Televisión
‘Chichila’ Navia abrió su corazón sobre los retos de crecer en una industria “gordofóbica” y da detalles sobre su próximo libro
La actriz le contó a SEMANA sobre la publicación de su libro en 2026, su crítica a la “gordofobia” en la industria y su participación en la obra Oh! Diosas.
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La actriz conversó con SEMANA sobre su participación en la obra Oh! Diosas en el Teatro Nacional, su relación con Santiago Alarcón, su historia como sobreviviente de un trastorno alimentario, su camino en una industria que cataloga como ‘gordofóbica’ y detalles sobre lo que será su primer libro.

SEMANA: Hablemos sobre su participación en la obra Oh! Diosas, ¿de qué trata?
Cecilia Navia: Esta obra es la reunión de un grupo de mujeres en un escenario desde la feminidad, haciendo comedia, ‘mamando gallo’, teniendo un momento íntimo, pero con el público enfrente. Lo que ocurre en nuestra sala cuando te juntas con tus amigas a tomarte un trago: los temas que se tratan, los juegos que existen.
Es muy bello porque no es solo un show de improvisación, de esos hay muchos. Este lo que tiene de distinto es que es desde la feminidad. Es un lugar donde podemos hablar y decir todo eso que no se debe, que no se puede, que nos han dicho que no está bien, que no es bienvenido, que es imprudente.
Este es el espacio.Hemos hablado de sexualidad y todos los hombres se quedan con la boca abierta porque no tienen ni idea de un montón de cosas. La mujer siempre ha tenido un lugar en esta sociedad como de sacrificada, de no placer, de muchas cosas que este show dice: la experiencia de ser mujer es muy diversa. Oh! Diosas es una experiencia, más que un show.
SEMANA: Teniendo en cuenta su experiencia en esa obra, ¿cómo ha sido su propio camino en la amistad con mujeres?
C.N.: Contrario a lo que muchas mujeres a veces decimos por cultura, que entre viejas no están unidas ni se soportan, siempre he dicho que esas son ideas instaladas para que no nos unamos, porque unidas somos tremenda fuerza poderosa y no conviene a muchos.Pensando en mis 45 años, en los momentos más dolorosos y difíciles, quienes más me rodean han sido mujeres.
En cambio, muchos amigos varones están detrás de algo, son contados los que invierten un almuerzo o una cena sin segundas intenciones, cosa que no pasa con mis amigas. Las mujeres en el mundo somos una energía que sostiene la hermandad y la estructura. En nuestra guerra de tantos años, quienes sostienen la vida en las culturas indígenas, en los lugares apartados son las mujeres. Para mí, somos eslabones y unidas somos muy fuertes. Eso no quiere decir que los hombres no sean buenos amigos, mi marido es el mejor amigo del mundo, pero realmente las mujeres somos una fuerza hermosa.

SEMANA: Usted tiene una gran fortuna y es que trabaja con amigas, pero también con su familia. ¿Cómo ha sido ese camino junto a su prima y actriz Carolina Cuervo?
C.N.: Siempre he dicho que la vida no me regaló una hermana biológica con la que creciera, pero me dio a Caro, mi prima hermana. Crecí con ella, pasamos muchas noches y vacaciones juntas, hicimos televisión juntas por años, casi nos hicimos famosas juntas. Caro es una persona que la vida eligió a mi lado. Hay gente con la que no se necesita un esfuerzo para estar, con Caro es eso.
Podemos dejar de vernos meses y al vernos es como si fuera ayer. Es tan orgánico, es como si Caro fuera parte de mí, como un órgano (risas). Nos entendemos en todos los sentidos, como mujeres y familia; compartimos una educación similar, historias de vida y formación artística. Tenemos las mismas neurosis, nos entendemos perfectamente. Nunca competimos. Desde niñas nos enseñaron a ser equipo, a compartir.
SEMANA: ¿Qué ha significado para usted crecer siendo mujer dentro de una industria tan ruda?
C.N.: Esa es una tremenda pregunta que puedo responder ahora después de los 40 años, cuando uno empieza a aterrizar y a entender cosas que antes no. Habitar un cuerpo gordo en la industria en Colombia, donde hay un rol fuerte de belleza, reinado nacional y gordofobia, es complejo.En la época en la que crecí no había información ni denuncias sobre eso.
Hoy hay movimientos contra la gordofobia e información a un clic, en esa época no. A mí me tocó habitar un cuerpo gordo desde la infancia y tuve un trastorno alimentario. A los 40 años entendí más a fondo mi historia y soy sobreviviente de bulimia. He podido entender eso gracias a terapia con especialistas.
Habitar un cuerpo gordo en esta industria tan gordofóbica fue muy difícil. No me siento víctima, sino que tomo control y hago algo positivo con la historia.Soy de las que cree que todo pasa por algo y que hay que encontrarle la vuelta. No es sentarse a victimizarse. Es lindo cuando escucho que mi historia es inspiradora porque eso quiere decir que todo el rollo va para algo bueno. Pero sí, ha sido muy duro ser mujer, y ser gorda, en esta industria.

