MODA
En exclusiva: el Istituto Marangoni Miami habla con Semana sobre su primera pasarela en Colombia
Por primera vez, el prestigioso Istituto Marangoni con sede en Miami y reconocido por formar a algunos de los creativos más influyentes de la industria de la moda, participa en el Bogotá Fashion Week 2025, una plataforma clave para el diseño emergente en América Latina.

En entrevista con Semana, Eva Hughes, Vicepresidenta Ejecutiva del Istituto Marangoni Miami comparte el propósito de esta participación, el proceso detrás de las colecciones estudiantiles y su visión sobre el futuro de la moda en la región.
SEMANA: ¿Qué representa para el Istituto Marangoni participar por primera vez en el Bogotá Fashion Week, y por qué se eligió este escenario para mostrar el talento de sus estudiantes?
Eva Hughes: Para Marangoni Miami, participar por primera vez en Bogotá Fashion Week es un momento simbólico y estratégico. Bogotá es una ciudad en constante evolución creativa, con un ecosistema de moda vibrante y con identidad. Este desfile es el regreso a casa de estudiantes colombianos que se formaron en nuestra escuela con una visión global.
Es un tributo a su país, a su cultura, y a todo lo que los impulsó a soñar en grande. Elegimos este escenario porque creemos en el potencial latinoamericano y en la importancia de crear puentes reales entre la educación internacional y el talento regional.
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SEMANA: ¿Cuál es el mensaje principal que busca transmitir la escuela a través de las colecciones presentadas por sus alumnos en esta plataforma latinoamericana?
E.H.: Marangoni Miami es el punto de encuentro entre la innovación que desafía el futuro y el oficio que honra el pasado. De ahí que el mensaje es claro: Colombia exporta talento. Las colecciones que presentamos son excelencia en diseño, reflexiones sobre identidad y evolución personal.
SEMANA: ¿Qué elementos diferenciales destacan en los diseños de los estudiantes seleccionados, y cómo reflejan la formación recibida en Marangoni Miami?
E.H.: Lo más notable en estas colecciones es la madurez con la que los diseñadores manejan sus códigos visuales. Estos diseños reflejan la fusión entre rigor académico, sensibilidad cultural y visión de futuro. Esto es lo que buscamos en Marangoni Miami: formar creativos que entiendan la industria, pero que también tengan algo que decir desde su historia y su lugar en el mundo.
SEMANA: ¿De qué manera este desfile fortalece la conexión entre Europa, Estados Unidos y América Latina en el universo de la moda?
E.H.: Este desfile es un mapa de esa conexión. Marangoni Miami, con sus raíces italianas, está presente en Miami, una ciudad vibrante y diversa. Desde allí, trabajamos para crear puentes reales con Latinoamérica, y este desfile es la prueba. Hoy, el talento colombiano desfila bajo una formación global, en un escenario local. Esa es la nueva moda: una moda sin centro único, que dialoga entre continentes y culturas, y que reconoce el valor de lo local como una fuerza global.
SEMANA: ¿Qué papel juega la identidad cultural local o regional en los procesos creativos de los estudiantes que participaron en esta pasarela?
E.H.: La identidad es la columna vertebral de estas propuestas. Nuestros estudiantes exploran su herencia visual, sus referentes estéticos, y los traducen en lenguaje contemporáneo. Lo colombiano está presente en las texturas, en los gestos, en la intención. Y eso es lo más poderoso: ver que la identidad expande. Les da dirección, sentido y voz propia en una industria que busca autenticidad.
Una estudiante como Mariana Jimenez hizo una referencia directa a Bogotá, cada vestido parece un edificio icónico de la ciudad, y con cristales de Swarovski representa el verdor rebelde que crece entre las esquinas del cemento. Otros, como Paula Patiño, refleja con volúmenes y ricos rojizos, la exuberancia que asociamos con las playas del Caribe colombiano. No hay escape, los colombiano se irán de Colombia, pero Colombia no se va del colombiano.
