Testimonio

Hija de Gisèle Pelicot desenmascaró a su padre ‘el monstruo de Mazan’ y publicó escabrosos detalles sobre sus crímenes

Mediante un desgarrador relato en su libro Y dejé de llamarte papá, Caroline Peyronnet narra cómo se transformó su vida tras darse cuenta de que era hija y víctima de un agresor sexual.

Lorena Mahecha S.

Lorena Mahecha S.

Productora periodística

22 de marzo de 2025, 7:08 a. m.
   Se espera que Caroline Peyronnet publiqué un segundo libro sobre los detalles del juicio de su padre a mediados de 2025.
Se espera que Caroline Peyronnet publiqué un segundo libro sobre los detalles del juicio de su padre a mediados de 2025. | Foto: Olivier Roller/ afp

Caroline Darian es el seudónimo con el que Caroline Peyronnet, hija del matrimonio entre Gisèle y Dominique Pelicot, firmó su más reciente libro Y dejé de llamarte papá. Caroline es la hija del medio, el mayor es David y el menor es Florian. Su seudónimo es una combinación de los nombres de sus hermanos, los pilares en su vida tras la revelación que destrozó a su familia. Su padre, Dominique, drogó a Gisèle, su madre, durante más de diez años y la dejó a merced de más de 70 hombres para que la violaran mientras estaba completamente inconsciente.

Desde hace cinco años, Caroline ha intentado reconstruir su vida por medio de una nueva existencia, una en la que el pasado no la siga destruyendo y donde su padre no la aterre, el mismo que la cuidó durante más de 40 años. Dominique fue condenado a 20 años de cárcel el 19 de diciembre de 2024 por los delitos de violación agravada, realización y distribución de imágenes de Gisèle Pelicot, y realización y distribución de imágenes sexuales de su hija y las esposas de sus hijos. Se estima que las agresiones en contra de Gisèle se remontan a 2013. De los 73 hombres que se calcula violaron a la mujer, solo 50 fueron identificados y condenados; 46 fueron declarados culpables de violación, dos culpables por intento de violación y otros dos por agresión sexual. Las penas rondaron entre los tres y los 15 años. La sentencia más alta fue para Romain Vandevelde, un hombre de 63 años que visitó la casa de los Pelicot en seis oportunidades y agredió sexualmente a Gisèle sabiendo que era VIH positivo. Vandevelde no fue el único con este diagnóstico, otro violador también dio positivo para el virus de inmunodeficiencia.

Este boceto de la sala del tribunal realizado por Valentin Pasquier muestra a Gisèle Pelicot, izquierda, y su exmarido Dominique Pelicot, derecha, durante su juicio en el tribunal de Aviñón, sur de Francia, el 17 de septiembre de 2024.
Este boceto de la sala del tribunal realizado por Valentin Pasquier muestra a Gisèle Pelicot, izquierda, y su exmarido Dominique Pelicot, derecha, durante su juicio en el tribunal de Aviñón, sur de Francia, el 17 de septiembre de 2024. | Foto: AP

A pesar de que ninguna prueba serológica ha dado positivo para VIH o hepatitis C a la fecha, Caroline reveló que su madre sí contrajo cuatro enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el virus del papiloma humano, que puede desencadenar en cáncer de cuello de útero. Debido a esto, la francesa de 78 años se ha sometido los últimos años a diversas revisiones preventivas.

¿Cómo es ser hija de la víctima y del verdugo? Es una de las preguntas que intenta responder Caroline en su primer libro, publicado originalmente en francés en 2022, fecha en la que Dominique ya se encontraba preso y la macabra historia apenas empezaba a conocerse. Actualmente, Caroline tiene 46 años y es la fundadora de la Asociación No Me Duermas: Stop a la Sumisión Química, que lucha a favor de las víctimas, pretende visibilizar este problema, así como formar a los profesionales de la salud y crear un grupo de trabajo interministerial en Francia para mejorar la atención médica y psicológica de las víctimas y sus familias. Gracias a su trabajo en la fundación, se han conocido datos que dan luces sobre este delito.

Un hombre sostiene un cartel que dice "Gracias por tu valentía, Gisele Pelicot" frente al tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, el jueves 19 de diciembre de 2024. (Foto AP/Lewis Joly)
Un hombre sostiene un cartel que dice "Gracias por tu valentía, Gisele Pelicot" frente al tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, el jueves 19 de diciembre de 2024. (Foto AP/Lewis Joly) | Foto: AP

El escabroso caso de la familia Pelicot no es el único en Francia, hay más mujeres como Gisèle y Caroline que siguen en la sombra. Según datos de la Agencia Nacional de Seguridad de los Medicamentos y Productos Sanitarios Francesa, de 727 informes emitidos en 2021 por la Policía, se conoció que 82 eran por sumisión química. En la mayoría de estos crímenes, las mujeres son las principales víctimas en el 69,5 por ciento. Los medicamentos utilizados para fines delictivos con intención de agresión sexual son los antihistamínicos, ansiolíticos, somníferos y opiáceos, y lo que más llama la atención es que las víctimas no son conscientes de su estado y no saben qué ocurre, dado que la sumisión química es engañosa y apenas detectable.

