Especial Competitividad y Desarrollo en la Salud
Conozca la iniciativa que busca mejorar la atención de los ataques cerebrovasculares (ACV) en Colombia: “Cada minuto cuenta: 4.5 horas salvan una vida”
En un país donde el ACV es la segunda causa de muerte, Angels impulsa un modelo integral que fortalece la respuesta médica desde el primer minuto. A través de capacitación continua, certificación de centros, articulación regional y educación a la comunidad para reconocer los signos de alerta y actuar con rapidez, la iniciativa busca salvar vidas y reducir secuelas desde el primer contacto con el paciente.

Los ataques cerebrovasculares (ACV) son la segunda causa de muerte y discapacidad en Colombia. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, en 2023 se reportaron 45.000 casos, con una tasa de 32,45 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, lo que representa un total de 16.946 muertes. Actualmente, se calcula que una de cada cuatro personas está en riesgo de sufrir un ACV. Hoy, esta condición afecta a más personas jóvenes: en la última década, la incidencia en personas menores de 50 años ha aumentado en más del 25 %.
Un ataque cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro —ya sea por un coágulo (isquémico) o por sangrado (hemorrágico). Sin oxígeno ni nutrientes, las neuronas comienzan a morir desde los primeros minutos generando daños graves en la movilidad, las funciones cognitivas e, incluso, la muerte. Por eso, cada minuto cuenta. Existe una ventana terapéutica de solo cuatro horas y media para iniciar el tratamiento; si no se actúa dentro de ese tiempo, las consecuencias pueden ser graves o incluso fatales. De allí la importancia del garantizar un acceso oportuno a centros médicos de alta complejidad que cuenten con los recursos necesarios para atender esta emergencia, un desafío que sigue siendo especialmente crítico en las regiones más apartadas del país.
Frente a este panorama, en 2016 se lanzó la Iniciativa Angels, con el respaldo de reconocidas sociedades científicas internacionales como la European Stroke Organisation (ESO), la World Stroke Organization (WSO), la Sociedad Iberoamericana de Enfermedades Cerebrovasculares (SIECV) y otras instituciones sanitarias. Desde entonces, ha ayudado a miles de pacientes en todo el mundo a recibir atención más oportuna y eficaz frente a los ataques cerebrovasculares.
Su propósito es transformar la atención del ACV en Colombia y América Latina, aumentando el número de hospitales y clínicas preparados para brindar una atención integral y de calidad. En Colombia, la iniciativa promueve la certificación de hospitales como Stroke Ready Centers, que reconoce a las instituciones capaces de brindar atención coordinada y efectiva desde la fase prehospitalaria hasta el tratamiento especializado. Esta transformación involucra a todo el personal hospitalario —desde celadores y personal administrativo hasta médicos y especialistas—, quienes desempeñan un rol clave en la respuesta ante esta emergencia.
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Angels, un modelo integral para transformar la atención del ACV en Colombia
La estrategia de Angels incluye la capacitación continua de los equipos de salud, la certificación de centros asistenciales y la educación comunitaria para reconocer los síntomas y actuar con rapidez. Esta intervención integral fortalece cada eslabón de la cadena de atención: desde la respuesta prehospitalaria hasta la estabilización y tratamiento especializado.
“Este modelo no solo optimiza la capacidad de respuesta en los hospitales, sino que integra toda la cadena de atención: desde atención prehospitalaria (APH), hasta la referenciación de pacientes, el fortalecimiento clínico y la medición de resultados”, explicó Andrea Correa, líder de la Iniciativa Angels en Colombia.
Reconociendo las brechas de acceso a servicios especializados, especialmente en zonas apartadas, Angels promueve un modelo de atención regional articulado y centrado en la calidad, con el objetivo de lograr una atención más equitativa y alineada con estándares internacionales.
Uno de los factores clave para su impacto ha sido la capacidad de articular acciones con una amplia variedad de actores —incluyendo hospitales, clínicas, servicios de emergencia y autoridades locales—, lo que ha permitido que muchas regiones avancen hacia su certificación como “regiones Angels”: ecosistemas preparados para brindar atención segura, rápida y eficaz ante un ACV.

Una iniciativa de impacto en las regiones
A la fecha, 23 regiones del país están en proceso de convertirse en regiones Angels y más de 100 hospitales ya aplican el modelo. En paralelo, 21 equipos de atención prehospitalaria (APH) se encuentran en formación, y cerca de 4.000 profesionales de la salud han sido capacitados presencialmente solo en el primer semestre del año.
Además, Colombia cuenta con más de 100 hospitales certificados como Stroke Ready Centers. Esta certificación exige cumplir criterios rigurosos, como contar con personal capacitado en tiempos de respuesta críticos, protocolos clínicos estandarizados, infraestructura adecuada, capacidad diagnóstica inmediata y monitoreo constante de resultados. Este reconocimiento garantiza una atención inicial eficaz, desde el primer contacto con el paciente hasta su estabilización, lo que resulta clave para reducir complicaciones y mejorar el pronóstico. La sensibilización comunitaria también cumple un rol esencial, ya que reconocer los síntomas a tiempo permite activar la atención de emergencia con mayor rapidez.
La combinación de talento humano entrenado, la educación comunitaria, instituciones acreditadas y un modelo colaborativo entre sectores posiciona a Colombia como un referente regional en la atención del ACV. Esto ha contribuido a reducir la mortalidad y la discapacidad asociadas, y al mismo tiempo, ha fortalecido la competitividad del sistema de salud al cerrar brechas territoriales y alinear la atención con estándares internacionales.
*Contenido elaborado con el apoyo de Boehringer Ingelheim.