Entrevista
Miguel Varoni y el reto de revivir a ‘Pedro, el escamoso’ 20 años después; el actor revela en SEMANA cómo el personaje le cambió la vida
Varoni cuenta cómo consiguió el look del personaje y cómo lo asesoró su esposa Catherine Siachoque.
El Mompirri está de vuelta: este 16 de julio a las pantallas de Caracol Televisión y de Disney+ llega una producción que hizo historia más de 20 años atrás, Pedro, el escamoso, la vida de Pedro Coral Tavera, un tipo humilde y fanfarrón que se cree el más lindo, el mejor bailarín, el más gracioso y el más mujeriego de todos.
Así son los escamosos, una expresión coloquial colombiana que se usa para describir a aquellos individuos que se creen lo máximo. Y Pedro lo fue, aunque no lo tuvo fácil, pues debía enfrentarse a otro personaje megapopular, Yo soy Betty, la fea.
Era la primera vez que un antigalán conquistaba el horario prime de la televisión en el país. Aquello fue en 2001, en una época en la que las redes sociales eran ciencia ficción. Pero, la fama del personaje creció como espuma gracias a la fuerza de una historia sencilla cargada de humor colombiano y la brillante interpretación de Miguel Varoni.
En diálogo con SEMANA, el actor cuenta cómo le llegó a las manos este personaje que lo cambió para siempre y por qué aceptó el reto de revivirlo, cuando a veces las segundas partes no suelen salir como se esperan.
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SEMANA: Haciendo memoria, ¿cómo recuerda el momento en que le presentaron a este personaje, Pedro, el escamoso?
Miguel Varoni: Estaba con mi esposa. Recuerdo que Dago (García) me llamó y me habló del proyecto. En esa época el internet era muy lento y me dijo que me iba a dejar el guion en la portería del edificio donde vivía. Al llegar a la casa, subí al apartamento y leí el guion de un tirón con Caty (Catherine Siachoque). Y nos morimos de la risa. Al final, ella solo dijo: “Eso lo tienes que hacer”. Y yo le respondí: “Claro que lo voy a hacer”. Estaba maravilloso, a los dos nos emocionó profundamente. Pero una cosa es la emoción que sentimos ese día de julio del año 2000 y otra lo que pasó después. No nos alcanzamos a imaginar el impacto que esto iba a tener en la gente.
SEMANA: Ese éxito no estaba en el libreto...
M.V.: Para nada. Esto fue una cosa de otro planeta. Un fenómeno único y muy especial que se ha mantenido en el tiempo y es lo que nos ha permitido incluso hacer una segunda parte de esta historia. Pedro, el escamoso ha sido un regalo de la vida.
SEMANA: Usted ya era un actor consagrado, pero Pedro fue un parteaguas en su carrera. ¿Qué siente que le debe al Mompirri?
M.V.: Pedro me regaló un segundo tiempo en mi vida, ha sido algo muy especial y muy único, porque cuando pasó el éxito de la novela en Estados Unidos se me abrieron las puertas de Telemundo. Primero, como actor exclusivo por tres años y después como ejecutivo. He sido director creativo hasta 2016 y luego vicepresidente de Producción. Entonces, el Mompirri me ayudó a cumplir sueños, porque en esta nueva etapa he hecho de todo: he dirigido, he producido, he sido director ejecutivo de producciones maravillosas de acción, como El señor de los cielos o Señor de acero. He dirigido en Miami y en México producciones como Betty en New York, La mujer de mi vida o Un minuto para enamorarnos. Y en ese camino he trabajado también con grandes directores y productores ejecutivos que me han enseñado cosas fantásticas.
SEMANA: ¿Y cómo lo convencieron de revivir a Pedro, el escamoso?
