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Se robó el show: Barack Obama volvió a la Casa Blanca, no estaba allí desde el 2017
Kourtney Kardashian y Travis Barker se casaron. El conflicto que vivieron los hijos de la princesa Diana. Tiger Woods vuelve al golf.
El expresidente Barack Obama no había estado en la Casa Blanca desde que le cedió el poder a Donald Trump en 2017. El regreso ocurrió esta semana en el marco de la firma de un decreto que amplía la cobertura de salud en ese país. Su presencia allí fue vista como un impulso moral para los demócratas ante los malos resultados en las encuestas actuales de cara a las elecciones de mitad de periodo.
Obama, de 60 años, comenzó refiriéndose en broma al presidente Joe Biden como “vicepresidente”, provocando la risa de la audiencia. Después, los dos hombres compartieron un abrazo ante la presencia de Kamala Harris, vicepresidenta. Luego, los asistentes volcaron su atención hacia el expresidente, un momento aprovechado por los republicanos para decir que Obama había opacado a Biden, a quien se lo vio solo y desubicado mientras su predecesor hablaba con varios admiradores.
En un punto, el presidente aparece alzando las manos en señal de frustración. Biden, sin embargo, también hizo uso de su buen humor y, cuando se introdujo a sí mismo, señaló que él era el vicepresidente de Obama y el esposo de Jill Biden. Por su parte, Obama afirmó: “Estar aquí de vuelta, incluso cuando eso supone tener que ponerme una corbata, algo que raramente hago estos días, me da la oportunidad de visitar a alguna de la increíble gente que trabaja en la Casa Blanca y a favor de este país cada día”.
¿Hubo boda?
Kourtney Kardashian y el roquero Travis Barker asistieron a los Premios Grammy. Pero, esa noche, la pareja tenía más planes: casarse. Tan pronto como terminó la ceremonia, ella y su prometido partieron rumbo a Las Vegas a fin de dar el sí. Fue todo tan extraño y repentino que ella no se quitó el vestido que lució en el evento de la música, un enterizo de Et Ochs.
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Por su parte, Barker llevó pantalones negros y un chaleco a la medida (ambos de Givenchy), que le dejaba ver sus brazos tatuados. Se casaron a la 1:30 de la madrugada en un recinto decorado con rosas de seda, y como encargado de oficiar la ceremonia contrataron a un actor disfrazado de Elvis. “Vinieron, se casaron, arrojaron el ramo en el camino de entrada y bailaron al ritmo de Elvis. Todo terminó en unos 30 minutos”, le dijo un testigo a la revista People.
La ceremonia costó 199 dólares, suma muy modesta para la pareja, cuya fortuna combinada asciende a más de 115 millones de dólares. La prensa del corazón dudó mucho de que en realidad se hubieran desposado por la ley. Días después, la propia Kourtney, de 42 años, escribió en sus redes sociales: “Érase una vez en una tierra muy, muy lejana (Las Vegas) a las 2 a. m., después de una noche épica y un poco de tequila, una reina y su apuesto rey se aventuraron a la única capilla abierta con un Elvis y se casaron (sin licencia)”.
Daño colateral
Una nueva biografía de la princesa Diana, escrita por Tina Brown, dice que William y Harry fueron daños colaterales en el divorcio de sus progenitores. “Desde su más tierna infancia, William y Harry vivieron en una guerra fría entre sus padres, una que podría agitarse frente a ellos de manera alarmante”, señala.
Harry idolatraba a la princesa Diana más que el príncipe William, pero no la entendía tan bien como su hermano mayor, afirma Brown en la nueva biografía de la princesa, The Palace Papers. Su edad, según ella, les dio perspectivas únicas. El duque de Cambridge, dos años mayor que el duque de Sussex, fue “tanto un confidente como un amortiguador” cuando las cosas con Carlos se desintegraron, de acuerdo con un extracto del libro, publicado en la revista Vanity Fair.
Asegura que William sabía de la estrategia de Diana de colaborar con la prensa, y desde los 13 años estaba al tanto de su vida amorosa, pero también sufría en el colegio cuando se ventilaba su vida privada. “La diferencia de edad de dos años entre ellos fue fundamental para forjar sus visiones del mundo distintivas y, de la misma manera, para dar forma a sus percepciones de su madre”, dice la autora.
