Sin Filtro
Jhonny Rivera y el día que tocó fondo: “Me fui llorando todo el camino”
“Perdí todo. Me estaba enloqueciendo, no dormía. Casi que aguantando hambre. Me fui llorando todo el camino”: Jhonny Rivera el día en que tocó fondo.

Johnny Rivera es uno de los cantantes de música popular más querido por todos los colombianos. Su exitosa carrera ya lleva más de 20 años, pero pocos conocen todo lo que tuvo que vivir antes de ser el artista reconocido.
Durante si juventud decidió viajar a Bogotá para tener mejores oportunidades. Al principio todo estaba saliendo bien, pero de un momento a otro todo cambió.
Después de ser mensajero y adelantar otras actividades, empezó en el mundo de la carpintería, donde le fue bien, pero en un momento las cosas empezaron a echar para atrás.
En ese momento, se separó de su esposa y ese dolor lo llevó a cometer errores laborales que poco a poco afectaron su trabajo.
“Yo toqué fondo, perdí todo y me endeudé terriblemente. La parte sentimental es muy importante para uno fluir, tener motivación y ganas de levantarse. Eso se acabó para mí y no tenía concentración”.
Agregó en el videopodcast Sin Filtro en SEMANA: “Los trabajos me quedaban mal, me decían, quiero este closet de amarillo y yo lo pintaba de verde. Las medidas me quedaban mal tomadas, llegaba a instalar puertas y estaban dos centímetros más grande”.

De un momento a otro todos los problemas aumentaron y las deudas también, por lo que su situación no era la mejor. “Empezaron las pérdidas y me fui quebrando. Así que tuve que regresarme al campo, a coger café, a volar machete y azadón”.

Agregó: “Todos los días me hacían un escándalo porque estaba debiendo plata y a veces se juntaban dos. Me estaba enloqueciendo, ya no sabía qué hacer y llamé a mi mamá para contarle que me había quebrado y le estaba debiendo a todo el mundo. Debía más de 15 millones de pesos de aquella época”.
Por esa millonaria deuda tomó la decisión de salir de Bogotá, pero se sentía derrotado.
“Le dije a mi mamá que me tenía que ir porque me iban a matar con todas esas deudas. Me fui llorando, pero cuando llegué donde mi mamá hice la lista y llamé a cada una de las personas que les quedé debiendo. Les expliqué que me quebré, les di mis datos y prometí pagarles”.
Después de un tiempo y de conseguir dinero para responder, pudo cancelar todas las deudas. “Les dejé mi teléfono y poco a poco pude irles pagando. Busqué uno a uno y les pagué a todos”.

Hoy en día mantiene contacto con algunas de las personas a las que les quedó debiendo en aquel momento y reconoce que esos episodios de la juventud fueron los que le sirvieron para sacar adelante a su familia.