ENTREVISTA
Habla Paulina Dávila, la colombiana que actúa en Chespirito. “Me enfoqué en encontrar a la Graciela que ellos imaginaron”
La actriz Paulina Dávila habla de la experiencia de participar en la serie que retrata la vida de Roberto Gómez Bolaños, de sus proyectos y de haber compartido set con su prima Sofía Vergara.


SEMANA: Esta serie llega en un momento en que hay mucha expectativa. Usted interpreta a Graciela, la primera esposa de Roberto Gómez Bolaños. ¿Cómo llegó a ese papel?
Paulina Dávila: Es curioso. Yo crecí con las historias y lo que creó Roberto Gómez, siendo colombiana. Muchas veces lo que daban en la televisión, cuando uno llegaba del colegio, era El Chavo. Entonces, hay como una generación de latinoamericanos a la que nos une eso, haber crecido con ese contenido. Yo nunca fui realmente fan, pero estaba ahí, como de fondo, mientras hacía tareas. Ese lenguaje está en mi inconsciente, aunque nunca fui una seguidora ferviente. Este proyecto llegó porque ya había trabajado con el director Rodrigo Santos en otra serie que se llamó Belascoarán, una serie pequeña de tres episodios para Netflix que me encantó. Me llevé muy bien con él y nos quedamos con ganas de volver a trabajar juntos. Cuando me buscó y me contaron del proyecto, me sentí algo alejada del personaje. Pensé: “¿Yo haciendo de la esposa con seis hijos?”. Lo sentía muy lejano a mí, pero eso mismo me pareció interesante. Ellos estaban viendo algo que yo no veía.
SEMANA: ¿Cómo la tocó el personaje de Graciela?
P.D.: Graciela tocó muchas fibras. Me permitió explorar la feminidad de otra época. Además, tuve el reto de interpretar a una mujer a lo largo de muchos años: desde los 30 hasta los 50. Eso me llamaba mucho la atención, ver cómo cambia alguien con el tiempo y cómo cambia la interpretación.
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SEMANA: ¿Y cómo fue ese proceso de ensamble con el resto del elenco, especialmente con Pablo Cruz, que interpreta a Roberto?
P.D.: A mí me tocaba contar más la historia doméstica de Roberto Gómez; lo que pasaba en su hogar, sus relaciones personales, su vida familiar. No estaba inmersa en el universo de la vecindad. Con Pablo me fue increíble. Es un compañero supergeneroso, divertido, buena gente y muy profesional. Ya nos conocíamos y habíamos trabajado juntos. Él se entregó con rigurosidad y con gozo al personaje. Además, tenía una gran responsabilidad al interpretar a una figura tan reconocida. En cambio, a mí me daba mucha libertad, porque Graciela no estuvo en el ojo público.
SEMANA: Luego llegó un momento más polémico de la historia, cuando apareció la otra pareja de Roberto y se habló de posibles infidelidades. ¿Cómo fue interpretar a un personaje en una historia tan íntima?
P.D.: Creo que muchas podemos relacionarnos con esta historia. Si miras hacia atrás, hay estructuras y formas que las mujeres atravesaban antes. Para mí, esto tenía que ver con sanar cierto aspecto de mi linaje femenino. Sí, es complejo. Pero no hay que olvidar que esto es una ficción, inspirada en hechos reales. Está escrita por los guionistas, que son los hijos del propio Roberto Gómez y de Graciela. Para mí fue más importante enfocarme en cómo darle vida a ese personaje que está en el guion, más allá de lo real o no real. Me enfoqué en encontrar a esa Graciela que ellos imaginaron, no tanto en el morbo de la situación.
SEMANA: Usted está trabajando en otra producción con Gael García Bernal. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
P.D.: Sí, este proyecto se llama Santita; es muy reciente, acabo de terminar las grabaciones. No puedo contar mucho todavía, pero ha sido un viaje espectacular. Incluye volver a trabajar con Gael, con quien ya había trabajado en Aquí en la tierra. Ahí, él dirigió un episodio y también actuó. Nos conocemos bien, es amigo desde hace tiempo. Fue un gran regalo tenerlo en Santita, no pude estar mejor acompañada. Y no solo él, el elenco está increíble. Además, me dirigió Rodrigo García, que era un sueño hecho realidad. Superó todas mis expectativas.
SEMANA: ¿Y cómo es trabajar con Gael, más allá de este proyecto en específico?
P.D.: Gael es lo máximo. Es un gran actor, un buen compañero y, en mi caso, también un amigo. Fue muy bonito compartir esta oportunidad y este momento. Él eleva mi trabajo y me hace sentir que estoy en el camino correcto. También crecí viéndolo, incluso antes de empezar en esta profesión, así que es muy gratificante trabajar con él.