El regreso del tigre
A finales de febrero de 2021, Tiger Woods sufrió un aparatoso accidente automovilístico, en el que se rompió la pierna y el pie derechos. Eso provocó una gran preocupación sobre si sería capaz de volver a caminar y jugar al golf. Un año después, el tigre está de vuelta. “A partir de ahora, siento que voy a jugar”, dijo en una conferencia de prensa el martes, en la que anunció su intención de estar en el campo cuando comience el torneo el jueves.
Desde entonces, las apuestas están disparadas por la posibilidad remota de que Woods gane el Masters. Al comenzar la semana, la acción de las apuestas sobre las probabilidades de triunfo se distribuyó de manera muy uniforme entre él y dos de sus contrincantes, Justin Thomas y Scottie Scheffler, en la aplicación Caesars Sportsbook.
Solo 16 apuestas separaban a Thomas, Scheffler y Woods hasta el martes por la tarde. Para el miércoles, la brecha se había ampliado significativamente después de que Tiger dijera un día antes que planeaba jugar esta semana el Augusta National. “Woods ahora está por delante de todos por más de 1.000 boletos”, dijo a ESPN Max Meyer, vocero de Caesars Sportsbook.
Nueva parentela
La boda de Brooklyn Beckham, el mayor de los hijos de Victoria y David, ha estado en boca de todos. Entre los comentarios más frecuentes se escucha que al joven, de 25 años, le tocó firmar un largo acuerdo prenupcial.
La razón no es solo que la novia, Nicola Peltz, reconocida actriz, de 27 años, ya acumula cierta fortuna por haber trabajado en Bates Motel y Transformers: Age of Extinction; sino que, además, es hija de un hombre muy adinerado: Nelson Peltz, de 80 años, y casado por tercera vez con la modelo Claudia Heffner Peltz, con quien tiene ocho hijos.
Nicola es hija de un matrimonio previo. La fortuna de Peltz asciende a más de 1.300 millones de dólares, mientras que la de los Beckham se calcula en 380 millones de dólares. Es en una de las propiedades de los Peltz, en Palm Beach, Florida, donde se realiza la boda por el rito judío. Pero también tienen residencia en Nueva York, que cuenta con pista de hielo cubierta y una colección de arte que incluye obras de Renoir, Degas y Cézanne.
En comparación, los Beckham poseen una casa en Holland Park y otra de campo en los Cotswolds. La joven pareja vivirá en una propiedad de alrededor de 8 millones de dólares en Beverly Hills. Todo parce indicar que los Peltz traerán el dinero y los Beckham aportarán la fama.
Qué mala imagen
Es tradición que el fotógrafo oficial del presidente publique un libro al finalizar el gobierno. Las fotos de los mandatarios estadounidenses son consideradas de dominio público y no están sujetas a derechos de autor, aunque en el pasado algunos han logrado buenos tratos con casas editoriales por este tipo de libros. Es el caso de Pete Souza, el fotógrafo oficial de la presidencia de Obama, con Obama: An Intimate Portrait, un éxito de ventas.
Eso mismo pretendía hacer Shealah Craighead con las imágenes que capturó en la Casa Blanca durante la presidencia de Donald Trump, con quien había acordado que escribiría la introducción de esa obra. Pero Craighead tuvo que archivar el plan, pues Trump le pidió compartir las regalías de las ventas. Además de eso, se le adelantó y publicó su propio libro, Our Journey Together, usando en su mayoría fotos de Craighead.
El incidente ha provocado una ola de críticas no solo porque Trump quiere romper la tradición, sino porque no tiene presentación que él, un personaje con poder y una gran fortuna acumulada, le pida compartir los derechos de autor a esta fotógrafa por el trabajo que ella hizo durante cuatro años. Stephanie Grisham, ex jefa de prensa de Trump, dijo: “Shea es una talentosa fotógrafa y este es realmente un trabajo muy arduo. No dejo de pensar qué triste que ahora Trump se esté aprovechando económicamente de su trabajo”.