Este mensaje en la pared dice: "Una violación es una violación, 20 años para cada una" al margen del juicio contra la expareja de Gisèle Pelicot, Dominique Pelicot, acusada de drogarla durante casi diez años e invitar a desconocidos a violarla en su casa.
Este mensaje en la pared dice: "Una violación es una violación, 20 años para cada una" al margen del juicio contra la expareja de Gisèle Pelicot, Dominique Pelicot, acusada de drogarla durante casi diez años e invitar a desconocidos a violarla en su casa. | Foto: AFP

Además de su trabajo en la fundación, Caroline es una alta directiva en una gran empresa en Francia, es esposa y es madre de Tom, su hijo de 11 años. No tiene contacto con su padre desde el 2 de noviembre de 2020, cuando fue arrestado finalmente luego de una investigación policial que se inició el 12 de septiembre de 2020 tras grabar intencionalmente debajo de la falda de tres mujeres en un supermercado. Antes de ese fatídico día, su vida era sencilla. Caroline se enteró de las atrocidades de su padre un lunes a las 8:25 de la noche, hora que marcaba el horno de su cocina y cuando recibió la llamada de su madre para contarle todo. Caroline no ha olvidado esa fecha y hora. En ese momento su vida dejó de ser normal. Ese día empezó la carnicería.

Desde el 2 de noviembre de 2020, Gisèle, Caroline, David y Florian han tenido que afrontar la realidad de estar emparentados con un monstruo. De acuerdo con los reportes de la Policía, los más de 20.000 videos y fotografías descubiertos en los celulares y computadores de Dominique rayan con la barbarie, la perversión y el voyerismo. Ese hombre al que llamaban papá, esposo y abuelo, realmente era un depravado que de día los abrazaba y consentía, y de noche cometía los peores vejámenes en contra de su esposa y otras mujeres. El juez que sentenció a Dominique, igualmente lo condenó por haber violado a la esposa de Jean-Pierre Marechal, uno de los 50 hombres que también violó a Gisèle. Según los investigadores, Dominique les enseñó a Marechal y a más hombres cómo someter químicamente a sus parejas.

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Gisele Pelicot. | Foto: AFP

Las revelaciones aportadas por Caroline en su libro son escabrosas. Su padre también habría violado en diez oportunidades a otra mujer, quien por miedo nunca denunció los hechos ante la Policía. Dominique, a su vez, compartió en internet las dosis exactas para que los violadores sometieran químicamente a sus hijos; se desconoce si para fines sexuales o para que no fueran testigos de las atrocidades contra sus madres.

Ante la cascada de información, Caroline tuvo que ser ingresada a urgencias psiquiátricas. La mujer de 46 años fue atendida luego de un grave episodio de estrés y ataque de nervios provocado tras conocerse que su padre tenía en su propiedad fotografías de ella en ropa interior. Gisèle no fue la única que instauró una denuncia en contra de Dominique. Caroline y sus cuñadas Aurore y Celine también tuvieron que hacerlo. Entre la evidencia contra Dominique igualmente se encontraron sus fotos, una de ellas fue fotografiada en estado de embarazo.

Giselé Pelicot, acompañada por su hijo Florian Pelicot y su hija Caroline Darian.
Giselé Pelicot, acompañada por su hijo Florian Pelicot y su hija Caroline Darian. | Foto: AFP

La perversión de Dominique no tiene límites. Las violaciones en contra de Gisèle también fueron cometidas por fuera de su casa en Mazan. Gracias a la impecable investigación de la Policía, Caroline afirma en su libro que su padre aprovechó su ausencia por vacaciones en Marruecos para agredir a su madre junto a otros hombres en su propia casa en París, en su habitación y en la misma cama matrimonial en la que ella dormía con su esposo Paul. La misma casa donde Dominique jugaba con su nieto Tom y celebraba sus cumpleaños.

A lo largo de más de diez años, Dominique manipuló e incapacitó psicológicamente a Gisèle, haciéndole creer que por su frágil estado de salud no podía conducir, hacer mercado, llevar las cuentas del hogar o incluso visitar a sus hijos y nietos. Después de la captura de Dominique, se conoció que estaba en la quiebra y que había pedido grandes préstamos bancarios en nombre de su esposa. El dinero habría sido usado para negocios ilícitos.

A la fecha, Caroline no tiene certeza de si su padre también la violó. De lo que sí tiene certeza es que la sometió químicamente y le tomó fotos que luego fueron compartidas en internet para saciar las perversiones de miles de hombres igual de monstruosos a él. Hoy, Caroline y Gisèle son los rostros visibles de la sumisión química, pero no los únicos. Muchas víctimas siguen en la sombra, impedidas por el peso de la vergüenza y la culpa. Se espera que Giséle publique sus memorias en 2026 bajo el título de Un himno a la vida.

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