Andrés Parra narró cómo fue la macabra llamada que recibió desde la cárcel en medio del rodaje del ‘Patrón del mal’, “usted lo resucitó”

En conversación con SEMANA, el actor colombiano Andrés Parra compartió una experiencia inesperada que vivió durante las grabaciones de ‘Patrón del Mal’, la serie que lo catapultó al estrellato al interpretar a Pablo Escobar.

Según contó Parra, el actor que interpretó al temido sicario recibió una llamada telefónica directa de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, quien en ese momento se encontraba en prisión.

Parra aseguró: “Popeye estaba preso y, por trabajo de campo, llamémoslo así, tenía el teléfono del actor que hacía de él”, explicó Parra, dejando claro que estos vínculos eran parte del ambiente que rodeaba la producción.

Fue en una ocasión casual, mientras Parra se encontraba fuera del aire, alguien le preguntó: “¿Quieres hablar con el Patrón?” Al decir que sí, le pasaron la llamada.

 “Mi patroncito amado, ¿cómo está mi patroncito?”, fueron las primeras palabras que escuchó el actor de “Popeye”, quien se dirigió a Parra como si realmente estuviera hablando con el narcotraficante.

En medio de la conversación, Parra también reveló que el sicario elogió su caracterización, en especial un detalle muy específico: un tic en el cabello que Escobar tenía y que el actor replicó en pantalla.

“Me dijo, ‘ese se peinaba todo el día y se hacía así’”, contó Parra, imitando el gesto. También afirmó que Velásquez le dijo “usted lo resucitó, mi hermano usted lo resucitó“.

La llamada se suma a otras interacciones que tuvo Parra con personas cercanas a Escobar, como Alba Marina, hermana del capo, con quien grabó escenas en su apartamento, o incluso con el hijo del narcotraficante, con quien llegó a intercambiar mensajes.

Retiro de la actuación

Además de revivir la macabra anécdota junto al temido sicario, Parra también se refirió a los rumores sobre su retiro de la actuación.

Aunque no confirmó una decisión definitiva, sus palabras dejan claro que atraviesa una transformación profunda: “Yo me hice actor casi que por terapia. El arte vino a salvarme la vida. Era un niño que quería desaparecer y al mismo tiempo quería ser visto”.

Hoy, ese niño es un adulto que ha aprendido a valorarse sin la necesidad de los reflectores. “Ya no necesito esconderme ni llamar la atención. Cuando entendí eso, fue como si la actuación me dijera: ‘Ya no necesitamos desaparecer de nuevo’”.

Parra también confesó que aspectos que rodean su oficio como la fama, los premios, las alfombras rojas, perdieron sentido. “Ahora somos el oficio y yo, trabajando solitos. El reconocimiento ya no vale nada para mí. Me empiezo a preguntar: ¿quiero seguir actuando? Y la respuesta es: no lo sé”.

Parra está concentrado en su show Venga que sí es pa’ eso, donde explora su historia desde la vulnerabilidad. "Un espectáculo mal hablado, basto, burdo, real. Porque mi intención es que la gente se sienta como en la sala de mi casa. Ha sido sorprendente porque la gente conecta un montón. Mucha gente reconociéndose y viéndose ahí, siendo ese niño vulnerable también”, asegura.