Moda
Falabella y Sixxta: alianza que dibuja el futuro del diseño colombiano en el Bogotá Fashion Week 2025
La colección ‘Garabatos’, creada para Sybilla, celebra el arte, el color y la autenticidad femenina en una colaboración que promete democratizar la moda local.

En el marco del Bogotá Fashion Week 2025, Falabella Colombia y la marca nacional Sixxta lanzan ‘Garabatos’, una colección vibrante que mezcla creatividad, arte y moda consciente.
En entrevista exclusiva con SEMANA, Carolina Carmona, gerente de marketing de Falabella Retail en Colombia, revela cómo esta alianza fortalece el diseño colombiano, conecta con una nueva generación de consumidoras y reafirma el compromiso de la compañía con el talento local.
‘Garabatos’ no solo desfila en pasarela, sino que llega directamente al público, abriendo un nuevo capítulo para la moda hecha en casa.

SEMANA: ¿Cómo se equilibra la visión comercial de una marca como Falabella con la propuesta creativa e independiente de Sixxta, sin comprometer la autenticidad de ninguna de las dos?
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Carolina Carmona: Yo creo que la clave está, primero, en entender y escoger la marca con la que quieres hacer la colaboración. Que de entrada sean marcas que compaginen, que compartan ADN y eso te hace mucho más fácil el proceso. Y respetando mucho la visión creativa de los directores de ambas marcas, ¿no? Creo que, si logras hacer ese match y respetar qué cosas hacen auténticas cada marca y tratar de impregnarle un poco eso de las dos, eso es lo que buscamos. Entonces, la clave va desde el comienzo, desde con qué marca quiero colaborar que se parezca a mí.
SEMANA: ¿En qué medida esta colaboración busca responder a una necesidad cultural o simbólica más allá de lo estético? Por ejemplo, ¿cómo conecta ‘Garabatos’ con el momento social actual de Colombia?
C.C.: Lograr responder, y es buenísima esta pregunta, porque nosotros como Falabella estamos constantemente buscando tener lo que nuestros clientes quieren, ¿sí? Sybilla es una marca juvenil, entonces vamos a lo que está pasando con los jóvenes, ¿cierto? ¿Cuál es el contexto que están buscando?
Entonces, cuando nos encontramos con marcas que son auténticas, divertidas, de alguna manera, como disruptivas y audaces, como lo es Sixxta, entendemos que eso es lo que está pasando, lo que quieren nuestras jóvenes que son clientas de Sybilla y logramos transmitir esos mensajes, como lo decía hoy Mayra también, y es el mensaje de libertad, es el mensaje de poder tener esa libertad de expresión de las jóvenes.
SEMANA: ¿Cuál fue el mayor reto al traducir el lenguaje visual del arte al universo comercial del retail masivo sin perder fuerza conceptual?
C.C.: Este es un reto que tenemos en todas las colaboraciones, ¿no? Y es cómo podemos hacer comercial diseños que son tan únicos de las marcas, que tienen nichos y segmentos muy específicos. Es decir, ¿cómo llevamos esto a algo más comercial?
Ahí te digo que el trabajo en equipo entre la unidad de desarrollo de producto local de Falabella y las marcas con las que colaboramos es lo más importante. Porque, obviamente, la marca trae su ADN, su esencia, su arte, y el trabajo de Falabella es decir: “Listo, aterricémoslo. Volvámoslo comercial”, tal vez en el fit de la ropa, tal vez en el tipo de prendas. Pero que nunca se pierda el ADN del talento local con el que estamos colaborando, porque eso es lo que más nos gusta y lo que más queremos celebrar.
Entonces, creo que es más un tema de fits, de hasta dónde está dispuesta a ceder la marca para hacerlo comercial.

