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Naty Botero hace su debut cinematográfico con su documental ‘Corazón del mundo’, “era el momento de volver al origen”
La cantante conversó con SEMANA sobre el proceso de creación del documental, su vida en la Sierra Nevada y detalles personales.


La destacada cantante y compositora colombiana Naty Botero dio un giro trascendental en su trayectoria artística al incursionar en el cine documental con ‘Corazón del Mundo’, en el cual revela la profunda transformación que vivió durante 15 años en la Sierra Nevada de Santa Marta, un viaje que la llevó a encontrar no solo su propósito artístico, sino también su conexión con la naturaleza y el bienestar.
Desde su búsqueda por escapar de las presiones del éxito en las grandes ciudades hasta convertirse en parte de la comunidad local, Botero comparte cómo la espiritualidad y la creación artística se entrelazaron para dar forma a este proyecto que expone las bellezas y los desafíos de esta región tan mística y protegida. SEMANA conversó con la artista sobre su documental que fue estrenado el pasado 23 de marzo en Colombia.

SEMANA: ¿Por qué llegó a la Sierra Nevada de Santa Marta?
Naty Botero: Bueno, como lo digo en el documental, llegué desde un vacío muy profundo. Viví en Nueva York mientras hacía mi primer disco y estudiaba cine. Siempre quise hacer un largometraje, pero no se daba, y fue la vida la que me mostró que la historia más poderosa era la más personal.
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Estuve en Nueva York, luego en Ciudad de México, y en ambas me sentí muy vacía. Había una presión enorme por el éxito, por ser la número uno, por tener muchos fans, pero algo no estaba bien. Entonces un amigo de infancia me dijo que iba a montar un hotel en el Tayrona y me invitó. Sentí que era el momento de volver al origen, a esa conexión con la naturaleza y con lo espiritual. Ahí empezó mi proceso de sanación.
Llegué buscando bienestar. Fue difícil dejar atrás la carrera artística en las ciudades, pero encontré otra forma de ser artista: desde el bienestar, desde la creación con propósito. Empecé a construir un hotel, crear fundaciones, y todo giró alrededor del bienestar.

SEMANA: Esa transformación se ve en su documental, se ve que es parte de la comunidad. Accedió a zonas y personas que normalmente no abren sus puertas a las cámaras. ¿Cómo logró eso?
N. B.: Han sido 15 años. Eso pesa. Desde que llegué tenía el ojo de cineasta y grababa todo, aunque no sabía que ese sería el documental final. Tuve otros guiones, hice tres cortometrajes, pero la historia potente era esta. En el camino, aprendí mucho, incluso a través de errores.
Por ejemplo, hice un video hace 10 años con Herencia de Timbiquí, donde aparecía una comunidad indígena. Después de grabar, un personaje clave se arrepintió y me amenazaron con demandarme. Tuve que borrar su cara de todas las tomas. Ahí entendí lo delicado que era el acceso.

SEMANA: A lo largo del documental se ve que usted hace diferentes pagamentos. ¿Nos puedes explicar primero qué es un pagamento y quién lo puede hacer?
N. B.: Un pagamento es una forma de devolverle a la Madre Tierra todo lo que nos da. Lo puede hacer cualquier persona, no necesitas ser indígena. Es un acto de pensamiento, no material. Los koguis y los mamos dicen que el pensamiento es plata. Por ejemplo, dicen “piense en 5 millones de pesos que usted le da a la Tierra”. No necesitas pagar con dinero, sino con tiempo, conciencia y energía.
SEMANA: ¿Qué tipos de pagamentos hace usted?
N. B.: El primero y más básico es el del pensamiento. Coges un algodón y limpias tus pensamientos negativos: cuando estuviste bravo, triste, desagradecido. Luego, con la mano izquierda, lo llenas de pensamientos positivos: agradeces por la comida, el trabajo, lo que tienes. Ese algodón lo entregas a la Tierra o al agua. Otro pagamento es sembrar árboles, otro es usar el arte como medio de agradecimiento, como este mismo documental que yo hice. También están los rituales familiares, los momentos de conexión con amigos, tu perro… eso también es un pagamento.
SEMANA: Hay un pagamento relacionado con la menstruación, ¿De qué trata?
N. B.: Sí, ese es el pagamento más sagrado. Las mujeres koguis no necesitan coca ni toporo para conectarse con la Tierra, ya estamos conectadas. Entonces, el acto de donar un poquito de tu menstruación en algodón a la Tierra es algo muy poderoso. Es un acto de vida, de conexión total con lo sagrado femenino. Ellos hablan de balance. Cuando no hay balance, llegan consecuencias: calentamiento global, deshielos, inundaciones. Por eso, si tú coges una piedra, debes hacer un pagamento. Si haces una quema, también. Porque todo lo que hacemos tiene una consecuencia, y la idea es mantener el equilibrio.

SEMANA: ¿Dónde se puede ver ‘Corazón del mundo’?
N. B.: La gente lo puede ver en mi página web. No se va a poder descargar, pero sí ver. Y cada persona podrá hacer una donación voluntaria al verlo, y ese dinero irá directamente a la siembra de árboles en la Sierra Nevada.
SEMANA: ¿Entonces el documental tiene también un fin solidario?
N. B.: Totalmente. Mi intención es que esos pagamentos que ellos hacen sean valorados, protegidos. No se trata de darles un colegio o comida, porque eso occidentaliza. Lo que más necesitan es tierra, pero eso es muy difícil ahora. Así que lo que hemos hecho es sembrar árboles. Ya llevamos más de 2000 sembrados en zonas deforestadas del río Palomino, y ahora vamos a sembrar en otra zona donde grabamos el documental.

SEMANA: ¿Cómo se organiza esa siembra?
N. B.: Lo hacemos en el equinoccio de invierno, cuando más llueve. Sembramos con niños de colegios rurales y también con niños koguis. Sembramos árboles de comida, como aguacates, porque esos no los talan. Cada vez que alguien baja el álbum Corazón del Mundo, sembramos un árbol.
SEMANA: Entonces el documental no está solo, está acompañado por un álbum…
N. B.: Exacto. Es una obra integral. Corazón del Mundo es un álbum visual, musical y espiritual. Cada reproducción ayuda a sembrar árboles. También apoyamos un colegio en la Sierra creado por mujeres del colectivo Sistema Solar, y una fundación hermosa en Palomino, la Fundación del Sol, donde enseñan música folclórica y estamos construyendo un estudio de grabación.