Televisión
El actor Miguel González dio detalles sobre su nuevo personaje en el nuevo thriller psicológico y erótico La huésped de Netflix, “fue un viaje”
El actor bogotano Miguel González conversa sobre su papel más reciente en la serie La huésped, su pasión por el arte, la música y la fotografía.
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Miguel González, actor bogotano de sólida formación y extensa trayectoria, emerge con fuerza en La huésped, la nueva serie de Netflix. Desde sus primeros pasos en la actuación a los 11 años en el programa infantil Sin cédula, de Citytv, González ha construido con dedicación una carrera impecable, eligiendo siempre mantenerse lejos del ruido mediático para centrarse en el arte.
Con más de dos décadas dedicadas a la actuación, ha conquistado pantallas y escenarios con su talento y compromiso, consolidándose hoy como una figura clave en el panorama actoral colombiano y latinoamericano. SEMANA conversó con él sobre sus más recientes papeles y sus pasiones.

SEMANA: Hablemos sobre su papel en La huésped. ¿Cómo llegó ese papel a su vida y qué es lo que más le llamó la atención?
Miguel González: Creo que lo que más me llamó la atención del personaje fue la forma en que fue escogido. Cuando mandé el casting, luego me enteré de que el director, Klych López, no ve los castings, él los escucha. Después de terminar Delirio, donde tuve la oportunidad de hacer un papel muy distinto que representó un crecimiento para mí, envié el casting apostándole a ser el teniente Méndez.
Lo que más me gustó es que tanto en Delirio como en esta serie la escogencia fue más desprevenida, saliéndose de la idea de qué personajes suelo hacer. Cuando Klych escuchó mi casting, dijo: “Quiero que él haga al teniente”, y luego se dio cuenta de que era yo. Fue muy interesante porque pude proponer algo actoralmente muy distinto, con otra energía y otro lugar.El teniente Méndez es un personaje muy correcto, que apuesta a la verdad y tiene principios muy sólidos, lo cual genera tensión con lo que sucede en la serie. Fue un muy buen viaje, lo disfruté mucho, y la interacción con los otros personajes fue fundamental para crecer.

SEMANA: Usted menciona Delirio, inspirada en la obra de Laura Restrepo, ¿cómo se sintió interpretando a un personaje tan cruel como lo es Araña?
M.G.: Veo a Araña Salazar como un tipo tremendo que se está divirtiendo y goza de una impunidad muy alta, como muchas personas en nuestro país que están detrás del poder o el dinero. Él vive en una burbuja que nadie puede pinchar, aunque esa burbuja se caiga poco a poco, él sigue en su lugar. Para mí, como actor, fue interpretar a alguien que vive en esa burbuja.
Como espectador, la historia hace evidente cómo las tensiones sociales y la búsqueda del poder pueden contar cosas importantes. El drama es pura tensión y Colombia ha vivido en tensión desde su historia más temprana. En esa tensión habitan muchas historias, y Delirio es una de ellas.
Es un camello demostrar que puedo hacer personajes muy distintos, romper con lo que otros creen que puedo hacer. En Delirio soy Araña, un villano, y en La huésped es un personaje completamente diferente. La clave ha sido la mirada distinta de los directores y las productoras. Julio Jorquera, por ejemplo, no sabía quién era yo y me abrió la puerta sin prejuicios. El director de La huésped solo escucha las audiciones y decide si el personaje le funciona sin dejarse llevar por ideas previas. Eso me ha permitido soltarme y crecer profesionalmente.

