ESPECIAL DE BOSQUES
Conservar bosques sí paga, y el Incentivo Forestal Amazónico es muestra de que puede existir una relación positiva entre las personas y la sostenibilidad
El Incentivo Forestal Amazónico es un pago por servicios ambientales del Ministerio de Ambiente, a través del programa REM Visión Amazonía, para mantener el bosque en pie en una región asediada por la deforestación.
A poco más de un año de empezar con los pagos del Incentivo Forestal Amazónico (IFA), este ha sido un mecanismo eficaz y efectivo en la conservación del bosque en Caquetá, Putumayo, Guaviare y Meta.
Así lo han mostrado diferentes reportes del Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Ideam, entidad que mes tras mes realiza el seguimiento a los predios que reciben este pago por servicios ambientales; registra una efectividad promedio de 95 por ciento.
Hacia una cultura de conservación
El IFA es un reconocimiento económico impulsado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MinAmbiente), a través del programa Visión Amazonía y en coordinación con Corpoamazonia, Cormacarena y la Corporación CDA; invita a las familias residentes en focos activos de deforestación a suscribir acuerdos de conservación para mantener el bosque en pie, en zonas de baja intervención dentro del llamado arco de la deforestación.
Con una inversión total de 7.200 millones de pesos para los tres años de este caso piloto, el Incentivo Forestal Amazónico realiza pagos trimestrales a las familias que, de forma voluntaria, decidieron formar parte de esta iniciativa, y, así, reducir la dependencia de la explotación extractiva de los recursos naturales en la Amazonía colombiana.
Tendencias
El incentivo registra actualmente 342 familias beneficiadas en Caquetá (Cartagena del Chairá y Solano), Guaviare (Calamar, El Retorno y San José del Guaviare), Putumayo (Puerto Leguízamo y Puerto Guzmán) y sur del Meta (Uribe).
En estos departamentos, se han entregado 1.007 millones de pesos, con corte a marzo de 2021, para la reducción de la deforestación en la región amazónica. El IFA se escalonará a 1.700 familias campesinas más durante 2021, con una inversión adicional de 12.400 millones de pesos.
Voluntario, adicional y transitorio
De acuerdo con José Yunis Mebarak, coordinador general del programa REM Visión Amazonía, “El incentivo tiene tres características: primero, es voluntario, porque cada beneficiario toma la libre decisión de acceder a él; segundo, es adicional, porque los recursos que se entregan son complementarios a los ingresos que ya perciben las familias, es decir, no pretende ser la única fuente de ingreso para los beneficiarios; y, tercero, es transitorio, mientras entra a operar el proyecto productivo sostenible acorde con el bosque en los diferentes Núcleos de Desarrollo Forestal”.
Valen oro
Uno de los casos de éxito de la cultura de aprovechamiento sostenible impulsada por Visión Amazonía y sus entidades aliadas se encuentra en la vereda Orotuya, en Solano (Caquetá). Allí, hoy en día se construye el Núcleo de Desarrollo Forestal Orotuyo, bautizado así por la comunidad como un reconocimiento al verdadero valor del bosque, pues, para ellos, el bosque es un tesoro.
Precisamente, el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Ideam señaló que las familias de la vereda Orotuya han cumplido los acuerdos de conservación con más de 18.000 hectáreas de bosque en sus predios; por ello, accedieron al pago de tres trimestres que lleva el programa por un valor de 87,3 millones de pesos.
Al término de los dos años que le restan al pago por servicios ambientales en la Amazonía, se espera que este estímulo contribuya a mantener en pie 100.000 hectáreas de bosque en esta región colombiana, a la vez que haya creado conciencia en torno al aprovechamiento sostenible de productos maderables y no maderables.