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Rafael Santos expuso la predicción cumplida de Diomedes Díaz a días de morir y por qué no dijo nada: “Iba a sonar a pendejada”
El cantante que continuó con el legado de su padre destapó esto que guardó por varios años.


El legado de Diomedes Díaz sigue vigente en cada acorde de vallenato que suena en las fiestas populares de Colombia. Canciones como Oye Bonita, Bonita, La reina, Mi primera cana y Sin medir distancias permanecen como himnos que evocan amores, desamores y relatos de la vida cotidiana.
Reconocido como El Cacique de La Junta, Diomedes grabó más de 30 producciones discográficas y alcanzó ventas millonarias, lo que lo convirtió en una de las figuras más influyentes y queridas de la música vallenata.

A pesar de las polémicas que marcaron su vida personal, su estilo único y la fuerza de sus letras lo mantuvieron en el corazón de su público.
Rafael Santos reveló curiosa petición de su padre a días a morir
En días recientes, Rafael Santos, uno de sus hijos, recordó en el pódcast de Camilo Cuervo, ‘TelodiceCuervo’, una petición que su padre le hizo antes de morir.
Además de pedirle que en el momento de la sucesión se involucrarán a todos los hijos que tuvo (cosa que se hizo incluso el dinero se repartió en partes iguales para todos), Rafael Santos habló y contó que su padre le hizo una curiosa petición que él en ese momento tomó con cierta gracia.

En la misma conversación y en sus palabras, Rafael también mencionó que Diomedes le pidió que si llegaba a fallecer, no permitiera que nadie le tocara la cabeza.
Pero lo curioso fue el momento en el que fue claro y le mencionó que si dos perros se acercaban a su ataúd y se quedaban ahí, no los ahuyentaran, sino que por el contrario, les permitieran estar allí ya que según él eran los seres que lo guían a la eternidad.
“Me eché a reír porque tu sabes que él decía cosas muy jocosas, pero mira llegaron los dos perros negros de la misma raza y eran como gemelos. No quise decirle nada a los medios, ni nada de esas cosas porque tal vez en ese momento iba a sonar a sarcasmo o a pendejada, pero fue verdad”, dijo.
Según confesó, guardó en silencio esas palabras porque temía que en aquel momento pudieran interpretarse de manera negativa o sarcástica.