también trabajan junto a decenas de voluntarios que, en un modelo de free walking tour, han visto una oportunidad para practicar idiomas con los extranjeros que llegan al Cauca. Ambos aseguran que con la firma del proceso de paz se han duplicado cada año los turistas que quieren llegar a la región y esperan que pase pronto la pandemia para intensificar sus actividades.
En este momento la organización está a punto de abrir el Café de Paz, otra atracción en la que abundaran las historias positivas y las tazas preparadas con los granos del café Don Anselmo, el cual es cosechado por varias mujeres en proceso de reintegración del municipio de Cajibío.