SEMANA: Sybilla ha sido históricamente una marca juvenil: ¿qué nuevos imaginarios de juventud están proponiendo con esta colección?
C.C.: Sybilla es realmente una marca juvenil. ¿Te imaginas cuánto están proponiendo con esta colección? Sybilla se está relanzando este año en Falabella, con una energía mucho más joven, mucho más auténtica y cercana a las jóvenes. Estamos como paradas en su lugar, tratando de entender qué les gusta y cuáles son sus pasiones.
Con esta colaboración, Sybilla está muy conectada con esa libertad de expresión, con la diversión, la creatividad y el color. El mensaje detrás de esta colección, al final, es justamente eso: libertad de expresión, diversión y esos niños que todos llevamos dentro, que los jóvenes reconocen con más facilidad. No están guiados por un esquema ni por reglas impuestas; son libres y se expresan así, de esa misma manera.
SEMANA: En un mercado tan saturado de colaboraciones, ¿qué hace que esta propuesta no sea solo una estrategia de marketing, sino un proyecto con profundidad creativa y proyección a futuro?
C.C.: Esta colaboración hace parte de un proyecto que Falabella viene construyendo desde hace varios años, cuyo eje central es el aplauso y la celebración del talento local. Tenemos muchas iniciativas —digamos que las colaboraciones son solo una parte de esto— como Colombia Diseña, la Joyería Colombiana, y toda una plataforma de apoyo al talento local en Falabella y en falabella.com que da vida a este universo.
Esta colaboración está contenida dentro de ese universo de respaldo al talento colombiano. Además, siempre buscamos marcas que compartan el ADN de Falabella. Hacemos una cuidadosa curaduría y logramos impregnar el ADN de la marca en la propuesta. Las personas van a ver la colaboración y van a reconocer que está plasmado ahí.
Entonces, no se trata simplemente de una colaboración más. Ya hemos hecho más de 20 colaboraciones, y en cada una hemos aprendido algo nuevo y le hemos sumado un valor adicional. Lo más lindo de todo esto es ver cómo este apoyo impulsa a las marcas de talento local.
SEMANA: ¿Cómo se midió el impacto ambiental y social de esta colección, especialmente siendo una producción nacional y de gran volumen?
C.C.: En Falabella, siempre pensamos en la sociedad y, desde nuestro sector, apoyamos al talento colombiano. En esta ocasión, colaboramos con Sixxta, una marca que viene desde Girón, Santander. Es una colaboración que estamos lanzando hoy, y con la que reafirmamos nuestro compromiso con el impulso al talento local.

SEMANA: ¿Cuál fue la conversación más desafiante entre Sixxta y Falabella durante el proceso creativo, y cómo lograron llegar a un punto medio sin diluir la esencia de la propuesta?
C.C.: Fíjate que todo fluyó superbién con ellos, desde el primer momento en que nos sentamos. Todos teníamos claro qué era lo que nos estábamos imaginando. Necesitábamos su esencia, su toque, su propuesta creativa. Mayra es una directora creativa espectacular: tiene una creatividad increíble y muchísimas ideas que puso sobre la mesa.
SEMANA: ¿Qué rol jugó la inteligencia artificial o herramientas tecnológicas en el desarrollo de esta colección?
C.C.: La verdad, la intervención fue nula. Todo fue hecho desde la creatividad y con las manos de nuestro propio equipo. Todo este trabajo ha sido realizado con talento local, con manos colombianas, tanto de Falabella como de Sixxta.
SEMANA: ¿Qué esperan provocar en el consumidor colombiano con ‘Garabatos’? ¿Hay una intención emocional, cultural o simbólica que va más allá de la prenda?
C.C.: ‘Garabatos’ nace de eso: de un simple trazo, un garabato. Y un garabato es como un imán de la creatividad. Con un garabato fluyen las ideas, fluye la creatividad, lo atrae. Entonces, se trata de recordarnos eso: ¿cuántas veces, en serio, nos detenemos un momento en nuestra vida, en nuestro trabajo, para pintar, para hacer algo distinto que no hacemos hace mucho?
En la historia de la plaza en Girón, donde pusimos a todas las personas a garabatear —que fue también el punto de partida de toda la colección—, participaron personas que no cogían un color ni pintaban desde hacía años. Eran personas dedicadas al trabajo en el campo, a estar con sus familias, y no a pensar en sí mismas por un momento. Uno hasta olvida cómo se toma un color.
Entonces, esta iniciativa es un poco eso: una pausa, un recordatorio de la creatividad que llevamos dentro. Es una invitación a llamarla, a ser libres, a expresarnos y a volver a llenar de color nuestra vida.
Por eso, creo que ver una colección como esta —que la ves, ves su diseño, y es disruptiva, diferente— te invita también a despertar un poquito esa diversión. A decir: “¿Y por qué no me pondría este pantalón con flores verdes que está espectacular?”. Es volver a despertar la creatividad y una invitación a garabatear otra vez.