SEMANA: Hablemos de su evolución actoral. Usted comenzó a los 11 años, ¿cómo ve esa evolución tanto en teatro como en televisión?
M.G.: Siempre he sido muy estudioso, me preparé mucho y negocié para estudiar actuación mientras trabajaba en Disney, incluso en Argentina. He trabajado en teatro, televisión, hice giras, y siempre he sido curioso y dedicado.
Cada oportunidad me ha servido para construir mi carrera. Ahora siento que empiezo a capitalizar todo eso con personajes diversos y desafiantes. Es un momento de consolidación. Salí del colegio sin tener claro si iba a ser actor, pero en la actuación encontré un lugar seguro para mi imaginación. Decidí estudiar artes visuales porque me sentía en paz ahí, y tenía un énfasis audiovisual que pensaba complementaría mi trabajo actoral. En la facultad conocí profesores y compañeros increíbles, y me enamoré de la fotografía, especialmente gracias a un profesor llamado Karim Estefan, que me marcó profundamente. La tesis que hice fue sobre instalación y espacio, lo cual es muy teatral, porque el espacio y la luz son fundamentales para la actuación y para la fotografía. Así que todo está conectado para mí: actuación, espacio y luz.
SEMANA: La música también es otra faceta importante para usted. ¿Es un hobby o un proyecto más profesional?
M.G.: La música siempre ha sido una pasión; vengo de una casa muy melómana. Todo empezó cuando terminé de grabar Delirio y me animé a poner vinilos en el bar de un amigo. A la gente le gustó y me preguntaron si podía poner música en eventos, inauguraciones, cumpleaños... Así, este hobby se ha convertido en algo más recurrente, donde puedo mezclar, aprender y compartir con amigos. Todavía no soy DJ profesional, pero podría llegar a serlo si me preparo. Mi colección de vinilos es variada, pero predomina la salsa, además de funk, soul, disco y algo electrónico.

SEMANA: Hablando de música, usted fue protagonista de un video Los Petit Fellas. ¿Cómo fue esa experiencia?
M.G.: Los Fellas me buscaron porque amigos míos ya habían trabajado con ellos. El video tenía una historia con personajes que se llaman Marco, escritos por Mario Mendoza. En el video estamos varios “Marcos”, lo que fue chévere para encontrarnos, conocernos y querernos más. El arte también se hace con amigos, y ellos han sido un gran apoyo en mi vida. La experiencia fue muy bonita.
SEMANA: Recientemente, estuvo grabando para una serie mexicana llamada Doc. ¿Qué nos puede contar de eso?
M.G.: Estuve haciendo dos escenas para la serie acá en Colombia. Mandé mi audición, les gusté y me llamaron. Hice clases de acento mexicano para la grabación. Fue un rodaje corto, pero fue una experiencia muy chévere. Además, tengo una película en camino con el director Marco Vélez, con quien trabajé en Tiempo presente. Estamos en conversaciones para rodarla antes de fin de año.
SEMANA: ¿A lo la largo de su carrera ha tenido un momento de realización en el que haya dicho: “Este es mi mejor personaje”?
M.G.: No quiero pensar así porque cada personaje llega en un momento distinto de mi vida y tiene su valor. Cada uno ha sido un reto y me ha parecido interesante. Lo importante es seguir sorprendiéndome con papeles que me permitan evolucionar y mostrar diferentes facetas. Cada momento tiene su personaje y cada personaje me impulsa a crecer más.
SEMANA: En el ámbito personal, ¿en qué momento de su vida está hoy?
M.G.: Estoy en un momento de cambio y madurez, avanzando profesionalmente y viviendo las cosas con más calma. Estoy muy contento con mi trabajo y con las posibilidades que tengo, abierto a que la vida me sorprenda, pero sin hablar de más para no pecar por exceso. Estoy feliz con lo que pasa y espero que se abran nuevas puertas para seguir creciendo como persona y como profesional.
SEMANA: ¿Hay alguna faceta o gusto personal poco conocido que nos quiera compartir?
M.G.: Siempre he tratado de ser honesto y auténtico, no crear personajes mediáticos, sino ser artista más que celebridad. Me gusta vivir tranquilo, caminar por la ciudad, tomar transporte público para sentir contacto con la vida, viajar mucho y comer bastante. No me gusta estar en burbujas, prefiero estar en contacto con el mundo y con las personas.