Diego Guauque expuso enfermedad de Kenneth Torres al contar desgarradora historia: “No podía sonreír, tampoco hablar, ni moverse”

En las horas de la madrugada de este miércoles 22 de enero, se dio a conocer la noticia del fallecimiento de Kenneth Torres, uno de los periodistas más reconocidos de Blu Radio, y que estuvo en esta casa periodística durante cinco años.

A través de su cuenta de X, la emisora se pronunció por el lamentable suceso. “Blu Radio lamenta el fallecimiento de Kenneth Torres, quien durante cinco años se desempeñó como reportero de esta casa periodística. Recordamos a Kenneth por sus grandes virtudes personales y profesionales. Acompañamos a sus seres queridos en este momento”, aseguraron.

Kenneth Torres estuvo atravesando por un largo tiempo un padecimiento que desmejoró su calidad de vida en un abrir y cerrar de ojos, pero fue su gran amigo, el periodista Diego Guauque, quien a través de un nostálgico texto en su cuenta oficial de Instagram, reveló la verdad de la enfermedad que cobró la vida del periodista político y cómo vivió algunos momentos de su vida desde que se enteró del diagnóstico.go tiempo un padecimiento que desmejoró su calidad de vida en un abrir y cerrar de ojos, pero fue su gran amigo, el periodista Diego Guauque, quien a través de un nostálgico texto en su cuenta oficial de Instagram, reveló la verdad de la enfermedad que cobró la vida del periodista político, y cómo vivió algunos momentos de su vida desde que se enteró del diagnóstico.

Diego Guauque reveló la enfermedad que tenía Kenneth Torres

El periodista de Séptimo Día, que también vivió una situación muy compleja de salud, pero que logró superar, subió una fotografía junto a Torres acompañada de un relato en el que destapó el padecimiento que se llevó a Kenneth y cómo vivía sus días internado en una clínica ubicada al norte de Bogotá.

“Kenneth murió poco después de la medianoche. Casi sumó un año conviviendo con un cáncer de estómago detectado muy tarde: estadio cuatro”, confirmó Diego.

Aunque ambos hombres compartían la misma pasión por el periodismo y por informar al pueblo colombiano, Guauque aseguró que lo que terminó por forjar su amistad fue la enfermedad. “Cuando yo salía, él apenas entraba a ese largo y tortuoso túnel de temores e incertidumbres. Por eso, siempre quise poner en sus manos y en las de Catalina Escobar, su esposa, mi experiencia en la lucha por seguir con vida”, escribió.

Aunque el periodista se realizó todos los tratamientos posibles, ninguno fue efectivo, según Guauque. “El buen Kenneth se sometió a quimioterapias, pero no surtieron efecto. El tumor nunca dio tregua, por el contrario, se esparció a más órganos”, agregó.

Ahondando en sus recuerdos, Guauque recalcó y destacó el humor que siempre mantuvo Kenneth a pesar de vivir día a día con agónicos dolores, con una historia en especial que vivió junto con las enfermeras de la clínica.

“Hermano, ¿por qué las enfermeras y médicos te quieren tanto?, le pregunté el día de esta foto en una habitación de la Clínica Los Cobos. Era mayo de 2024. Su respuesta fue un chispazo y la acompañó de una leve sonrisa socarrona. ‘Es que yo les regalo Bom Bon Bum cada vez que entran a examinarme jajajaja’. Catalina, mi esposa Alejandra, él y yo, soltamos una carcajada que rebotó entre las paredes de cuidados intermedios”, escribió Diego.

Dentro de su recuerdo, Guauque resaltó uno de los cambios más significativos a nivel físico que tuvo el periodista, pues pasó de pesar 93 kilos, a 63, pues “Devolvía casi todo”. Además, afirmó que su tumor seguía intacto.

Horas antes del fallecimiento de Kenneth, Diego estuvo junto a él y recordó el aspecto físico con el que vio por última vez a Torres: “Kenneth estaba barbado, más flaco y ya no podía sonreír. Tampoco hablar ni moverse. Pero sí podía oír. ¿Qué se le puede decir a un hombre que tiene las horas contadas? Ante el brote de frases de cajón, preferí callar y consentir su tibia cabeza [...] Entretanto, ingresaron dos enfermeras. Salí del cuarto para que lo asearan. Veinte minutos después me permitieron regresar. Cada una tenía un Bom Bon Bum en sus manos. Ocho horas después, partió. La última bolsita de bombones quedó por la mitad”, concluyó Diego Guauque.