SEMANA: Usted protagonizó ¡Que viva la música! ¿Cómo fue interpretar ese papel, tan lleno de Cali, basado en la obra de Andrés Caicedo?
P.D.: Recuerdo ese momento como uno que me revolucionó la vida. Había tenido pocas experiencias como actriz. Sentí una responsabilidad enorme, me acuerdo de la presión tan grande que me generaba, pero también fue un sueño hecho realidad en muchos sentidos. María del Carmen fue, para mí, transgresora, fue sublimar cosas propias. Realmente, me siento como que ese es de los regalos más grandes que este trabajo me ha dado.
SEMANA: Es un personaje que a muchos los marcó en la adolescencia.
P.D.: Pude interpretar ese personaje que, cuando lo leí, me babeaba y saboreaba. Leí el libro en el colegio y en ese momento me pareció ¡wow! Luego llegó el casting, todo fue muy del destino. En el rodaje me lo volví a leer muchas veces, y tratar de integrar la profundidad, la música, el sabor, con la poca experiencia que tenía… fue un viaje, delicioso. Lo recuerdo con mucha emoción. Hay un chat del equipo que sobrevive: Carlos Moreno, Claudia Pedraza, Diana Trujillo, Rodrigo Guerrero, Cristian Tapan, Juan Pablo Barragán… Seguimos en contacto porque ese proyecto fue muy importante y nos atravesó profundamente a todos. Me da pesar que la película no tenga recorrido público, porque fue hecha con tanto amor, para que tenga vida propia.
SEMANA: Sobre Griselda, ¿cómo fue trabajar con Sofía Vergara, su prima? ¿Qué representa esto, especialmente por lo que ella significa en Colombia y en el mundo?
P.D.: Sofía y yo, a pesar de ser primas, no teníamos relación: solo nos habíamos visto una vez cuando yo tenía como 8 años. Ella ya hacía cosas, la veía como fuera de serie. Nos reencontramos en el set de Griselda, producto de una conexión familiar y profesional. Sofía llegó por agentes en Colombia y México. Siempre he tenido suerte y trabajo detrás de la suerte, pero esa fue una oportunidad enorme. Nos reencontramos y descubrimos cuánto teníamos en común: somos apasionadas, ambiciosas, visibles, con sentido del humor. Nos reconocimos casi de inmediato. Fue delicioso trabajar juntas en Los Ángeles, con un personaje maravilloso y con Andy García en la dirección. Nuestro vínculo se fortaleció: hoy la considero una amiga cercana, profundamente conectada. Griselda nos unió.

SEMANA: ¿Son primas por parte de quién?
P.D.: Por parte de su mamá y de mi papá. Somos primas segundas, igual que con la Toya Montoya y Julieta Piñeres; formamos parte de un linaje artístico y talentoso de mujeres. También tenemos una prima presentadora en Suiza. Es curioso cómo este entramado familiar está compuesto por mujeres que inspiran en la industria audiovisual. Es como si el histrionismo viniera en la sangre.
SEMANA: En Griselda también trabajó con Karol G, la primera experiencia como actriz de esta cantante. ¿Cómo fue compartir ese momento?
P.D.: Estuvimos juntas todo el tiempo y fue muy bonito compartir esa experiencia. La admiro desde antes de conocerla. Ella es sensible, amorosa, generosa, auténtica. Conectamos mucho. Fue inspirador estar rodeada de mujeres poderosas; eso me alimenta mucho.
SEMANA: ¿Cómo siente que su carrera ha sido impulsada desde que vive en México? Muchos actores migran para estar en un epicentro de la industria.
P.D.: Creo que en mi caso ha sido algo orgánico, una cadena de cosas que se fueron dando. México ha sido muy generoso conmigo y siempre tuve el deseo de expandirme. Me mueve mucho la idea de salir al mundo; un solo lugar es demasiado pequeño. La Ciudad de México es abierta, ofrece oportunidades. Claro, la carrera no ha sido fácil: he tenido años sin trabajar, momentos en que consideré rendirme. Pero, cada vez que estaba a punto de tirar la toalla, surgía algo. He sido persistente. También trabajo en Colombia cuando se presentan oportunidades, me encanta ir. Estaré de nuevo en julio. Hay nuevos proyectos, como Gringo Hunters, en Netflix, sobre policías en la frontera en Tijuana. Además, me encantaría protagonizar cine independiente o una ópera prima. Estar en series está buenísimo, pero el cine experimental me tienta. Ayudar a alguien a llevar a cabo su visión siempre es emocionante.