SEMANA: Desde el momento en que hubo un cambio notorio con su cuerpo, ¿ha visto una variación en el trato de la industria hacia usted?
C.N.: Claro, el problema es el estigma de la gordofobia. La gente cree que el gordo en la televisión es chistoso o malo, y existen pocos protagonistas gordos; solo están en la comedia o como villanos.Al dejar de ser gorda, tengo más opciones de personajes y se abre un abanico más amplio de personajes.
Los gordos están encasillados y se cree que no pueden ser protagonistas sexys o aceptar ciertos roles. Es un tema fuerte y visible. Actualmente, incomoda decir: “Somos gordofóbicos”. Para muchos, estar flaco es salud y éxito, pero no necesariamente.Antes yo nunca me pude preguntar si estaba bien o mal tener un cuerpo gordito o por qué te juzgaban. Eso me afectó en muchos proyectos, haciendo que pensara que yo tenía algo malo.
Existía o existe una gordofobia muy tenaz hacia niñas con tallas diferentes. Por eso, tengo fe en estas nuevas generaciones, porque tienen más información y espero que les vaya mejor.
SEMANA: Su relación con su esposo, Santiago Alarcón, ha sido muy mediática. ¿Cómo han logrado encontrarse como familia y pareja en medio de todo ese ruido?
C.N.: Nosotros hemos priorizado siempre la familia, evitando escándalos y siendo prudentes con lo que mostramos y con lo que no. Somos muy conocidos por ser una pareja que es muy ‘mamadora de gallo’. Así la prensa nos haya separado mil veces, la realidad es que llevamos juntos 25 años, más años juntos que separados. Santiago es una persona con la que no me cuesta estar.
Lo más hermoso que me ha dado, aparte de mis hijos, es que en los momentos donde yo no me he amado, él me ha amado. Cuando yo no he visto lo bueno en mí, él ha visto lo bueno. A veces cuando uno está en este cuento del trastorno alimentario y todas esas, cuando tú tienes unas crisis muy profundas, el otro es esa mirada hermosa hacia ti que tú no puedes tener hacia ti.
Su amor me ha sostenido.Nosotros nos deshacemos de estereotipos patriarcales en nuestra familia. En casa nosotros nos repartimos los roles, los relevos son naturales. Compartimos totalmente la economía, todo va a la misma bolsita. Nadie se siente mantenido.

SEMANA: Otra gran novedad que viene en su vida como artista es su primer libro. ¿Qué nos puede contar al respecto?
C.N.: El libro está en una fase de ajustes, espero que esté listo para 2026 o antes. A mí me han buscado para escribir este libro desde que me adelgacé, pero yo decía: “¿Qué voy a contar?”. En ese momento tenía un gran desorden mental. La gente romantiza la idea de adelgazar, cree que adelgazar resuelve todo y no es así.
Después de adelgazar, cambié la adicción a la comida por la adicción a las dietas. Fue hermoso entender con la terapia, cómo la pandemia me llevó a estados vulnerables y la terapia me ayudó a decidir qué contar.
No puedo decir aún el nombre del libro, pero pretendo que quien lo lea diga: “Me siento escuchado, me pasó, me identifico”, y que pueda tener herramientas y estar mejor. Aunque tengo un trastorno alimentario desde los 7 años y sigo teniéndolo, cada vez estoy mejor porque se puede estar mejor a través de muchas herramientas, se trata de reconocer y mirar a los ojos el trastorno.