M.V.: Este era un sueño de Fernando Barbosa, de Disney, desde 2016, pero no se concretaba porque yo estaba con mucho trabajo. Cuando terminé El conde: amor y honor, la gente de Telemundo me hizo caer en cuenta de que era el momento preciso para aceptar el reto de la segunda parte de Pedro, el escamoso. Todo se concretó entre Caracol y Disney y ahora mismo estamos celebrando este regreso.
SEMANA: ¿Es cierto que Catherine, su esposa, fue la culpable del look de Pedro, con ese corte de pelo tan característico?
M.V.: Es cierto. Estaba ensayando a finales del año 2000 y en un momento llegó Caty al ensayo y le pregunté cómo sentía al personaje. Me dijo: “Siento que el personaje está muy bien, pero le hace falta un pelo”. Nos fuimos a una peluquería y en esa época las extensiones las pegaban durante horas. A mí me pegaron esas extensiones durante toda una noche. Al otro día llegué al ensayo y yo sentía que volaba con ese toque del pelo. Ese día sentí que fue realmente el nacimiento de Pedro. Así que ese toque que le dio Caty con el pelo hizo que realmente el personaje fuera una locura y un éxito total.
SEMANA: No es posible entender a Pedro sin su baile. ¿Cómo nació el baile del Pirulino?
M.V.: La historia es esta: me llegó un libreto en el que decía que en el capítulo 19 o 20 “Pedro saca a la Mayerlicita a bailar y por fin vamos a ver cómo baila un escamoso”. Llamé a Dago y le dije: “Oiga, brother, ¿y cómo es que baila un escamoso?”. Y me llegó a la casa después de las grabaciones para mostrarme cómo se hacía. Ese día me enteré de que Dago y la otra persona con la que escribía la historia, Luis Felipe Salamanca, cuando estaban muy cansados después de esas largas jornadas de escritura, se ponían a mamar gallo y a bailar como esa gente que se mueve gracioso y se cree que baila mucho. Eso era lo que Dago imaginaba para Pedro, él me mostraba y bailaba a su manera. Y yo le fui metiendo el dedito, el pelito. Un paso para delante, otro para atrás. El zarandiado, el merenguito. Y ya. Cuando grabamos hice la coreografía con Pa’ Mayté, de Carlos Vives, que estaba muy pegada en esa época. Pero, cuando ya la escena iba a salir a aire, Dago me contó que no consiguieron los derechos de la canción, pero que en la fonoteca de Caracol habían encontrado una canción que resultaba perfecta para ese baile que me había inventado.
SEMANA: ¿Recuerda el impacto de esa escena del baile en la gente?
M.V.: Fue impresionante. Me cambió la vida. Cuando empezó la novela, tuvo éxito de una. Recuerdo que en esa época tenía un dentista que trabajaba en el centro de Bogotá. Y la novela se grababa por los lados de La Soledad, en la capital. Al salir de la dentistería me paró un bus escolar y se bajó todo el bus a pedirme autógrafos y solo íbamos en el primer capítulo. Ese día entendí que esta novela iba a ser muy grande. “Esto tiene cara de éxito duro”, dije. Pero cuando salió el baile se disparó el éxito.
SEMANA: Hablemos de su vida personal. En algún momento llegó a preocupar a sus seguidores con un cambio de look extremo al que se sometió, con dieta nueva a bordo. ¿Por qué ese cambio?
M.V.: Me desgasté mucho en un momento determinado de mi vida, tuve muchos problemas de salud. Llamé a Alan González (cirujano plástico) y le dije: “Se me está escurriendo todo. ¿Qué hacemos?”. Quise darle un nuevo aire a mi apariencia y me siento muy bien con eso.
SEMANA: Muchos se preguntan, quizás con envidia, cómo ha logrado mantener un matrimonio tan estable con Catherine Siachoque, cuando los dos se dedican a lo mismo en un medio tan complejo.
M.V.: El secreto es ella. Es brillante, inteligente, divina. Tuve la suerte de que se fijó en mí. Y es, además, una gran actriz, a la que admiro muchísimo. Entonces, amar a mi esposa es realmente muy fácil.