Sostenibilidad

Páramos de Colombia: más conciencia y acción para su protección: “Debemos trabajar desde la educación”

El webinar ‘Páramos: guardianes del agua y la vida’, organizado por la Corporación Autónoma Regional del Guavio-CORPOGUAVIO y Foros Semana, abordó estrategias para proteger estos ecosistemas vitales de Colombia.

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28 de octubre de 2025, 9:01 p. m.
Páramo de Chingaza y sus frailejones.
Páramo de Chingaza y sus frailejones. | Foto: Corporación Autónoma Regional del Guavio (CORPOGUAVIO).

Colombia alberga el complejo de páramos más grande del planeta y desempeña un papel clave en la conservación global del agua.

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Los páramos son ecosistemas únicos. En ellos nacen los ríos que abastecen acueductos y sostienen la economía nacional. En Colombia, aunque solo ocupan el 3 por ciento del territorio, su función ecológica es vital porque regulan el ciclo del agua, almacenan carbono y albergan una biodiversidad única en el mundo. La amenaza del cambio climático, la expansión urbana y las actividades ilegales han puesto en riesgo su equilibrio natural.

Para María Fernanda Medina Quintero, subdirectora de Gestión Ambiental CORPOGUAVIO, la gestión ambiental no puede reducirse a la aplicación de normas. En esta región de Cundinamarca, la entidad involucra a las comunidades, que, bajo la figura de gestores ambientales comunitarios, colaboran con el control, la vigilancia, el monitoreo de biodiversidad y campañas de sensibilización. “No podemos llegar a decirles que no más. Ellos forman parte del páramo. Debemos trabajar desde la educación y la conciencia”.

En su jurisdicción, donde más del 15 por ciento del territorio corresponde a zonas de páramo –entre ellas el complejo de Chingaza–, la Corporación ha consolidado una red que combina conocimiento tradicional y técnico. En las escuelas, juntas comunales y asociaciones campesinas adelantan programas de educación ambiental para promover prácticas agrícolas sostenibles y prevenir incendios forestales. “Cuando las personas entienden el valor del páramo, dejan de verlo como tierra de cultivo y lo reconocen como fuente de vida”, añadió Medina.

También desarrollan campañas de prevención de incendios con apoyo del Ejército, Defensa Civil y Bomberos, y participan en la formulación del Plan de Manejo Ambiental del Sistema Chingaza, que busca unificar acciones con otras corporaciones y entidades del Estado. Estas medidas integran educación ambiental, vigilancia, restauración ecológica y reconversión productiva, componentes que CORPOGUAVIO considera inseparables.

Cooperación y regulación

Diego Leandro Cárdenas Chala, secretario de Bienestar Verde de la Gobernación de Cundinamarca, explicó que Colombia cuenta con un marco normativo sólido para proteger sus ecosistemas (leyes, políticas y programas), pero advirtió que se debe mejorar la articulación. “Requiere diálogo entre el Gobierno nacional, las autoridades ambientales y las comunidades”.

En Cundinamarca se han priorizado los Pagos por Servicios Ambientales (PSA) como instrumento para impulsar la conservación. El 30 por ciento del 1 por ciento de los ingresos corrientes se destina a este fin, para apoyar a campesinos en municipios como Guasca, Fómeque, Junín, Ubalá y Gachetá. “Los ayudamos a conservar las fuentes de agua y a transformar su relación con el entorno”, señaló Cárdenas.

Además, el departamento ha adquirido más de 47.000 hectáreas para conservación y ha financiado proyectos de reconversión productiva por más de 11.000 millones de pesos, en alianza con el Ministerio de Ambiente. Estas iniciativas buscan que las comunidades rurales transiten de una economía extractiva a una sostenible. “Un campesino no puede vivir solo del discurso ambiental; necesita ingresos, y por eso la conservación debe ser también una oportunidad económica”, agregó Cárdenas.

Luis Olmedo Martínez Zamora, director general de Parques Nacionales Naturales de Colombia, advirtió que los páramos enfrentan tres amenazas: la expansión urbana descontrolada, las economías ilegales y la falta de acuerdos sociales. “Cuando la planificación urbana carece de sustento científico y consenso político, surgen ocupaciones desordenadas. Si además se suman actividades ilegales como la minería, el riesgo es enorme”, explicó. Olmedo aclaró que el objetivo no es frenar el desarrollo, “sino transformarlo para que genere bienestar sin destruir el entorno”. En este sentido, la protección de estos ecosistemas debe orientarse hacia una economía de conservación sostenible.

El Oso Andino es considerado como el guardián del agua, el jardinero del bosque y el páramo.
El Oso Andino es considerado como el guardián del agua, el jardinero del bosque y el páramo. | Foto: CORPOGUAVIO-API

Actualmente, Parques Nacionales impulsa la investigación, la formación comunitaria y el intercambio de conocimientos científicos mediante el programa Herencia Colombia y la iniciativa Universidad de los Parques. “Cada páramo tiene su propia dinámica; para protegerlo, debemos entender cómo funciona. La ciencia y la comunidad deben trabajar juntas”, concluyó