Verónica Espinosa se inspiró en cómo los pueblos indígenas colombianos han entendido y trabajado el oro: no solo como un metal precioso, sino como símbolo de transformación, espiritualidad y conexión con el universo. Así como el kintsugi japonés repara las fracturas con oro, resaltando la belleza de las cicatrices y la historia de cada objeto, la orfebrería indígena colombiana celebra la capacidad de renacer y transformarse a través de la adversidad.
El oro, para ellos, es memoria, sanación y un puente entre lo terrenal y lo sagrado, recordándonos que nuestras propias grietas pueden ser fuente de belleza y fortaleza si las abrazamos y las convertimos en arte.
Estudiantes como Juanita Gutiérrez, Paula Patiño, Daniel Uribe y Paloma Balvin traducen su identidad en lenguajes visuales personales. Desde la Bogotá de concreto y esmeralda hasta los colores cálidos del Caribe, desde lo místico hasta lo ancestral, cada uno encuentra en sus raíces no solo inspiración, sino una afirmación poderosa: que crear desde Colombia es también una forma de resistir, de recordar y de reinventarse.
SEMANA: ¿Cuáles son las competencias que, desde la perspectiva del istituto, deben desarrollar los nuevos diseñadores para destacarse en plataformas como el BFW?
E.H.: Además de creatividad y técnica, creemos que los nuevos diseñadores necesitan tener una visión estratégica, ética y narrativa. En Marangoni Miami, formamos profesionales que comprenden la industria desde dentro, que saben construir marcas, contar historias, liderar equipos y tomar decisiones con impacto. Colombia tiene ese potencial natural, y nuestro rol es ayudar a canalizarlo hacia el mundo.
SEMANA: ¿Cómo se integra el concepto de sostenibilidad, innovación textil o responsabilidad social en las propuestas que veremos en este desfile?
E.H.: Nuestros estudiantes han demostrado una profunda curiosidad por la reutilización creativa y consciente de los textiles. Los vemos experimentar constantemente con ropa de segunda mano, transformando los desechos de otros en verdaderos tesoros propios.
Sin embargo, algo que Mario Braghieri , decano de los programas de moda y mentor que los acompaña en este viaje les recalca con frecuencia, es que el diseño más sostenible, muchas veces, es aquel que está tan bien pensado y es tan bello que quien lo posee no querrá desecharlo, sino usarlo con el tiempo y repararlo si se daña.
El buen diseño, en ese sentido, es ya una forma de sostenibilidad, y creemos que eso quedó reflejado en lo que vimos hoy.
SEMANA: ¿Qué tipo de acompañamiento o proyección internacional reciben los estudiantes después de participar en eventos de alto perfil como este?
E.H.: Este desfile es una plataforma de visibilidad, pero también de validación. A partir de aquí, los estudiantes entran en un ecosistema de mentoría, conexión con marcas, pasantías internacionales y oportunidades editoriales. Lo vivido en Bogotá se convierte en una pieza más de su historia profesional. Y gracias a nuestra red global, esa historia puede continuar en el mundo entero… o volver a Colombia con más fuerza, más visión y más impacto.
SEMANA: ¿Cómo evalúan la recepción de la industria colombiana frente al trabajo de sus alumnos, y qué oportunidades de colaboración identifican con el ecosistema local de moda?
E.H.: La recepción ha sido maravillosa. Colombia tiene una industria abierta, colaborativa, curiosa, que reconoce el valor de lo que estos jóvenes están construyendo. Vemos oportunidades en colaboraciones con marcas, vínculos con instituciones académicas e iniciativas que valoran lo sostenible y lo innovador, que está al centro de lo que hacemos. Colombia es un polo creativo. Y Marangoni Miami quiere formar parte activa de su crecimiento.
SEMANA: ¿Qué expectativas tiene el Istituto Marangoni frente a futuras alianzas con eventos de moda en América Latina y en particular con Bogotá Fashion Week?
E.H.: Nuestro objetivo es claro: venir a construir. Queremos que Bogotá Fashion Week se convierta en una cita recurrente para nuestra escuela, una plataforma donde el talento formado en Marangoni Miami pueda expresarse, conectarse y proyectarse. Estamos comprometidos con abrir caminos. Y sabemos que Colombia es uno de los lugares donde la moda del futuro ya está ocurriendo.